LIBERTAD ES PODER DECIR SÍ O NO 🎱

Some of them want to use you
Some of them want to get used by you
Some of them want to abuse you
Some of them want to be abused.

— Eurythmics, Sweet Dreams

Libertad es poder elegir: es poder decir sí o no. Libertad es también poder rechazar y ser rechazado. Libertad es decidir conscientemente según tu voluntad, que incluso algo que deseas mucho puedes tener que renunciar a ello para conseguir un objetivo más alto. Libertad es saber que no se le puede gustar a todo el mundo, pero también lo es poder decirle a cualquier persona qué te gusta.


Imagínate que vas con mucha prisa, a paso ligero por la calle, porque tienes que llegar a tiempo a tu trabajo o a una entrevista de trabajo: es un tipo de cita a la que no puedes faltar. Vas con el tiempo justo y no tienes margen para entretenerte con nada ni con nadie. Pero como la vida nunca es lineal, siempre pasan cosas que están fuera de nuestro control… Vamos a imaginarnos ahora dos situaciones:

¿CÓMO USAS TU LIBERTAD?


Sigues andando, casi corriendo y ves a lo lejos el edificio donde tienes que llegar, pero de pronto te das cuenta de que muy cerca y a la vista, hay alguien tirado en el suelo. Parece haberse caído o alguien le ha golpeado en la cabeza, porque además hay sangre. Dudas si te paras a ayudarle, o si sigues tu camino porque si te paras… sabes que no vas a llegar a tiempo y puedes perder la oportunidad de un empleo.


Pero, por otra parte, nadie se ha detenido ayudar al herido, y la gente que está alrededor simplemente se le queda mirando y sigue hacia delante. Finalmente, decides llamar a tu entrevistador y decirle que vas a llegar tarde. Explicas lo sucedido de la mejor forma posible, y te quedas con el herido hasta que llegue una ambulancia. No sabes qué pasará después, pero por dentro sabes y sientes que has hecho lo correcto.

Ahora la situación cambia: sigues teniendo prisa por llegar, pero en cuanto avistas el edificio se te pone un policía delante, que parece salir de la nada y te prohíbe el paso sin razón aparente. Te dice que tienes que ir en dirección contraria, porque no se puede pasar por allí. Tú le explicas que tienes una entrevista de trabajo y que no puedes llegar tarde, pero da igual: no se puede y no se puede.

Te dice que te des la vuelta y que vayas por un callejón, al que están dirigiendo al resto de la gente que quiere pasar por ahí, y que también llega tarde al trabajo. Una vez dentro, te das cuenta el callejón donde te ha dicho que vayas, no tiene salida posible. Y cada vez se empieza a llenar de más gente, que no sabe lo que está pasando. La gente se pone nerviosa dentro del callejón, al que no deja de llegar más gente aún.

UN CALLEJÓN SIN SALIDA


Aparece más policía y la gente empieza a pelearse una con otra, para intentar salir de la emboscada, sin que la policía que está acordonando la entrada al callejón se lo permita. Todos aquellos que se acercan para salir de ahí, reciben un porrazo en plan antidisturbios. Cuando todo termina, ya es demasiado tarde para llegar a la entrevista, estás hecho una mierda, te has llevado además alguna que otra hostia, y decides ir a tu casa. En cuanto pones la tele, aparece en las noticias que un grupo de antidisturbios, han tenido que reaccionar ante una manifestación no autorizada. 


Entonces es cuando te das cuenta que todo estaba preparado. Y que ha sido un fraude: una parte del sistema te ha utilizado como bulto  y cabeza de turco, para formar parte de una coartada de algo que probablemente, las autoridades quieren tapar.

¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?


En la primera situación has utilizado tú libertad para ayudar a alguien a sabiendas que podría resultar perjudicado conociendo las consecuencias que podrían acarrear tu decisión.


En la segunda situación, te he dibujado el régimen actual: la única opción que tenías era seguir las instrucciones de la autoridad. También es verdad que, como persona libre, puedes negarte. Pero como conoces las consecuencias, intuyes que negarse a la autoridad puede darte problemas. Elegiste seguir a la autoridad, confiando en que lo que te estaba diciendo era necesario, y que no había otra alternativa… quizás por tu propia seguridad.

Pero en cambio, lo que ha pasado, es que la autoridad te ha utilizado para montar un escenario artificial, para justificar un acto de violencia. Posiblemente has perdido la oportunidad que tenías de asistir a la entrevista de trabajo, y además te han utilizado para participar en contra de tu voluntad, del cual solamente has sacado golpes y ningún beneficio.

Pues si ves por dónde estoy yendo, te darás cuenta de que la situación segunda en la que obedeces a la autoridad para no buscarte problemas, y sales golpeado, es el HOY y el AHORA en una dictadura políticamente correcta. Un sistema que precisamente lo único que ha hecho, ha sido meterte en problemas, al seguir sus normas. ¿Crees que estoy exagerando? Pues la segunda situación, básicamente pinta lo que están haciendo o pretenden hacer con nosotros, bajo el régimen que ampara una autoridad, que te señala que, como único camino, debes ir a un callejón sin salida, en el que solamente vas a recibir golpes. Y una vez ya dentro, solo puedas permanecer, yendo en contra de tus propios intereses de forma forzada.

CUANDO LA LEY ES LA QUE GOLPEA


El régimen actual tiene un grave problema con la libertad individual: no la tolera ni la consiente, y nos encamina como borreguitos anestesiados y obedientes, directos a una calle por la que no hay salida, y que nos aleja de la realidad de nuestras verdaderas necesidades e intereses.


Y la forma en la que lo está haciendo, es precisamente a través de las leyes y las normas para hacerlo de manera estructural. Imponiendo leyes asimétricas que generan desigualdad y contradicción en el individuo, porque nadie puede saltarse la ley ¿verdad? Y si nos saltamos la ley, estamos fuera de la legalidad y por tanto, del sistema. Con lo cual, la única manera de encajar dentro del sistema es ir en contra de nosotros mismos.

Mientras seamos libres, seguiremos eligiendo y tomando decisiones, que quizás nos perjudiquen, pero que son tomadas de forma libre e individual. Y una vez calculemos las consecuencias de estas decisiones, podremos optar en ejecutar o no la acción.

En cambio, si es el sistema el que fuerza nuestra voluntad, para tomar decisiones solamente dentro de una carta cerrada de opciones y todas estas opciones nos perjudican, solamente tendremos margen para elegir el mal menor. Ya que cualquiera de las opciones que tomemos, va a estar indexada previamente.

Cuando las leyes nos obligan a ir en contra de nosotros mismos ¿debemos obedecerlas? 

Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.


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