DEIDADES ARTIFICIALES: ASÍ NOS CONDICIONAN BAJO EL PRINCIPIO DE AUTORIDAD 👁
Religions are places to stand and look and act, vantage points from which to view the world. So none of this is happening. Such things could not occur. Never a word of it is literally true.
― Neil Gaiman, American Gods
¿Quieres destruir un sector? Protégelo, guárdalo, sostenlo y defiéndelo artificialmente como si lo estuvieran atacando. Podrás estar seguro de que al no poder crecer por sí mismo sin tu protección, dejará de ser competitivo y terminará por desaparecer. Quizás antes funcionara por sí solo, pero al intervenir, le quitaste libertad para crecer, adaptarse y evolucionar.
Aquello de que «Dios ha muerto», atribuido al filósofo alemán Hegel, o incluso Dostoievski, fue popularizado por Nietzsche. Hasta Stephen Hawking, antes de dejarnos, se tomó la molestia de explicarnos, que «Dios no existe». Y una vez proclamado «Dios ha muerto» y «Dios no existe», es cuando realmente “se ha liberalizado” el sector de las religiones.
Y con la implantación de estas neo-religiones, encabezadas cada una por su deidad artificial creada a medida, ajustada exactamente a la necesidad de control que el sistema requiera según sus cálculos, se ha dejado al principio de autoridad, que unas neo-religiones se consideren legítimas, mientras otras son prohibidas, según quién las crea o las practique.
CÓMO FABRICAR UNA DEIDAD ARTIFICIAL
Ningún contenido por muy bien redactado o presentado que esté, puede salirse de los cánones de las teorías impuestas e hipótesis aceptadas, que tratan de convertir en realidad una ficción, colocando en el centro de todas nuestras actividades una entidad artificial por la que todos y cada uno de nosotros debemos pasar, para poder realizar cualquier actividad.
Por otra parte, es la mejor prueba de que el ser humano es creador de realidad, en este caso del lado negativo: han colocado en el centro a un egregor artificial, y toda nuestra actividad ha sido reconducida y condicionada, a cumplir una serie de normas a modo de tablas de la ley, en nombre de esta deidad artificial. Así se crean las religiones y las sectas.
Y pasa, lo que ha venido pasando en los últimos años, con toda la teorías y políticas identitarias basadas en un juicio de valor de identidad, en dónde independientemente de lo hecho, o lo dicho, se juzga por lo que se es y quién lo dice o quién lo hace, en lugar de juzgar y lo que se hace o lo que se dice. La culpa no viene definida por el hecho, sino por la identidad.
No cabe en el tablero, nada que no haya sido establecido por el principio de autoridad, que en nombre de la deidad artificial de turno, y por este mismo principio de autoridad, se acepta cualquier norma emitida en nombre de la deidad artificial, convertida a la fuerza, en un elemento de convivencia obligado para nosotros. Hasta aquí jugamos dentro del sistema.
CONDICIONARNOS “EN NOMBRE DE”
En cambio, a los que no gozan de la idoneidad de poder hablar “en nombre de” bajo el principio de autoridad, se les exige verificación material de lo que están diciendo en cualquier caso, hayan aceptado el marco limitado de percepción y comunicación, que impone la aceptación de facto y existencia de la deidad artificial o egregor.
Una especie de ley no escrita que ofrece certeza a cambio de materialismo. Una ley que dice, que solamente es verdad aquello que se puede mostrar materialmente. Así nos dan fiabilidad. Quizás para muchos sea algo sutil, pero para mí está muy claro: es de esta forma, como pretenden anular cualquier posibilidad de libertad que tenga el ser humano.
Y cuando me refiero al ser humano, me refiero al ser humano en su conjunto y a todo lo que engloba y representa, no solamente a lo que se puede ver, medir o pesar en este plano de percepción. Si la jaula te la haces tú mismo en tu mente, ya no necesitan encerrarte. Ya les has hecho el trabajo. Esa es la función del principio de autoridad de las entidades oficiales.
La puerta de salida es una vida en paralelo, pues si como Nikola Tesla decía, que el día que la ciencia empiece a estudiar fenómenos no físicos, avanzaremos más en una década, que en todos los siglos anteriores de toda nuestra existencia, si tenemos que esperar a que la ciencia reglada y patrocinada de este paso, solo obtendremos confrontación.
