LA PRUEBA DE LA PUERTA 🚗

Listen to me, kid. If she doesn't reach over and lift up that button so that you can get in, that means she's a selfish broad and all you're seeing is the tip of the iceberg. You dump her and you dump her fast.

― Sonny, a Bronx Tale

Si yo fuese Sonny en Una Historia del Bronx, estaría en posición de decirte que en la vida de todo hombre, hay tres amores verdaderos: tres de los grandes, y te animaría a que fueses a por uno de los tuyos. Que le hicieras la prueba de la puerta a la mujer que te gusta y que además te saliera bien con ella. Que pudieras sentir ese “por fin” dentro de ti, al saber que es ella, que es uno de los grandes y que no puedes dejar pasar esta oportunidad. Pero ¿sabes qué? Aunque lo parezca, esto no es una película, tú no eres Calogero y muy probablemente, ella no pasaría la prueba de la puerta. Muy pocas mujeres la pasarían, quizás tu hermana si la tienes, si además en ese momento tienes las manos ocupadas… pero obviamente ella no cuenta.


Me jode admitirlo y quiero que lo sepas: no disfruto con decirte que ella casi seguro que no pasaría la prueba, y ojalá desde el corazón espero equivocarme. De hecho, cuando me enamoro, espero siempre equivocarme porque si quieres vivir plenamente, tienes que arriesgarte a dar oportunidades. Porque sí, porque tú eres el que dejas o no dejas pasar al amor en tu vida. Las oportunidades no te las da nadie, no te están salvando la vida. De hecho, aunque te lo vendan como que es ella la que se concede así misma el darte ese privilegio llamado amor, y tú por ello, eres o debes sentirte el hombre más afortunado del mundo, es una absoluta mentira. Solo tú abres la puerta, para dejar entrar o no, el amor en tu vida. 

Si no lo ves así, dime entonces ¿qué pintas en este mundo? ¿estás vivo? ¿o es que realmente esperas y crees que un día vendrá una relación de mano de una mujer que te salve la vida? Nadie va a venir a tocarte con la varita mágica majete. Esas cosas solo pasan en el cine. Y ya ni siquiera, porque se nota mucho la mano políticamente correcta en el miedo de los guionistas de actualidad, a dejar al hombre, o a un personaje masculino, con el peso de ser el protagonista y además, ganar al final. Si no hay una mujer que lo mueva todo, y que sea el eje central de la trama… ese guion ya no verá la luz. Todo sea por darle a la mujer el protagonismo históricamente perdido ¿verdad? Aunque yo me pregunto ¿cuándo ha dejado de ser la mujer la protagonista? En fin, que hasta los guionistas tienen miedo a que se les trate de machistas. 

¿He dicho machista? Vaya palabra. Resulta que si no cedes en tus deseos, proteges tus intereses y quieres ser tú el que eliges los pasos que das, sin la necesidad de entregar todo tu tiempo y voluntad a una mujer en una relación… eres un machista. Ni para ver una película o una serie, te vas a librar del filtro ¿Y el amor? En efecto, a estas alturas te habrás dado cuenta, que aunque todos lo busquemos, o lo hayamos buscado y encontrado alguna vez, el amor aquí ya no pinta nada. Y te repito: no me satisface hablarte de esta manera, pero he vivido lo suficiente como para poder hablarte así. Una vez más, espero ser el hombre más equivocado del mundo: rezo por ello, porque de veras lo deseo.

Nadie va a mostrar una deferencia contigo, o una renuncia, a menos que esa persona te aprecie o te quiera de verdad. Te lo digo así elegantemente, pero si quieres, puedo utilizar palabras que entenderlas mucho mejor: no eres un recurso para llevar a cabo el proyecto de ninguna mujer, porque si has de llevar algún proyecto, ese proyecto eres tú o lo eliges tú. Hay relaciones que se rompen si no se terminan formalizando ¿Sabes por qué? Porque pesan más los planes, que las personas que los tienen que vivir y llevar a cabo. Y si no actúas según el plan, te descartan. Ojo, que no todo es ya así, ni todas las mujeres se quieren casar (ni de coña). Pero no he conocido a una sola que diga que te quiere y que no pretenda tener el 100% de ti. Te recuerdo que no eres un instrumento, eres una persona, eres un hombre.


Si no me crees y estás en una relación, a la que destinas tus recursos, tu voluntad, tu tiempo y tu afecto, y quieres ver si digo la verdad… basta con que destines parcialmente (he dicho parcial, no totalmente) parte de ese tiempo y recursos a algo que tengas pendiente por resolver contigo mismo. Ya verás como sí que importa que tu disponibilidad sea total, y que además de ello esté subyugada a sus planes e intereses. O si no quieres ser padre, por ejemplo ¿por qué tienes que aceptar ese dogma impuesto? La relación se terminará resquebrajando porque te llamarán inmaduro, y falto de compromiso. Ahora que como el mundo de las relaciones es asimétrico, si ella decide no ser madre, está en su derecho ¿verdad? Y nadie es quien para presionarla. ¿A ti si te pueden presionar para ser padre? Amigo, aquí hay algo que no funciona, y va siendo hora de que te plantes. A ella le tiene que compensar estar contigo ¡claro! Pero a ti también te tiene que compensar estar con ella ¿qué es lo que ganas?

Ruego ser el hombre más equivocado del mundo, pero solamente te cuento lo que veo todos los días, lo que siento y lo que he experimentado. Y tomar tus propias decisiones, tiene un precio: no te va a salir gratis. La cuestión es, si vas a poder asumir el precio de ser un hombre libre. Muchos hombres no se atreven a hacerle la prueba de la puerta a sus parejas, porque saben que de hacerla… la perderían. Y ante ello, prefieren vivir en una mentira, por no tener que admitir que no les quieren de verdad, y que son solo un recurso para cumplir con un plan. Porque ¿quién ama de verdad? Esa es una buena pregunta. Aunque en un nivel más práctico, simplemente me plantearía la siguiente pregunta ¿Nos sirve de algo hoy, a los hombres amar de verdad?

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