EL CÓDIGO PIN HUMANO 🧬
At this moment of our civilization, we can create cybernetic individuals, who in just a few short years will be completely indistinguishable from us. Which leads to an obvious conclusion: we are the gods now.
― Peter Weyland, Prometheus
Nos creemos modernos y avanzados, porque vivimos inundados de tecnología. Hemos confundido la evolución, con aprender a apretar botones y usar interfaces. Comprar y utilizar tecnología, no es sinónimo de evolución: solo implica que la tecnología es accesible y que la podemos adquirir, pero nos distrae de la verdadera evolución de nuestras propias capacidades y percepción.
NUESTRA DEPENDENCIA TECNOLÓGICA
Al delegar en la tecnología, se nos hace indispensable hasta para lo más mínimo, convirtiendo todos estos dispositivos en apéndices funcionales y extensiones de nuestro propio cuerpo y de nuestra memoria.
Cuando algo que se nos ha hecho indispensable, cuyo funcionamiento y accesibilidad, están condicionados a agentes externos o proveedores, subordinamos nuestra capacidad funcional individual, a disponer o no, de esa tecnología. No lo pensamos, pero perdemos el control.
Si comparamos nuestra calidad de conocimiento, con la de nuestros ancestros egipcios, sumerios, acadios, y asirio babilónicos, mesoamericanos, estamos muy por debajo en conocimiento. No pongas esa cara, el mundo ya existía mucho antes de que nosotros pusiéramos un pie en el, y si empiezas a estudiar el origen de las civilizaciones, te darás cuenta de que ellos tenían un conocimiento muy superior al nuestro. Parece que nosotros hemos delegado en la tecnología, la equivalencia al conocimiento y sabiduría.
LA GLÁNDULA PINEAL, NUESTRA TARJETA SIM
Nuestros cuerpos, como los dispositivos móviles, son receptores de señal. Si la tarjeta de datos de un móvil, se activa con un código PIN, la nuestra tiene el PIN más que extraviado, porque sí... nosotros también tenemos una tarjeta SIM. De igual forma que un dispositivo móvil, tenemos una tarjeta de memoria justo en el centro de nuestro cerebro: la glándula pineal.
La glándula pineal o epífisis, está cerca de pituitaria, recibe su nombre por su característica forma de piña. Tiende a solidificarse a una edad temprana, entre los 12 y 20 años. Varias de sus funciones vitales son, la secreción de melatonina estimulada por la oscuridad e inhibida por la luz y provocar el sueño. Ayuda al cuerpo a convertir las señales del sistema nervioso, en señales para el sistema endocrino, controlando el deseo sexual, el hambre, la sed y el reloj biológico, que determina el proceso normal de envejecimiento del cuerpo.
La temprana calcificación de la glándula pineal, muy sensible a atraer iones, isótopos, fluoruros y metales pesados que se encuentran en el agua, en el aire y en muchas composiciones de productos que utilizamos diariamente, es el principal bloqueo de nuestra tarjeta PIN.
Una glándula pineal calcificada, condiciona nuestra percepción dentro de una frecuencia muy limitada. Por lo que no te extrañe que conociendo su potencial de cara a las habilidades sensoriales y perceptuales, exista un sistema organizado global, de cara a mantenerla atrofiada, implicando agentes ambientales, nuestro consumo diario, e incluso hábitos de higiene. Nuestro código PIN de desbloqueo, sería en gran parte tener una glándula pineal como la de un niño.
La meditación, el sueño prolongado en oscuridad absoluta, los ejercicios de visualización y determinadas frecuencias de sonidos siempre por encima de los 432 Hz, estimulan favorablemente a la glándula pineal. Alimentos como la remolacha, el cacao puro, el vinagre de manzana, el ajo, cilantro, la sal yodada, no beber agua del grifo (ya que está fluorada) y todos aquellos que contengan iones minerales que sustituyan al flúor, ayudan a desintoxicar la glándula pineal.
ADIESTRAMIENTO VS. ADAPTACIÓN
La diferencia entre adiestramiento y adaptación, es que la adaptación es la capacidad de adaptarse a una situación impuesta de forma natural, por el propio medio que cambia por sí mismo, sin tener en cuenta el tejido vital, las especies o cualquier ser vivo de forma particular para provocar este cambio.
Mientras que el adiestramiento, es un cambio condicionado de forma particular hacia el individuo, teniendo en cuenta su capacidad de adaptación a los cambios y asimilar la superación de obstáculos impuestos, con una intención concreta alejada de la mera supervivencia.
En sentido negativo, podríamos decir que todos los días nos dan una nueva dosis de veneno con cuentagotas, que nos inmuniza y amplía nuestra tolerancia, eliminando cualquier ruptura abrupta con la realidad, de forma que nos vayamos preparando poco a poco, a lo que nos quieran soltar en un futuro. Vamos ampliando nuestra tolerancia hasta límites, que quizás hace 20 años, se hubieran considerado totalmente inaceptables. Día a día, poco a poco, no lo vemos en el corto plazo.
