DEJA QUE LO HAGA ELLA POR TI 🔓🔑
Detective Ambrose: Do you even realize that I'm trying to help you?
Cora: Are you?
Detective Ambrose: Yeah, I'm trying. Nobody else gives a damn, but… I'm here.
Cora: But you're a detective and you're not suppossed to be helping me… so why?
Detective Ambrose: The truth. It's my job to know the truth.
Cora: You're so full of shit.
Detective Ambrose: Good. Whe have something in common, don't we?
― Detective Harry Ambrose & Cora Tannetti, The Sinner
¿Qué quiere decir eximir? Por si desconoces este término, la R.A.E. define eximir como librar, desembarazar de cargas, obligaciones, cuidados y culpas. Algunos sinónimos de eximir son: dispensar, quedar o estar exento, indultar, liberar o librar. Quiero que por un momento pienses, en todas las situaciones que hayas atravesado, en las que hayas sido liberado de alguna carga o culpa, o hayas quedado exento, por ejemplo, de pagar una multa o penalización, que en un principio se te hubiera imputado de forma justa o injusta. ¿Cuántas te salen? ¿muchas o pocas? Déjame adivinar: pocas o ninguna. Si me equivoco y has tenido esa suerte de fortuna, me gustaría que me lo contaras. En serio, soy todo oídos.
Supongo que a estas alturas de tu vida, te habrás dado cuenta si eres varón, que nada de lo que hagamos nos sale gratis y que siempre habrá consecuencias que nos caigan encima, cada vez que tomamos una decisión y posteriormente la materializamos en el mundo real. Quiero insistir, en que esto solo ocurre cuando del hombre se trata. Si hay algo de lo que podamos estar seguros, de cara a la vida real, a las normas sociales y a las leyes, es que siempre somos los últimos responsables de la cadena de culpa. Los primeros en ser señalados y los últimos en ser beneficiados si se da el caso. Esto en el día a día, tiene sus consecuencias.
No necesitas pensar demasiado, para encontrar ejemplos concretos, en los que la propia legislación, convierte a la mujer como una irresponsable integral legalmente hablando, independientemente de cuáles hayan sido sus actos. Ya que si ella ha actuado, la ley y las normas sociales, han sido diseñadas para encontrar una justificación fuera del sujeto, que haya provocado esa reacción, porque se da por hecho, que es una reacción, eximiéndola de cualquier responsabilidad, o bien poniéndola legalmente como sometida a las circunstancias, pero nunca como primer agente de intención. En cambio, al varón se le trata de culpable en primera instancia y se le imputa directamente como agente responsable.
Si hablamos de la libertad de expresión en los medios, ya te habrás dado cuenta, que cualquier hombre que goce de un estatus vox pópuli, que tenga un mínimo de reconocimiento público, debe medir siempre sus palabras, antes de que estas sean expresadas en abierto y sometidas a juicio de opinión. Ya que, en ningún caso, se le va a consentir traducir realmente lo que puede ser un hecho objetivo.
Si su opinión, aun estando corregida por la dictadura de lo políticamente correcto, tiene algún matiz que encienda las alertas del régimen dictatorial mediático, aunque se esté describiendo un hecho tal y como se ha dado, éste hombre será condenado y lapidado públicamente, sin necesidad alguna de contrastar la veracidad de la información, el contexto en el que se haya expresado, o la intención por parte del medio de comunicación, en obtener una respuesta condicionada, con el fin de poner en riesgo la integridad o el honor del hombre en cuestión.
En cambio, la mujer que goza de esta misma posición, o incluso sin disfrutar de un alcance mediático o público, tiene carta blanca para expresar lo que le salga del **** (pongo asteriscos, para que puedas hacer uso de tu libertad de pensamiento). De hecho, con el mero uso del lenguaje, o la comunicación verbal o no verbal, una mujer puede estar perfectamente acostumbrada a librarse de una responsabilidad, una multa o culpa, simplemente por no reconocerse consciente, o por decir desconocer el posible agravio que esté cometiendo, o haya cometido. No es algo que de seguro le resulte extraño, o puntual y que puede vivir con total normalidad, ya que según su forma de pensar, expresarse o actuar, le resulta lícito y justificado, porque las normas sociales así lo aceptan.
