MUJERES QUE BUSCAN DESESPERADAMENTE A “ALGUIEN MEJOR” 👠
A man like that is hard to find but I can't get him off my mind… Ain't it sad
And if he happens to be free I bet he wouldn't fancy me… That's too bad
So I must leave, I'll have to go to Las Vegas or Monaco
And win a fortune in a game, my life will never be the same
― Abba, Money Money Money
Es complicado mantener la confianza y la fe en lo que un día pudiera llegar a ser una relación auténtica. Y la razón, es que te cansas de llevarte hostias en el carné del amor. No te dejan de gustar, ni dejas de desear todo lo bueno que tiene una relación de pareja con una mujer a la que ames, pero te cansas de recibir golpes, desengaños y decepciones. Al final, optas por evaluar que no compensa… demasiado trabajo para cuatro momentos buenos. Y es que llega el momento, en el que te cansas de dar sin recibir nada a cambio.
Después te juzgan como hombre, te tachan de egoísta, te echan en cara que no quieras comprometerte, que no quieras implicarte en la compra de una casa, que no quieras firmar una hipoteca, que no creas en las relaciones a largo plazo, o que prefieras mantener cuentas separadas en lugar de una conjunta. Te llaman inmaduro, desconfiado, te acusan de vivir solo para ti como si eso fuera un delito, y te echan en cara que no quieras compartir techo con tu pareja, porque prefieras mantener tu espacio y tu independencia. Y ves, que estos juicios además son asimétricos, porque todo lo que la gente y la sociedad te reprochan a ti como hombre, a ella como mujer se lo ensalzan.
Nadie se plantea la pregunta, o nadie se cuestiona el porqué muchos hombres y cada vez más, nos hemos cansado de dar, y de prestarnos a un proyecto de pareja. O hemos dejado de creer en el compromiso, o creemos desde la experiencia, que estamos mejor solos y en paz. Simplemente se nos tacha, pero los porqués de nuestras razones y motivaciones, parecen no importarle absolutamente a nadie. Se nos llama para reclamarnos responsabilidades, pero nunca para hacernos partícipes del proyecto, en la fase de toma de decisiones. Se supone que tenemos que ser meros instrumentos de la realización, del proyecto que a ella le convenga tener en el momento presente. Y en efecto, así no ganamos nada: en cambio, tenemos todas las de perder.
Porque ella te gusta, te gusta y mucho. Tanto, que hasta podrías llegar a quererla: ella lo sabe y tú lo sabes, porque has tratado de demostrárselo, lo mejor que has sabido, o que has podido. Pero parece que ella sigue esperando a que venga alguien mejor. No te dice que no, pero tampoco te ha dicho que si: ese es un NO a su manera, quizás para no herirte… pero no deja de ser un NO. Una vez más, cometiste el error de tratarla de forma diferente, porque creías que ella era diferente. La cagaste, porque no lo era y ella se dio cuenta de que querías mostrar tu mejor versión. En efecto, lo intentaste demasiado y eso a ella le sirvió para tener la excusa de esperar a alguien mejor. ¿De quién crees que hablo? ¿de mí? Puede ser. Pero somos muchos, demasiados.
Y es que esa es la fantasía que ha sustituido públicamente a la del príncipe azul: alguien mejor. Porque en la fantasía de la mujer, siempre tiene que venir alguien hacia ella y no al revés. En las fantasías sexuales femeninas, y en las películas que se montan en la cabeza, nunca hay una igualdad verdadera: ellas lo saben. Nunca lo admitirán, pero es así. Nunca van a esperar a alguien feo y sin dinero, porque la hipergamia y la atracción instintiva hacia lo nuevo, lo variado, y lo diferente, es el patrón de medida. Esto o lo asumes, o no estás en el mundo. De hecho, debería decir que la verdadera fantasía, no solamente es alguien mejor, sino alguien mejor y diferente: siempre a más.
