¿CUÁNTAS MUJERES SE HAN SENTIDO ATRAÍDAS POR TI? 💋

Mrs. Robinson, you're trying to seduce me, aren't you?

― Benjamin Braddock, The Graduate

¿Sabrías decirme cuántas mujeres se han sentido atraídas por ti? ¿sabrías decir cuántas de ellas han pensado en ti sexualmente? Te puedo decir que más de las que imaginas y menos de las que te gustaría. Y es que sabemos mucho de muchas cosas, pero en esta parte, el hombre promedio se atasca. Creo que puedo hablar en el nombre de muchos cuando digo que, en la inmensa mayoría de las ocasiones, no nos enteramos de lo que ocurre “en directo”.

El hecho de que nos creamos diferentes a los animales no ayuda, porque parece que hay que razonarlo todo, o que el sexo tiene que seguir siendo algo exclusivo, aparte, que ha de ser regularizado o intervenido, con pautas sociales establecidas y conductas apropiadas, muy alejadas de lo que es nuestra realidad instintiva. Me duele tanta socialización y tanta política correctora del instinto, que no hace nada más que abrir una brecha cada vez más grande, entre lo que deseamos, lo que necesitas, para darnos sustantivos o ni si quiera eso, de lo que debería ser u comportamiento humano normal; teniendo como base el animal que somos.

Suponiendo que tu prioridad sea el sexo, o que el sexo ocupe mucho tiempo de tu pensamiento (no sé… es un suponer, igual me equivoco), te estrellarías la cabeza contra la pared, si supieras realmente lo que pasa al otro lado: oportunidades perdidas, cagadas de libro y mucha, mucha, mucha ignorancia acerca de las necesidades del sexo opuesto. Porque se supone que hay que conocer ben al sexo opuesto, para relacionarse bien con ellas ¿verdad? Te lo he dicho, se supone, pero…

Nada más lejos de la realidad. Y lo peor de todo, es que este tipo de sabiduría no se vende en los libros. No, no se vende: sé que se quiere vender, pero no se vende. Se intenta, pero estamos hablando de atracción, esa reacción humana que tantos autores han tratado de destripar, para conseguir un método, una fórmula y reproducirla. Bueno, cada maestrillo, tiene su librillo… no voy a poner eso en duda, y a cada uno le funciona lo que le funciona, pero yo te puedo decir que siempre me han salido las jugadas cuando, precisamente no eran jugadas. Básicamente, había intención, pero no tenía la sensación de estar haciendo algo bien, o algo mal: simplemente fluía. 

Si, porque a esto y no hace tanto tiempo, se le llamaba el juego: una filosofía de la que participé y a la que contribuí con mi modesta y limitada experiencia. Aun así nunca llegué a considerarme bueno en ello, más bien hacía… lo que podía. Te puedo decir también, que he creído durante mucho tiempo saber muchísimo, o mejor dicho: creía haber aprendido muchísimo y hasta creer tener “el tema controlado”, pero no hay nada como cumplir años, para darse cuenta que las reglas de la seducción, son precisamente una sola: no hay reglas. Esto lo tengo clarísimo. No hay reglas, porque esto es puro instinto, y quien quiera darle un matiz calculado, predecible, o razonado, o de acción-reacción, al por qué una mujer de pronto empieza a sentirse a traída por ti, está equivocado de base.

¿Sabes algo? Siempre me reventó las tripas, sentir que mi relación con las mujeres, su éxito o su fracaso, dependiera de la suerte, o que simplemente no dependía de mí. Nunca acepté, ni aceptaré el hecho de que “te elijan” y que por el hecho de que te elijan, se suponga que debas aceptar y consentir. Por eso sigo soltero y así seguiré hasta el fin de mis días. Sé que no me estoy perdiendo nada, por eso puedo hablar.

Pero también, y a toro pasado, que es quizás lo que más vale no ya para mí, sino para otros que todavía no son conscientes de lo que son, o de lo que tienen, mirando hacia atrás, no hubiera perdido tantas oportunidades como he perdido, por querer “hacerlo bien”, o por creer que estás “haciendo lo correcto”. Eso, cuando pasa el tiempo, te das cuenta que no ha servido para nada. Y que lo que crees que es seguro hoy en día, mañana no tiene valor ninguno: nada, cero.

Cuídate, trabaja, gana dinero, lleva la vida que quieras vivir y vive para ti: ese es el secreto de la seducción.