LA ONU, TAPADERA DE LA ÉLITE

If we can really understand the problem, the answer will come out of it, because the answer is not separate from the problem.

― Jiddu Krishnamurti

Dicen que nos estamos cargando el planeta. Lo vemos y oímos en todas partes. Nos están diciendo que el cambio climático es culpa nuestra, y que si no reaccionamos a tiempo, vendrá el Apocalipsis repartido de distintas formas: desertización, pandemias, hambre, más crisis económica, paro, sobrepoblación, agotamiento de los recursos naturales, una atmósfera irrespirable y la extinción de especies  que hasta ahora habían convivido en la naturaleza con nosotros.

Solo les falta amenazarnos con zombies y meteoritos, y si no lo han hecho ya, es  porque los zombies de momento son ciencia ficción, repito: de momento... Y del meteorito no nos pueden echar la culpa directamente, básicamente porque las personas normales y corrientes, no  tenemos la capacidad  de lanzarlo nosotros mismos, o al menos eso creo. Ahora que, si pudiésemos provocar la aparición de zombies y la caída de un meteorito, te aseguro que también nos echarían la culpa a nosotros.

LA ONU, TAPADERA DE LA ÉLITE

Y de fondo como siempre, dibujos, diagramas y caricaturas multirraciales en colores cálidos y claros, con el logo de la ONU, diciéndonos los hombres somos malos, las mujeres son víctimas, los empresarios son  el demonio, y el estado hegemónico único, es el gran salvador de la historia. Pues eso, que parece que la única solución es la aldea global ¿verdad? Y todos calladitos como borregos.

Podemos empezar por dejar de aceptar esta tomadura de pelo. Desde que la humanidad dejó de ser nómada, hemos tenido líderes y representantes, que nos han dictado leyes acerca de cómo vivir, cómo comportarnos y también cómo consumir. Con el fin de que estas poblaciones se desarrollaran con mayor o menor radio de influencia sobre el medio, como tribus, pueblos, ciudades o núcleos de población consolidados, hemos optado por adaptar el medio a nosotros, en lugar de ser nosotros los que se adaptan al medio.

Todo esto ocurrió, cuando dejamos de viajar de un punto a otro para buscar vida y recursos, para firmarlo que hoy se conoce como civilización. Desde siempre nos han dicho qué podemos comer, qué podemos beber, con quien podemos estar, dónde vivir, el precio de las cosas y cómo consumir.

Pues resulta que ahora mismo, estos mismos representantes,.que nos han dictado las normas y las leyes, son lo que nos dicen que lo estamos haciendo mal, y que estamos destrozando el planeta. Vamos a ver, si compramos derivados del petróleo, es porque nos están vendiendo derivados del petróleo. Si tenemos coches de gasolina, es porque antes nos han vendido coches de gasolina. Si consumimos electricidad, es porque antes nos han vendido calefactores, frigoríficos, aires acondicionados, equipos informáticos y electrodomésticos. Si no utilizáramos nada de esto, no necesitaríamos electricidad.

NOS VENDEN TECNOLOGÍA ESCLAVA

Nos han vendido lo que les ha dado la gana, pero la culpa es nuestra por comprar y utilizar precisamente lo que hemos podido comprar. Que digo yo, que según la época, nos hemos condicionado a la situación y conocimiento del medio, que dentro de una sociedad supuestamente civilizada, nos ha tocado vivir.

Siempre teniendo como referencia unos patrones de consumo, instaurados por los administradores de los recursos, el conocimiento del medio y la tecnología, todo regulado por nuestros gobernantes, nuestros líderes, nuestra cultura y nuestras familias. Y aún así, cuando son ellos, los que nos han vendido cada uno de los artículos que llevamos puestos, y que les hemos comprado, nos dicen que hemos comprado mal y que estamos consumiendo mal. Vale, que me devuelvan el dinero ¿De verdad vas a seguir tragando toda esta mierda?