En este sentido, la mujer actualmente ha pedido completamente el sentido de la realidad. Aparte de que su puerta está siempre abierta a alguien que ella considere mejor, independientemente de cual su estatus o estado actual, con o sin pareja, no mira en ningún momento en evaluarse a sí misma o hacer autocrítica. Esto nos da una mujer exigente y cada vez más egoísta, que se ve a si misma como merecedora de todos los bienes y derechos universales, sin sentirse motivada o forzada a mover un dedo por obtenerlo. Ojo, que te estoy hablando de pareja, no de trabajo o dinero, que para lo suyo si trabajan y además, no quieren que se lo toque nadie.
Si juntas su libertad, con un mostrador siempre abierto a alguien mejor y su nivel de exigencia, te darás cuenta de que es imposible que exista una sola mujer satisfecha sobre la faz de la tierra. Pues bueno, ellas pretenden que este sea nuestro problema: o sea, que seamos nosotros los que nos esforcemos hasta la estratosfera por satisfacerlas, a sabiendas desde el punto de partida, que esto es prácticamente imposible. ¿Sabes una cosa? NO es nuestro problema. Y si tu objetivo como hombre, es mejorar a los ojos de las mujeres, estás muerto antes de empezar tu propio vía crucis sexual y afectivo. ¿Qué hombre en su sano juicio invierte tiempo y recursos en una batalla perdida de antemano? Yo desde luego que no.
Pues a pesar de ello, hay tíos que se matan haciendo cola en esta fila del despropósito. Y uno piensa ¿qué gano yo con todo esto? Esa es la pregunta que deberías hacerte, antes de dar un solo paso en el camino de tratar de satisfacer, a una mujer concreta, o a varias, o a todas… ¿Qué ganas tú? Porque la mera compañía, ya me dirás que te aporta ¿te aporta algo? Si tú tienes que hacerlo todo y ella solamente se va a limitar a aceptar o rechazar, dime ¿qué te está dando ella? Y si además sabes, que ella siempre va a estar esperando a alguien mejor ¿te compensa ese esfuerzo? Trata de ser objetivo por favor, ya sé que no la ves igual que a las demás, pero si no piensas en ti y en tus intereses, estás muerto como hombre.
Sabiendo esto, te darás cuenta que ninguna mujer actual se merece ni tu exclusividad, ni la totalidad de tu tiempo, ni de tus recursos, ni mucho menos tu fidelidad. Todas estas barreras, nos las imponemos nosotros mismos desde nuestra libertad, si deseas hacerlo, no seré yo quien te lo prohíba. Pero si lo haces, debes tener muy presente, que nada de ello cierran o compran una relación. Y por ello, deberías obrar en consecuencia, y empezar a ser más libre, cuando te plantees ir en serio con una mujer. También puedes elegir no hacerlo, y dedicar tu tiempo y tus recursos a ti mismo y a tu carrera, a tu bienestar, a tu salud y a tu vocación. Así te aseguro que llegarás lejos: sin collar y sin cadenas, el hombre avanza.
Después, conoces mujeres muy frustradas, porque dicen no encontrar el amor que anhelan, o el hombre adecuado, o a la pareja que siempre han deseado. Y llenan sus perfiles en redes sociales de memes deprimentes, que expresan ese anhelo de que ellas valen mucho, y que tú eres gilipollas o un malnacido si no sabes verlo. Pues bien, igual estas mujeres, han tenido al alcance de la mano y en más de una ocasión, la oportunidad de tener algo sólido y real, con alguien que de verdad les hubiera servido para ese proyecto. Pero ¿adivina qué? No lo han visto porque a lo mejor no llegaba al 1.80 de estatura, o porque ese hombre no se guardó nada, se mostró tal cual y no la dio caña, ni drama: sin juegos ni maquillajes, o purpurina de un estatus que proyectar y escenificar. Cuando ves esto ¿qué quieres que te diga? Ellas verán lo que hacen con su vida.
Tú no eres responsable de ello, ni yo tampoco.
Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.
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