NO PODEMOS OLVIDAR QUE TENEMOS UN CUERPO
La confrontación y el enfrentamiento, son reacciones previstas que siguen alimentando al sistema actual. Si la construcción de lo material está secuestrada, o al menos actualmente lo está, la construcción de este nuevo mundo debe comenzar por los fenómenos no físicos. Decir esto y tener un avatar llamado cuerpo, parece una contradicción: hay que comer.
Es una cuestión de libertad y de responsabilidad individual con uno mismo: si tú no puedes imponer a nadie que piense, haga o sienta de determinada manera, tampoco pueden pretenderlo contigo. El problema es que no solamente lo pretenden, sino que están interviniendo en nuestra vida privada, más allá de lo que las leyes han consentido.
Y más allá de lo que es el comportamiento, la conducta social, las relaciones de pareja, ahora quieren alterar nuestro propio ADN. Ese es el objetivo. Si tienes el ADN, tienes a la persona, porque puedes programarla. Y a través del ARN puedes alterar la síntesis de proteínas a nivel celular, diciéndole a tu cuerpo qué proteínas sintetizar y cuáles restringir.
No se trata de una metáfora, ni de teoría: es tratar al ser humano como una rata de laboratorio: abrir la puerta a un agente desconocido con capacidad para alterar tu genoma. Vale, en un plano consciente, ninguno de nosotros hemos podido elegir nuestros genes originales, pero lo que pretenden, es alterarlos a su conveniencia, sin decirnos para qué.
CONSTRUIR AL MARGEN DEL SISTEMA ACTUAL
Plantear la destrucción de un sistema, es un trauma mucho mayor, que permitir que el propio sistema se desplome, o quede desactualizado, porque se ha encontrado una forma mejor de funcionar. Ese es el punto: crear de facto una vía que funcione mejor que la que pretenden imponer, totalmente al margen, porque no nos van a dar permiso para hacerlo.
No lo consentirán, y tendremos que construir esa realidad, viviéndola mientras nos hacen la vida imposible, a todos los que no vamos a pasar por los aros de la deshumanización, el transhumanismo y la pérdida de libertad individual. Si cualquiera puede ser un agente Smith, habrá muchos dispuestos a llegar hasta el final por defender el sistema actual.
Si consigues funcionar fuera del sistema, y hay personas que se hacen conscientes de ello al ver un ejemplo vivo en ti, aunque en un primer momento sientan rechazo, muchos de ellos ya podrán ser desconectados, porque verán que es posible. Ese es el principal problema: hacerlo realidad, si nosotros con nuestra experiencia vital lo hacemos posible.
Por eso es tan importante que el primer paso salga de la libertad individual, porque a través de esta libertad individual elegimos hasta donde queremos llegar. Es por ello que el sistema la considera como enemigo principal y rival a batir. Esa es la singularidad más temida: la libre voluntad humana que despierta, mucho más temida que la de la inteligencia artificial.
CREAR REALIDAD NO ES UNA METÁFORA
Siendo consciente de que suena excesivamente abstracto, o incluso poético según el gusto, el crear realidad como tal es un hecho, es una construcción visible o perceptible mejor dicho, según seamos capaces de materializar las realidades individuales que cada uno de nosotros lleva en su interior. No es una metáfora, es un proceso consciente.
Entonces ¿por qué estamos esperando a que nos verifiquen o a que nos consientan el pensamiento, la idea o el proyecto para crear realidad? Y empezar a materializarla al margen de los patrones impuestos. Ya sabemos que el principio de autoridad, nunca nos será concedido en base a hechos, sino a la creencia de la legitimación por la identidad.
Y si hay alguien que es dueño de su identidad para legitimarse, somos nosotros mismos. No tenemos que esperar a que nadie nos certifique, ni nos valide, ni nos autorice a crear una realidad alternativa, al margen de un supuesto patrón de Legitimidad, que jamás llegará por fuentes externas, ya que somos nosotros mismos, los únicos capaces de crearlo.
Recuerda cómo habíamos empezado “matando a Dios” o “negando su existencia” en nombre de autores muy ilustres, despojando a la idea de Dios de toda protección y toda defensa, de forma que así quedó libre de ser protegida, defendida e intervenida, y por tanto, libre para crecer por sí misma… Y ahora puede crear una religión hasta el gato.
Ya lo estamos viendo con estas nuevas deidades artificiales, en las que nos imponen creer y a las que nos hacen rezar, filtrando toda nuestra actividad a través de las mismas, simplemente para poder salir a la calle. ¿Hace falta que lo diga más claro?
Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.
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