LO QUE TU NOVIA NO TE HA CONTADO… Y JAMÁS TE CONFESARÁ 👸
I couldn't believe that she knew my name. Some of my best friends didn't know my name.
― Ted, There's Something About Mary
¿Amigo de lo romántico? ¡qué bonito y qué enternecedor! Si fueras hijo mío, te mandaría hacer el servicio militar con la Legión durante dos años en Melilla, pero como no lo eres… me limitaré solamente a soltarte cuatro perlas que probablemente en lugar de aliviarte, te dejen más nervioso y más inseguro de lo que ya eres. Vamos a hablar de tu novia, o mejor dicho, vamos a hablar de lo que no sabes de tu novia.
Tengo comprobado que hombres y mujeres nos emparejamos por puro desconocimiento. Nadie nos obliga por ley a hacerlo, pero lo hacemos porque queremos, porque tenemos ganas, porque nos apetece y porque supongo, nos viene bien. Diré también que cuando te encuentras con una persona, que te habla mal del sexo opuesto que no contrario, suele deberse a que folla poco. Y quien dice poco, puede decir nada o casi nada. Porque si follara más, estaría más contento o contenta, y muy probablemente no le daría tanta importancia a las cosas. Es lo que tienen las endorfinas y los orgasmos, que hacen sentir muy bien a quienes los disfrutan. Ahora, esto no quita que haya cosas que vienen de serie, o que prácticamente salvo raras excepciones, no se encuentren en el catálogo de “esto es lo que hay”.
Un hombre cuando se casa o se empareja, o se echa novia, refiriéndome a algo más largo en el tiempo que una simple relación sexual, no sabe absolutamente nada, de la mujer que le gusta, o de la mujer con la que está. Nada o muy poco, y por eso precisamente la toma como pareja. Aunque me atrevería a decir, que más bien son tomados, porque conozco muy pocos tíos que realmente elijan con quien quieren estar. Lo normal es que se agarren a la primera que les da sexo, ese es su criterio: así les va… y a si nos va a los que nos queremos un poco más a nosotros mismos; que por cada uno que aguanta la posición, hay 99 que la cagan y van a pantalón bajado.
Y digo que no saben nada, o casi nada de la mujer con la que están, porque entonces se darían cuenta, de que echarse novia formal o casarse es absurdo; que le mundo es muy grande y que ninguna mujer tiene el derecho de quedarse contigo de por vida, a menos que a ti te apetezca, porque formalizar una relación, es ponerse una venda en los ojos a la realidad. No sé si te habrás dado cuenta, pero la mujer es mucho más activa sexualmente que el hombre… pero esto no es de ahora, esto ha sido siempre así. Si te das cuenta, muchas leyes asimétricas que han castigado la sexualidad femenina, las han dictado hombres que no sabían como hacer frente a esta sexualidad. Y como no la aceptaban y no sabían como intervenirla o controlarla, la penalizaban. Yo lo llamaría ponerle diques al mar.
Otra cosa es que ellas, quieran disfrutar de su cuerpo todo lo que les apetezca, que bueno… me da que igual incluso se aguantan más de lo que pueden. Te puedo decir que lo que para ti es tener una vida sexual activa y frecuente, para ellas ha sido, es y será un pequeño porcentaje, de lo que ellas ven como normal, o sienten como normal ¿un 20%? No sabría decirte, pero por ahí debe andar. Porque lo que no sabes tú, y lo que no quieren saber los maridos ni los novios, es qué ha pasado antes y durante, con la vida sexual de sus novias o esposas, en la relación, y que ellas optaran por quedárselos como mascotas.
Nosotros normalmente pedimos poco, nos basta con que nos dejen un poco en paz y tener sexo: y como lo primero en pareja y en familia es imposible, nos aferramos a lo segundo. El resto, mira… es autojustificación de que se va a algún lado en un mal llamado proyecto común. Digo mal llamado proyecto común, porque las razones que tienen ella y las razones que tienes tú, para tener una relación, no tienen nada que ver. Realmente cada uno va a lo suyo, pero lo que pasa, es que tú como hombre sueles pagar más, por lo que ella saca de tí gratis.
Lo peor de todo, es que lo que ha conseguido la seducción femenina de la mujer hacia el hombre, es hacernos creer que “lo nuestro es diferente” o en su caso “ella es única” o “ella es diferente a las demás”. Si todos pensamos eso mismo de nuestras novias y de nuestras esposas, es que… es que… ¿lo digo? Pensamos con la polla. Porque si no pensáramos con la polla, no se celebraría un solo matrimonio, ni nos echaríamos novia; simplemente estaríamos centrados en nuestros proyectos, en nuestro deporte, en lo que nos diera la gana, y tendríamos sexo cuando pudiésemos.
Pero claro, si no hay enganche, no hay familia, no hay pareja, no hay casita, no hay hijos y foto de cuento de hadas. Y el tema es el enganche, porque para que un tío se enganche, solo puede ser debido a dos cosas: o bien cree realmente que es la suya, o bien es un cobarde que se ve sin posibilidades de encontrar a otra. Y si es, porque cree que es “la suya”… es que se ha tragado aquello de que ella es única e irrepetible. No hay buenas palabras, para expresarlo mejor, lo que te quiero decir básicamente es que…
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