En cambio, hoy esa misma noticia, ese mismo fenómeno, o ese mismo hecho, no solo no nos asusta, sino que tampoco nos supone una ruptura interna con nuestros valores, ya que además podemos decir que es una noticia o hecho predecible. Nos han preparado o mejor dicho, adiestrado con el objetivo concreto de que vayamos trabajando poco a poco, todo un camino de deshumanización, para convertirnos en esclavos sin alma y sin identidad. Lo único que han tenido que hacer, ha sido eliminar o difuminar día a día nuestros valores, y nuestra percepción, poco a poco minándolos y moldeándonos a su conveniencia.
QUIEREN EVITAR EL DESPERTAR DE LA MASA CRÍTICA A TODA COSTA
Todas las putadas que nos van haciendo a lo largo de los años, y que van programando en secuencia creciente lineal o geométrica, para ampliar nuestra tolerancia al desastre, va encaminada única y exclusivamente a la contingencia.
Quieren medir cuál es nuestra capacidad de aguante, nuestro umbral justo anterior al sometimiento, para ver hasta dónde pueden apretar sin que lleguemos a una reacción que no puedan contener. Y cuando lleguemos al punto álgido por encima del cual, solo se pueda dar el levantamiento, entonces soltarnos el material pesado y abrupto.
Objetivo: soltarnos un enemigo global fabricado por ellos mismos, que nos haga hacernos uno, solo para desear o mejor dicho suplicar, ese Nuevo Orden Mundial, que los defienda y nos “salve” a todos de esa amenaza. Todo está programado: puede haber variaciones en el plan, pero no tengas la más mínima duda de que ese es el objetivo.
Si no pueden someternos activamente, que seamos nosotros los que terminemos concluyendo, que lo mejor es el sometimiento para estar bajo la protección, de los que bajo su otra cara, nos han soltado cada una de estas amenazas y crisis intencionadamente, para condicionarnos a ajustar nuestros conceptos de libertad y libre albedrío a su conveniencia. Recuerda: no pueden entrar en nuestro libre albedrío, por eso “nos educan” a encaminarnos a que seamos nosotros mismos, los que optemos por la opción “más segura”.
NO PUEDEN ASUMIR QUE PASEMOS DE LOS 100 AÑOS
Imagina por ejemplo a alguien que haya vivido 100 años. Alguien que haya nacido en 1920 y que ahora, ya en la vejez más que superada en 2020, haga una retrospectiva desde que nació hasta el día de hoy. Imagina por un momento tras esos ojos, todas las experiencias, cambios, aprendizaje que ha llevado a cabo no sólo en sí mismo, sino en el mundo que le rodea. Todo lo que han visto sus ojos, ha sentido, ha oído, ha aprendido, ha ganado o ha renunciado. Cómo era el mundo de su niñez, y cómo es el mundo ahora.
En su máxima vejez, todos esos cambios que muy pocos serán capaces de asimilar, por haber tenido una longitud de vida más reducida. Si esta persona en lugar de ser un organismo vivo, estuviera dotada de una tarjeta SIM, que hubiera recogido todos esos cambios, toda esa adaptación, toda esa experiencia, todo ese conocimiento ¿de verdad crees en serio que todo ello “cabe” en un espacio físico, pequeño y limitado ya sea tecnológico mecánico u orgánico? Recuerda, somos receptores de señal. Y justo cuando nos empezamos a enterar de qué va esto… ¡nos tenemos que ir! ¿verdad?
La tolerancia al conocimiento después de 100 años, debe ser muchísimo mayor de la que tenemos tú y yo ahora mismo. Cuando decimos que alguien lo ha visto todo, no queremos decir literalmente eso, sino que esa persona ha visto lo suficiente, como para estar abierta a la entrada de nuevas ideas experiencias y conocimiento, que por más que pueda sorprender a muchos, siguen teniendo un espacio dentro de esa mente abierta.
Puedes verlo de dos formas: decir que estás curado de espanto y que nada te sorprende en un tono negativo, o ver el fenómeno en cuestión, como una oportunidad para aprender y asimilar nueva experiencia y nuevo conocimiento. Los signos positivo y negativo y las fronteras dentro de nuestra mente, las establecemos nosotros, porque es nuestro criterio el que otorga el valor, y el que levanta los tabiques o derriba los muros.
Si en algo nos parecemos a un dispositivo móvil, es la manera de recibir información: por Wi-Fi cable o Bluetooth. Te vas a dar cuenta de que realmente todo es lo mismo, y que la diferencia entre biológico, mecánico, digital o analógico, realmente solo es una diferencia de soporte. Aunque ya puedes sospechar a estas alturas, que no cualquier soporte, es capaz de albergar el alma. Tu cuerpo mientras lo tengas, no es negociable.
Hablando de nosotros, quizás el cacharro al que más nos parezcamos, más que un móvil, sea a un aparato de radio, de los vintage de “andar por casa” como radioaficionado, que uno militar, que va pillado las frecuencias que buenamente puede. Tu código PIN, es activar tu glándula pineal.
Entre dimensiones y frecuencias anda el juego de la realidad y la percepción.
Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.
Comentarios
Publicar un comentario
El mundo no va a cambiar por lo que vayas a decir ahora, créeme... pero si crees que merece la pena y debes decirlo ¡adelante! Es tu decisión.