C脫MO ROMPER EL TECHO DE CRISTAL 馃敤

You my nigga? The night of the fight, you may feel a slight sting. That's pride fucking with you. Fuck pride! Pride only hurts. It never helps. You fight through that shit. Because a year from now, when you kicking it in the Caribbean you gonna say to yourself: "Marsellus Wallace was right".

― Marsellus Wallace, Pulp Fiction

Nos matamos a trabajar en empresas, que quiz谩s ni si quiera saben que existimos, a menos que seamos un presidente, un director general o un alto ejecutivo. Aunque ahora se llamen de otra forma: CEO, Founder, Manager de esto, Deputy de lo otro, Consultant de lo de m谩s all谩 y Head del no s茅 qu茅, etc. es la misma baraja de siempre. Nuestro nombre no suena en las reuniones, no todo el mundo sabe lo que hacemos, pero trabajamos. Y a cambio de ello nos pagan, y nos pagan menos de lo que todos creemos merecer ¿verdad? Esto pasa mucho, tranquilo… no eres el 煤nico que cree que le pagan menos de lo que se merece.


Ahora bien, te voy a preguntar ¿para qui茅n trabajas? Porque hay est谩 todo el misterio del concepto conocido como techo de cristal. Dime para qui茅n trabajas, porque lo primero que quiero que caigas en la cuenta, es que en efecto: trabajas para otro. Y si trabajas para otro, no es tu tablero y no eres t煤 quien pone las normas. B谩sicamente no es tu casa, y si ni siquiera mandas en tu casa, menos vas a mandar en la empresa para la que trabajas.

Cuando ciertos lobbies, que dicen representar los derechos de las mujeres se quejan, de que entre los puestos directivos de las empresas no hay mujeres, y que a nivel de resultados, no hay paridad en la representaci贸n hombre-mujer, en las c煤pulas de las empresas, te dir茅 que no es algo que me haga gracia; ni much铆simo menos… pero es que a nosotros, nadie nos ha regalado nada, ni nos lo han puesto m谩s f谩cil por ser hombres. Ni todos los hombres que trabajamos en empresas somos ejecutivos, ni cobramos m谩s, ni tenemos privilegios unos sobre otros por derecho de nacimiento. Eso no existe: el poder no tiene sexo. Yo te puedo decir que a lo largo de mi vida profesional, he tenido un n煤mero similar de jefas mujeres, que de jefes hombres; y si me tengo que quejar de algo, o dar las gracias, no se va a deber ni al sexo, ni al g茅nero, si no a la persona.


Si tomas la decisi贸n eligiendo trabajar para otro, en un trabajo por cuenta ajena, a menos que seas un reptil inteligente de cerebro primario programado solo para morder y atacar, dudo mucho que vayas a heredar la empresa. No s茅, igual es esto lo que pretendes, ascender y que todos te adoren. Si la empresa no es tuya, el m茅rito y la promoci贸n no suelen ir unidos de la mano, al menos en un pa铆s como Espa帽a no. El techo de cristal, no es algo que dependa de ti: es algo que debes entender. Cuando vas a casa de alguien, como invitado o como hu茅sped, es el anfitri贸n el que pone las normas. Y t煤 como invitado, el que las acata. Si no est谩s a gusto en esa casa, est谩s en tu derecho de irte, pero no le puedes decir al anfitri贸n como hacer y deshacer en su hogar. A ver… poder, puedes porque tienes derecho: pero el anfitri贸n tambi茅n est谩 en su derecho de escucharte, de hacerte caso, de mandarte a la mierda, o a la puta calle.


Bajo un paraguas m谩s grande, todos nos creemos siempre con raz贸n, en cuanto a que todo podr铆a hacerse mejor. Pero ese paraguas, no lo sostenemos solo nosotros. Como profesionales, todos los miembros de una empresa contribuyen a que la maquinaria funcione, pero por ser de todos… no es de nadie. Bueno, miento: la empresa es del due帽o, que es quien tiene la 煤ltima palabra. Eso no es un techo de cristal, es una escala de mando y una diferencia de funciones, atributos y propiedades.

Esto es lo que muchos profesionales y trabajadores no entienden, cuando se quejan del techo de cristal al que dicen estar sometidos. Ni somos lacayos de una cohorte feudal, ni elegidos por derecho divino a ocupar un trono: somos profesionales, somos trabajadores y trabajamos; y si queremos romper un techo invisible de cristal, no queda otra que hacer las cosas a nuestra manera, si es eso lo que queremos… Y para eso queridos compa帽eros: tenemos que asumir un riesgo y trabajar por cuenta propia. Ser due帽os de nuestro negocio, ser nuestro propio jefe y comprobar si realmente, nuestra idea funciona. ¿Quieres que se reconozca tu m茅rito profesional? Ponlo a prueba.

Mientras est茅s reclam谩ndole y esperando algo de alguien que est茅 por encima de ti, siempre habr谩 alguien por encima de ti: ese es el techo de cristal.

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