REBELIÓN EN LA GRANJA 🐷
The creatures outside looked from pig to man, and from man to pig, and from pig to man again; but already it was impossible to say which was which.
― George Orwell, Animal Farm
A nadie le gusta pasar por momentos difíciles. Una cosa es que estemos acostumbrados a ello y cada vez más, y otra muy diferente es que abordemos situaciones difíciles por deporte. La vida no está para dar muchos saltos y menos para buscarse problemas.
¿PODEMOS SER REALMENTE AUTÓNOMOS?
Si se nos echan encima y no queda otra, en un momentos difícil podemos hacer dos cosas: reaccionar o escondernos. Reaccionar depende solamente de nosotros, nadie más que nosotros mismos nos va a cobrar, por resolver nuestros propios problemas.
También puedes adoptar la táctica del avestruz y esconder la cabeza, pero bueno, si nos escondemos es cuestión de tiempo, que el boomerang vuelva, porque siempre vuelve. Siempre. Si debes, te buscan. Y bueno, si reaccionamos en base a lo que nos toca y podemos resolver, pues OK... todo correcto. Pero como este no va a ser siempre el caso, más de una vez y más de dos, tendremos que pedir ayuda.
Estamos en un mundo en el que las manos desinteresadas no abundan. Normalmente puedes contar con la familia y los amigos. Normalmente, pero este no es siempre el caso y en muchas situaciones nos vemos solos.
EL PODER DE LA DEUDA
Muchos creen que es el dinero lo que mueve el mundo, pero no es así: estamos en un sistema en el que tanto a las personas a un nivel individual, como a las familias, como las empresas y los Estados, se le somete a través de la deuda.
Un tipo de deuda que en primer lugar parezca asumible, pero que a cambio de poder ir pagándola poco a poco, te comprometa a más cosas, que el propio pago de esta deuda, y que te siga dejando algo de margen, para poder seguir asumiendo más deuda hasta un punto. Es así como se controla a las personas y a los Estados. No hay más misterio que ese.
Mientras sigas debiendo, no tendrás el 100% de soberanía sobre tus decisiones, mientras el que presta, te pedirá favores qué poco a poco irán menoscabando tu propio espacio. Y quién dice tu propio espacio, puedes hablar también de la integridad territorial y comercial de un país.
Puede ser también renegociar una hipoteca, volver a refinanciar todas tus deudas a un tercero, que las asuman te unifique el pago, alargando así tú periodo de esclavitud, o pedirte un aval mucho mayor, para ampliar la deuda presente y en caso de que no puedas abordarla, quedarse con todo. ¿Te suena?
NO HACE FALTA QUE LA BUSQUES, YA TE LA OFRECEN ELLOS
Por eso la manera más inteligente desenvolverse en esta granja prisión, es no endeudarse bajo ningún concepto. Créeme que sé bien porque te lo digo, no te hablo solamente de una hipoteca que jamás firmaré.
Te hablo que de forma muy sutil y con mucha ingeniería social de por medio, nos van proponiendo unos canales de desarrollo, tanto a nivel personal, profesional y económico, que nos encauzan hacia una misma dirección: endeudarnos para someternos y que seamos totalmente dependientes no ya de los bancos, sino de la propia estructura del Estado.
El Nuevo Orden Mundial, no es más que eso: un sistema de Macro gobierno, en los que los poderes político, económico, social y religioso, sean codependientes entre sí, bajo un mismo signo o entidad, que elimine cualquier alternativa fuera de su sistema.
Consisten básicamente en qué los canales desarrollo, estén encauzados de tal manera, al tratarse de un camino único, no tengamos ni que plantearnos una vía diferente. Sí está todo hecho y diseñado ¿para que pensar? Si quién te da trabajo, sanidad, alimentación y a régimen legal establecido, es la misma entidad, entonces no hay forma de evitar la deuda.
CUANDO LOS SALVADORES, SON ADEMÁS LOS CARCELEROS
Desconfía cuando te propongan un camino único, unidireccional y marcado, porque la parasitación arcóntica siempre empieza con un acuerdo que parece ventajoso. Y en el momento en el que aceptas las condiciones y firmes el contrato, te verás sometido a la deuda no siendo dueño de tus propias decisiones, ya que no serás tú quien las tome.
Si utilizas tu libertad, solamente en un primer momento para firmar ese contrato arcóntico, los medios para deshacerlo nunca van a estar a simple vista. Por eso siempre el primer paso y lo más importante, es nunca endeudarse.
Porque si cedes tu poder en lo pequeño, ir ascendiendo poco a poco. Ese es el carcelero el que te lo da todo, serás tú mismo el que poco a poco, sea el primero en no querer salir de la celda.
Si en la prisión tienes tu sustento, aunque no tengas libertad, escapar a un exterior desconocido, se te convertirá en un imposible por miedo a perder tu canción carcelaria. Y a cambia te quedaras dentro de la jaula, pedaleando, dándole vueltas a un engranaje, que enganchara con un eje de maquinaria, haciendo que este régimen siga funcionando.
CÓMO SALTAR LA VALLA Y ESCAPAR
No aceptes su dinero, no comas su comida, no bebas su agua y no te refugies bajo su techo. No les debas nada.
Es una metáfora preciosa y muy romántica ¿verdad? Difícil de materializar, por no decir casi imposible. Estamos aquí dentro y no fuera. Hemos nacido dentro de la prisión, somos como el hombre que nació dentro de la caverna de Platón. Y como él, creemos que el mundo es así porque es lo único que hemos visto. Nunca hemos salido de la caverna y no sabemos qué hay fuera.
Tenemos más poder del que creemos. Uno solo a la contra, es el raro, el equivocado o el loco. Cuando ya hablamos de un grupo en el que varios, decimos que no a la comida de la prisión, somos disidencia. Y aunque sigamos dentro del sistema, si no hacemos que los engranajes giren, el sistema se paraliza.
Cuando haya revuelta en la cárcel, vendrán los geos a contenerla, no lo dudes. Pero el sistema no puede permitirse así mismo dejar de funcionar en alguno de sus bastiones, porque el resto puede ir detrás. Puede que no les queda otra que resetear el sistema, podemos obligarles a ello. Haciendo lo que nos dicen, no vamos a despertar ni escapar de la prisión, porque según sus reglas la deuda no va a terminar nunca.
Sin deuda no hay sistema.
Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.
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