Vamos ahora a apelar un poco a la inteligencia: solo si eres capaz y pensando un poco, te habrás dado cuenta, no con este texto concreto, sino con la realidad social, legal y económica que nos rodea, que cualquier tipo corriente como tú y como yo, no goza de los mismos privilegios ¡ojo! porque son privilegios, que una mujer tiene a la hora desenvolverse, de cara a enfrentar una sanción ¿crees que te voy a pedir que protestes? ¿crees que te propongo ser objeto de discriminación al aceptar lo que es un hecho? ¿crees que te voy a sugerir de alguna manera, que luches de forma pública por una igualdad corresponsable de ambos sexos? Pues no, porque no quiero que pierdas tiempo y ganas. Tampoco quiero que te estrelles contra la pared una y otra vez, o que intentes convencer a las mujeres que te rodean que “sean honestas”. No vas a conseguir nada así.
Te voy a proponer algo bastante diferente a lo que probablemente tengas en mente: Si el sistema tiene normas sociales establecidas contra las que no puedes competir por el hecho de ser varón, siempre será más fácil hackear este sistema, que destruirlo. Te invito de alguna forma, a que seas más inteligente ¿cómo? Es más fácil de lo que crees: si el sistema te impone que hables de una determinada forma, pero debes expresarte, no lo hagas tú mismo: haz que una mujer lo haga por ti. Vaya, estoy seguro de que no esperabas semejante obviedad. Si el filtro te impide moverte con libertad, deja que conduzca ella y aprovéchate de su ventaja social. Deja de quejarte por lo injusta que es esta burbuja y obra con inteligencia.
Piensa por un momento, que para lo que ella entiende como inteligencia social, en muchas ocasiones tú lo entenderías como jugar sucio. Bueno, pues vamos a empezar a diferenciar entre lo que es jugar limpio y no mancharse. No es lo mismo: a nosotros siempre nos han hablado de jugar limpio y hacer lo correcto ¿verdad? Pues a ellas, lo que las normas sociales les permiten, es actuar de la mejor forma para ellas, de la forma más conveniente. Y mientras la frontera más básica que nos da la lógica impuesta, es elegir entre bueno o malo, blanco o negro, a ellas se les permite emplear una escala de grises, con tantos tonos como les sea de interés utilizar, de forma que su blanco o negro, queda reducido a dos líneas extremas separadas hasta el infinito, por una escala de grises de amplia gama. Bueno, pues… benefíciate de ello.
Ante esto, te pido que seas listo y que renuncies al ego del protagonismo, que quizás te sea lo más difícil. Y para ello, te voy a poner un símil informático: No se puede hackear un sistema, con tu propio usuario y contraseña, si tu usuario y contraseña, no tienen si quiera los suficientes privilegios para poder alterar un resultado en el sistema. Si quieres hackear un sistema, o alterarlo, sabes que debes gozar de los privilegios de un administrador, con lo que tu reto, es conseguir acceder a un perfil de administrador, para que sea a través de este con el que puedas alterar este sistema. Bueno, pues en esta época en la que nos ha tocado vivir, ellas a través de las normas sociales, son las administradoras del sistema, y tú serías el hacker que hace alteraciones en tu propia conveniencia, a través de un usuario y contraseña que no son los tuyos.
Piensa, si ella tiene carta blanca y práctica inmunidad, aprovéchate de ello en lugar de ir a la contra. Ya hemos comprobado que no nos sirve de nada ser buenos chicos, seguir el camino correcto o cumplir las normas. Seamos más inteligentes por una vez y aprovechémonos de la situación. Deja que lo haga ella por ti. Ya que no vamos a beneficiarnos por jugar limpio, al menos no nos manchemos.
Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.
Comentarios
Publicar un comentario
El mundo no va a cambiar por lo que vayas a decir ahora, créeme... pero si crees que merece la pena y debes decirlo ¡adelante! Es tu decisión.