POR QUÉ ELLA ES MÁS INTELIGENTE QUE TÚ 👩

As God is my witness, and God is my witness, the Yankees aren't going to lick me. I'm going to live through this, and when it's over, I'm never going to be hungry again. No, nor any of my folks. If I have to steal or kill… as God is my witness, I'm never going to be hungry again.

― Scarlett O'hara, Gone with the Wind

¿Sabes cuál es la diferencia fundamental entre hombres y mujeres? Sin mirarnos el cuerpo, o lo que nos cuelga a cada uno, la mayor diferencia entre hombres y mujeres no es ni la musculatura, ni la talla de calzado, o tener o no tener nuez, no… la mayor diferencia entre hombres y mujeres no es otra que la inteligencia social. Quizás te sorprenda que apele a la inteligencia en los tiempos que corren, y que mencione esta facultad para hacer una diferenciación entre sexos. No debería, y si te sorprende o te molesta, es porque quizás te duela que existen hechos que se demuestran por sí mismos, sobre los cuales por más que queramos opinar, corregir o moderar, se dan y se seguirán dando, por mucho que quieran cambiar sobre el papel, los instintos por las palabras.


He querido decírtelo con Scarlett O’hara ¿Te has dado cuenta que no he puesto a ningún personaje protagonista masculino para esta lección? Lo he hecho de forma total y absolutamente intencionada, para que aprendas de quien tienes que aprender en este caso: de ella, de ellas y de casi todas las mujeres que habitan, han habitado o habitarán sobre la faz de la tierra. A esto añadiré, que cualquier hombre que piense o crea realmente, que la mujer es inferior a él, o es menos inteligente, o tiene menos capacidad, no solamente es un energúmeno, sino un soberano imbécil, que no se ha dado cuenta de qué va el rollo.

Para que veas que esto no es ni un prejuicio, ni una frase hecha recitada por un supuesto arranque feminista, o un epígrafe aleccionador de alguna pestilente facción de ideología de género (sí, he dicho pestilente, porque la ideología de género apesta), te pondré un ejemplo que es tan real, como duro en fachada y fondo: si sales a la calle y ves a un sin techo, el 99% de las veces no te sorprenderás al ver que es un hombre. Simplemente, no te llamará la atención ver a un tío tirado en la calle pidiendo o viviendo de la caridad ajena. En cambio, si ves a una mujer sin techo, te empezarás a hacer preguntas. ¿Cómo es posible que una mujer haya acabado en la calle? ¿Qué le ha podido pasar a esa mujer para que esté tirada en la calle? Y te lo preguntarás, porque está fuera de lo normal.

Hablando de inteligencia, un hombre inteligente, es todo hombre real que sabe aprender de sus errores, de los errores ajenos y de lo que observa en su medio. No hace falta ver como la caga tu hermano o tu amigo, para que a ti te entren ganas de hacer lo mismo, pensando que en tu caso será diferente. Por esta misma regla de tres, muchos hombres echan su vida a perder, firmando cosas de las que después se arrepienten. Y lo siguen haciendo, porque creen que su caso será diferente: éstos no aprenden, ni aprenderán hasta que se vean con el agua al cuello, y se den cuenta de que en efecto, como tú y como yo son simplemente, uno más entre tantos.


¿Sabes una cosa? Que un hombre mire y proteja sus propios intereses, y que lleve una vida digna y que se ponga así mismo por delante de cualquier causa social o familiar, no es algo que se tolere como positivo, ni si quiera como algo neutro. Se le tachará de egoísta, hedonista, individualista, como falto de empatía y como un montón de calificativos más, que no son calificativos sino insultos. Y todo, porque ha decidido no repartir, quedarse su parte y disfrutarla para él… porque se supone, que si hace esto y no invierte en una mujer, en su familia, en alguna causa noble, o en un negocio asumiendo la responsabilidad subsidiaria, ese hombre es un mal hombre. Si sigues este patrón tan social y políticamente correcto que dan nauseas de lo institucionalizado que está estructuralmente en nuestra sociedad, no te extrañe, que de cada cien personas sin techo, el 90% sean hombres.

Esta asimetría no me la estoy inventando yo, porque es un hecho. Si los hombres mirásemos siempre por nuestros propios intereses, por nuestra propia seguridad y por cubrirnos las espaldas, cada vez que debemos tomar una decisión que puede marcar nuestra vida, te aseguro que en la calle la proporción de gente sin hogar, no sería la que estamos acostumbrados a ver. Es jodido, pero es real. Y en el idioma que más nos duele por dentro: es un hecho, y como tal, debería de hacernos reaccionar, hasta qué punto debemos hacernos responsables, o qué nivel de responsabilidad estamos dispuestos a asumir, antes de elegir una determinada opción o tomar un camino. Si tú te concibes como una fuente de bienes y servicios, así serás tratado, porque es lo que proyectas, al ser el concepto que tienes de ti mismo.

Un hombre que no protege sus propios intereses, no es que sea poco inteligente: es que no se quiere ni se ama a sí mismo. Y si no te quieres a ti mismo, no esperes encontrar o apreciar ese amor hacia ti en una pareja, en una empresa o en una familia. Porque una familia, no deja de ser una empresa para la que trabajas, aunque nadie te lo valore y se de por hecho, que como hombre eres el responsable de todo lo que pase. Tú eres el que elige la responsabilidad que has asumido, al tomar una opción. No te digo que te conviertas es una rata irresponsable que viva de los demás sin dar un palo al agua con responsabilidad cero… No, eso no. Si lo has entendido todo hasta aquí, te darás cuenta que de lo que te hablo, es que quizás deberías plantearte cuáles son tus opciones y tus prioridades, y si esas decisiones son realmente libres, o se está dando por hecho, que le debes algo a alguien, solamente por ser lo que eres: un hombre real.

Comentarios

LO MÁS LEÍDO 🔎