Dicen además, que comer carne no es sostenible... mira, el tema es el siguiente: con menos proteínas en la dieta, nos desarrollamos peor, somos propensos a más enfermedades, nuestro sistema inmunológico se debilita, tenemos menos regeneración celular, y menos masa muscular. Así que el resultado básicamente, es que tendemos a morir antes con una dieta baja en proteínas. Porque ojo, esto no va con que nos guste comer carne, o no nos guste. Nos alimentamos en base a los recursos disponibles en el medio, y según el bienestar de nuestra sociedad, podemos elegir más o menos, y comer con mayor o menor consciencia de lo que estamos consumiendo..

Pero bueno, las plantas tampoco se salvan, porque las semillas y los transgénicos, también son un negocio. Y sin duda, un mecanismo más de control de la población, a través de la alimentación, de igual forma que la distribución del agua o la calidad del aire. Estos últimos dos puntos en concreto, son clave para este control: a través agentes químicos como fluoruros en el agua, y metales pesados, distribuidos de forma impunemente legal y clandestina, bajo la tapadera llamada control del clima.

NUESTROS CUERPOS SON CONDUCTORES

En una atmósfera cada vez más ionizada de forma artificial, no solamente se controla el clima, sino que se facilita la conductividad aparte del aire, de nuestros propios cuerpos. Convirtiéndonos de esta manera en conductores, cada vez que respiramos aire ionizado, de las frecuencias que nos quiere transmitir, para que respondamos de forma condicionada a toda la programación que nos sueltan a diario, para que no despertemos, sigamos dormiditos y haciendo todo lo que nos dicen.

Porque queridos amigos, nuestros cuerpos por muy orgánicos que sean, también son receptores y conductores, de igual forma que un teléfono móvil recibe y emite señal. 

Los que por un lado te dictan lo que debes hacer, con una mano te lo venden y con la otra, te lo quitan. Con una cara te venden el contaminante, y con la otra te obligan a pagar impuestos por contaminar, diciéndote además, que estás matando al planeta. Son ellos mismos, los que nos venden plástico, los que vierten mierdas a los ríos, a los mares y a la atmósfera. Son los mismos y han sido siempre los mismos, desde que el mundo es mundo. A estas alturas hay que estar ciego para no verlo, porque es que además nos lo ponen en la cara. Porque todo, absolutamente todo, está controlado por las mismas 13 familias que vienen manejando el cotarro, desde mucho antes de que tú y yo empezáramos a pensar que aquí pasa algo.

Si de verdad están tan preocupados por el medio ambiente y por la sostenibilidad del sistema ¿por qué nos siguen vendiendo coches? ¿por qué nos siguen vendiendo tecnología cuyos soportes físicos no hay dios que los degrade? ¿por qué no podemos ser autosuficientes energéticamente hablando? ¿por qué el mercado no permite autoabastecerse? Nos hacen dependientes a unos de otros, a través de tratados de comercio y políticas económicas, que condicionan nuestro consumo, y que nos quitan autonomía para producir a nivel local.

NO QUIEREN QUE SEAMOS AUTO SUFICIENTES

Todo parte del mismo sitio y la misma idea: control y dependencia de la población, a merced de los intereses económicos de unos pocos que nos parasitan. Y cuando digo parasitan, no me refiero solamente a la economía y a los impuestos, sino a nuestras propias mentes y a la energía vital que destilamos en nuestra actividad diaria y gracias a nuestras reacciones. 

Ahora por lo visto les interesa, que la población se reduzca a niveles de supervivencia mínimos de mantenimiento, para el capital humano de trabajo. Un cupo umbral de fuerza de trabajo necesario, para mantener en su status a la élite dirigente, cada vez menos en las sombras.

Nos están poniendo en la cara un plan de exterminio en toda regla, que más allá de una extinción climática, pretende reducir el 90% de la población civil, en función el régimen que pretenden instaurar, y al que llaman Nuevo Orden Mundial. Es más, según los planes de la ONU, actual de tapadera para los planes de esta corporación, un cambio climático quizás fuese más benévolo con la especie humana, que  los planes de estos arcontes actualizados bajo el nombre de sus testaferros como la élite.

Despierta de una vez, no somos nosotros los que estamos destrozando el planeta. Sin la interferencia de la élite, tendríamos muchas más oportunidades de evolucionar con el medio, sin que nos filtraran la realidad, nuestras necesidades y el consumo. 

Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.