BESO, ATREVIMIENTO O VERDAD 💋

There are a lot of things we don't want to know about the people we love.

― Chuck Palahniuk, Fight Club

Este era un juego del que una vez dentro, no podías escapar: eligieras lo que eligieras, ibas a quedar al descubierto. No le dábamos excesiva importancia, peo hicieras lo que hicieras, iban a quedar de manifiesto tus preferencias, tu valentía y tu sinceridad. Un juego de niños ¿verdad? Pues me temo que muchos adultos, que jugaban a beso, atrevimiento o verdad de niños, hoy no se atreverían a dar la cara de tal forma, y mucho menos con sus parejas delante sentados a la misma mesa. Ni si quiera las parejas que se hacen llamar liberales, o con acuerdos de mantener el compromiso a cambio de hacer cada uno su vida sexual, o bien los swingers que dicen compartirlo todo… ninguno de ellos, alcanzaría hoy tal nivel de intimidad al descubierto, consigo mismos o con el grupo que les rodea.


Y más cuando la clave del éxito de muchas relaciones, es precisamente la falta de conocimiento que tenemos por los verdaderos deseos de la otra persona, por lo que realmente siente, con lo que sueña o por lo que lo mandaría todo a la mierda, para escaparse por amor. Bueno, ya creo que la gente no se escapa por amor, simplemente lo dejan morir hasta que se tensa tanto la cuerda, que uno de los dos termina por destapar el pastel. No, nadie se escapa por amor. En cambio, dicen opositar por amor, casarse por amor que es “cuando toca” y cubrirse las espaldas, de forma que siempre haya un techo, y un nivel mínimo de bienestar.

En beso, atrevimiento o verdad, según qué versión en la que pudieras repetir prueba o no repetirla, algo se destapaba siempre. Si de mi se tratara, acabaría siempre por pagar con atrevimiento: no quiero que sepan quien me gusta, tampoco quiero que sepan mi verdad, a menos que sea yo quien seleccione escrupulosamente el contenido que comparto. Me protejo, nos protegemos y cada vez más, la coraza se va haciendo más dura. Por eso, este juego solo lo jugábamos de niños. Y antes que terminar pagando siempre con atrevimiento, poco a poco, el juego va desapareciendo en fiestas de cumpleaños de amigos y en pandillas, volviéndose todo más de cara al alcohol, la risa fácil, las drogas blandas, la charla insulsa y el ligue de una noche, los cuernos, sexo en el coche o donde pille, que con suerte… y solo con mucha suerte, quizás sea algo más. Quizás esté pecando ahora mismo, de inocencia cinematográfica. 

Dicen que los adultos jugamos a cosas de adultos, cuando son los juegos de niños, los que requieren un mayor valor y una mayor sinceridad: porque son juegos “sin juego”, pero porque sobre todo, son juegos sin doble moral. Cuando no tienes nada que sea tuyo, no te importa compartirlo todo, o te importa menos. Cuando ya eres mayor y sientes que tienes cosas que perder, porque las has ganado, entonces actúas de otra forma.


Los niños juegan, mientras los mayores llegan a acuerdos. Aunque si dos niños llegan a un acuerdo en un trato o promesa, quizás este no necesite soporte papel para ser cumplido. Simplemente si como niño no cumplías, eras un chota, un chivato, un mentiroso o un cobarde. A un adulto no le importa, o le importa menos que se le califique como tal, siempre y cuando le terminen pagando a final de mes, y su castillo de naipes llamado matrimonio, no se desmorone provocándole una ruina insalvable. A un adulto no le hacen pagar su falta de palabra, esperándole a la salida del colegio. Una vez que entras en el mundo de la supervivencia justificada por contrato, parece que ya no hay marcha atrás.

En algún momento lo perdemos: el valor de darle un beso a la chica que nos gusta delante de todos, cuando “no te habías declarado” antes; el contar una verdad forzosamente incómoda, reveladora y generalmente vergonzante, que te hacía reconocer algo que si mantenías en secreto, era por algo; y la valentía de aceptar un desafío, que por regla general, siempre ponía a prueba tu sentido del ridículo ante un público más amplio. Mi último atrevimiento, fue salir a la calle con una bandera multicolor que teníamos colgada en el balcón, anunciando PACE en italiano, colocada a modo de pareo y tocar en la pared de enfrente, ante el aplauso de los asistentes a la fiesta. La verdad, es que no fue para tanto… pero de eso hace ya mucho tiempo.

Comentarios

LO MÁS LEÍDO 🔎