EL DISCURSO DEL LE脫N APLICADO AL HOMBRE PROMEDIO 馃

You got this lion. He's the king of the jungle, huge mane out to here. He's laying under a tree, in the middle of Africa. He's so big, it's so hot. He doesn't want to move. Now the little lions come, they start messing with him. Biting his tail, biting his ears. He doesn't do anything. The lioness, she starts messing with him. Coming over, making trouble. Still nothing. Now the other animals, they notice this. They start to move in. The jackals; hyenas [...] get closer and closer, bolder and bolder. Till one day, that lion gets up and tears the shit out of everybody. Runs like the wind, eats everything in his path. Cause every once in a while, the lion has to show the jackals, who he is.

― Mike, In Poolhall Junkies (The Lion speech)

Un hombre es lo que hace y como al le贸n, nadie le regala nada. Si llega a ser el l铆der de la manada, antes ha tenido que demostrar lo que vale. No se consigue el t铆tulo de rey de la selva sentado bebiendo cerveza, ni viendo el f煤tbol, series o pel铆culas en Netflix o HBO. Aun as铆, nos gusta estar a nuestro rollo y que nos dejen en paz, haciendo lo que nos apetezca hacer, solo cuando podemos estar un poco tranquilos. No necesitamos estar continuamente sumidos en la actividad, ni en mostrarnos para que se nos vea, ni tenemos que tocarlo o reformarlo todo, ni tenemos la necesidad imperiosa de comprar para sentirnos mejor. Actuamos y hacemos, cuando entendemos que hay que actuar.


El resto del tiempo, si nos pueden dejar en paz… pues mejor. Pero como antih茅roes en el mundo real, los hombres promedio no tenemos muchas oportunidades para ganarnos un trono, o un liderazgo, o simplemente se nos olvida todo ello, porque salimos cansados del trabajo y en casa, tambi茅n hay que seguir al pie del ca帽贸n. Si est谩s en familia peor, ya que olv铆date de tener un espacio propio, intimidad, o tiempo para ti mismo, o para hacer b谩sicamente nada: lo que muchos conoc铆an como descansar, antes de tener hijos. Por eso se acusa al hombre de vago, o se le tacha de hacer menos en casa: parece que el hecho de trabajar m谩s horas fuera de casa no computa ¿verdad? Eso parece que “no desgasta”. Esta seria la palabra exacta: desgaste.


¿Es que ni un s谩bado o domingo por la ma帽ana te van a dejar tranquilo? Que si hay que ir a comprar, que si hay que arreglar la lavadora, que hay que montar la estanter铆a, que hay que llevar a los ni帽os al polideportivo, que esto… y que lo otro… Todo menos estar tranquilo y retirado en tu cueva. Conozco hombres cuyo 煤nico momento para ellos en el d铆a, es salir a sacar la basura; y este hecho tan simple, les sabe a vacaciones. Solamente cinco minutos sin estar escuchando a nadie pidi茅ndote que hagas esto, que hagas lo otro, ech谩ndote cargas y recordatorios, programando tu tiempo y tus recursos de aqu铆 a… ¿hasta cu谩ndo? En momentos as铆, muchos hombres se dan cuenta de que han tomado la decisi贸n equivocada: ya no pueden ser ellos mismos, porque si no, se rompe la baraja. Muchos no lo querr谩n admitir, pero solamente les queda la justificaci贸n.

Este desgaste, al que nos sometemos d铆a a d铆a es el que precisamente evita, que podamos reservar nuestras energ铆as y nuestras fuerzas para proyectos que ser铆an m谩s fieles a nuestra vocaci贸n, para poder emprender, o avanzar y progresar profesionalmente. Ser铆a la imagen de un le贸n flaco, gastado, herido y con la melena hecha polvo, que est谩 siempre cansado. No tiene tiempo para estar a la sombra bajo un 谩rbol en la Sabana africana, porque cada vez que viene la leona a increparle, para que se levante, 茅ste va y hace lo que la leona le dice, porque si no, no le deja en paz.


Y en el trabajo igual, porque probablemente sea un trabajo de jornada completa, en el que tengas que hacer lo que te dicen y no lo que decidas hacer. As铆 de lunes a viernes, llegando a casa a las 20:00 con suerte, donde adem谩s… te est谩n esperando. Pueden contarme los argumentos a favor que quieran, pero esto no es vida. Los hombres tienen una esperanza de vida menor, o sea, que esto no es ninguna broma: este desgaste pueden ser cinco a帽os menos de vida, y no… no todo son malos h谩bitos de salud. Nunca he escuchado a mi doctora decirme que trabaje solo cuatro horas al d铆a por la ma帽ana, pero s铆 en cambio, me ri帽e como si fuera un cr铆o y me manda una dieta que me genera infelicidad. Vamos hombre… ¿qu茅 nos queda?

Existen mujeres que creen que sus maridos les son infieles con otra, porque tardan m谩s de lo que deber铆an en volver a casa, al salir del trabajo, o bien… se quedan de m谩s en la oficina, cuando realmente nadie les est谩 obligando. Los cinco minutos cortos de sacar la basura, son eso: muy cortos. Y ah铆 est谩is viendo a hombres desgastados, que est谩n buscando tener m谩s tiempo, como sea y mal planteado, pero tener algo de tiempo para s铆, porque saben que en cuanto entren por la puerta, les van a seguir asignando tareas diversas y reproches varios. La leona, los cachorros, los chacales y las hienas, siempre est谩n al acecho de no dejarle al le贸n, ni sus cinco minutos de sombra en paz.


Si pides tener ese espacio que necesitas para ser t煤, pidi茅ndolo no te lo van a dar. No, no te lo van a conceder, as铆 que o te lo tomas t煤, o lo impones o ese le贸n va a estar siempre cascado, cansado y hecho polvo, porque no tiene tiempo de recuperarse bajo la sombra. No tienes que pedir que te respeten ese espacio, porque ese espacio te pertenece, lo que tienes que hacer, es respetarte a ti mismo y conservar ese espacio para ti, de forma innegociable: que te dejen en paz. Punto. Y no cabe negociaci贸n. No te tienes ni que pelear, ni discutir, ni tom谩rtelo como una batalla, o algo personal. Simplemente, hazlo. Solo tienes que hacerlo: es tu espacio y es tu tiempo. Si no eres capaz de hacerlo, y por tanto, no eres capaz de respetarte a ti mismo, no esperes que los dem谩s lo hagan por ti.

Somos los antih茅roes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.

Comentarios

LO M脕S LE脥DO 馃攷