¿QUIÉNES SON LOS MISERABLES PRIVILEGIADOS? ⛓

A man is not idle because he is absorbed in thought. There is visible labor and there is invisible labor.

― Victor Hugo, Les Misérables

A nadie le gusta trabajar gratis. Y no hablaré de voluntariado, sino más bien de imposición. Es más, trabajar gratis sin ninguna retribución, es sinónimo de multa o de penalización que se le puede imponer a alguien, cuando se ha delinquido o cometido una falta. También como medida disuasoria o aviso para no volver a delinquir, imponiendo una multa más leve a una pena de cárcel, como por ejemplo horas de servicio a la comunidad; o trabajo social como sustitutivo del ingreso en prisión, o incluso ya dentro de la cárcel, como posibilidad de disminuir la condena. Existen todavía en regímenes no democráticos, los famosos trabajos forzados en prisiones, y lo que hemos podido aprender de la historia, sobre lo que ocurría en los campos de concentración, también está ahí.


El trabajo es algo implícito en el concepto de lo que entendemos es un hombre. ¿Piensas acaso que hablo bíblicamente? Ya verás que no, porque lo que quiero decir, es que un hombre a menos que tenga una situación económica relajada, no puede verse libre de la carga de tener que trabajar para mantenerse. Es algo sencillo: no puedes decir que no trabajas, porque eso es una excepcionalidad que suele indicar más veces un déficit o una carencia, que ser un signo de abundancia. No nos cuesta entender el concepto de esfuerzo, porque vivimos con él a cuestas desde que ponemos el primer pie en el suelo. Y nosotros como hombres, no podemos elegir en ningún caso, dejar de trabajar para hacer otra cosa, o dedicar nuestro tiempo a otras actividades o funciones vitales no remuneradas, porque no tenemos esa posibilidad. Somos nosotros mismos, los que cubrimos nuestras espaldas.


El feminismo hegemónico, ve en esto de forma conveniente, tanto que pretende convertirlo en axioma y enraizarlo legalmente, un privilegio asimétrico; cuando de hecho lo que es un privilegio, es poder elegir o tener la opción de poder real, sobre qué hacer o no hacer con tu tiempo, con tu vida, con tu cuerpo… con lo que sea. Y no diría un privilegio, sino un derecho; por lo que existen más derechos en un lado y menos en otro. La palabra privilegio, lo que quiere decir aquí es que nosotros tenemos menos derechos, simplemente porque tenemos menos grados de libertad para elegir y tomar decisiones. Como hombre si no trabajas, no tienes ningún derecho a percibir dentro del sistema. El estado no te devuelve nada, que previamente no le hayas entregado antes. Esto también se entiende fácil ¿verdad? Ya ves que desmontar ese axioma de mierda, no lleva si quiera un párrafo de lenguaje sencillo.

Quedaremos pocos o muy pocos: esa es la conclusión a la que llego después de consultar las bases del concurso. ¿A qué concurso me refiero? El que hay organizado en plan subasta invertida, en el que al final gana la mujer que menos invierte. Y es que uno se cansa de repetir historias y de caerse del burro, o de la burra en cuestión. A los hombres a menudo se nos suele tachar de egoístas, porque nos negamos a dar, o mejor dicho, porque nos negamos a dar algo gratis sin obtener nada a cambio. ¿Sabes por qué pasa esto? Porque se supone y está así establecido, que dar, ceder, entregar y regalar, están implícitos en el significado social de lo que un hombre es, o debería ser. Vamos, que se da por hecho, y si como hombre no das o no entregas, o no cedes, es que no eres un hombre. 


Lo que pasa, es que dar sin pretender recibir nada a cambio, o sin más… la mera compañía, no es algo que nos aproveche, o que nos haga ganar algo que antes no tuviéramos. Y creo que con un poco de luz, tampoco es necesario demasiada, se puede ver claramente, que dar sin recibir nada a cambio, es perder. Es un simple balance, hasta un niño lo entiende. Esta definición tan conveniente de lo que se supone un hombre debe hacer o no hacer ¿Alguien me puede decir quién fue la primera en establecerla? Digo la primera, porque dudo mucho que fuese uno de los nuestros. Y si lo hizo alguno entre nosotros, ya sabemos que probablemente, tendría alguien (o alguna) marcándole el dictado de la norma. Tonto él.


A mí no me molesta dar, porque hay veces que sale de uno sin que se lo pidan y te hace sentir bien. Pero eso de dar por hecho, lo que se debe hacer y lo que no… La realidad es que no conozco hombres que tengan la opción de vivir gratis o por lo cara. Por lo que si quiero conseguir algo, tengo que esforzarme de alguna forma por obtenerlo, ya sea tiempo, voluntad o dinero, porque nadie me lo va a traer a la puerta de casa. Eso solo pasa cuando compras algo en amazon. Y para que te traigan algo a casa, antes has tenido que pagarlo ¿verdad? Es muy fácil de entender.


Como verás ningún escenario se sostiene, sin que haya hombres que lo sustenten con su trabajo, o con su esfuerzo, o con su voluntad, o con su tiempo. No existiría justicia social, si no somos nosotros en nuestra totalidad los que la hagamos posible. Y lo digo muy tranquilo, porque al no poder elegir entre hacerlo o no hacerlo, no nos queda otra. Entonces ¿por qué debemos creer eso de que tenemos algún privilegio si ya de hecho tenemos que pagar por todo? No comulgues más con esa mierda, porque no implica otra cosa que la imposición a una parte, o sea a nosotros, de las demandas de la otra parte que sí puede elegir qué hacer con su tiempo, con su voluntad y con su cuerpo.

Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.

Comentarios

LO MÁS LEÍDO 🔎