¿CULPABLE DE SER BLANCO Y LLEVAR UN NEGOCIO? 🙊

Is white guilt supposed to make me forget I'm running a business?

― Max Cherry, Jackie Brown

Cuando doblaron Jackie Brown de Tarantino al castellano, en la frase de Max Cherry (Robert Forster) se pierde un matiz importante de lo que en realidad quería decir. Aquí le oímos decir ¿Debo sentirme culpable por ser blanco y llevar un negocio? Cuando siendo literales, lo que quería decir era: ¿La culpabilidad blanca va a hacerme olvidar que llevo un negocio? Apenas afecta al resultado de la conversación, pero como verás no es exactamente lo mismo.


La culpabilidad blanca es la culpabilidad individual o colectiva que sienten algunos blancos por los daños resultantes del trato racista hacia las minorías étnicas por parte de otras personas blancas tanto históricamente como actualmente en los Estados Unidos y en menor medida en Canadá, Sudáfrica y el Reino Unido. Es actualmente junto con el feminismo de la tercera ola, la piedra angular de la persecución y discriminación social e institucional hacia el hombre blanco heterosexual, en la práctica totalidad de Occidente por las instituciones, y a nivel ciudadano por los llamados SJW (Social Justice Warriors).

¿Qué es un Social Justice Warrior? Persona que expresa y promueve visiones socialmente progresistas y en favor del multiculturalismo. Es un término considerado hoy peyorativo, en referencia una persona que se ve a sí misma como "políticamente correcta" por seguir posturas socialmente consideradas como progresistas o de izquierda, incluyendo feminismo, derechos civiles, multiculturalismo e identidad política o cultural. Es también el estereotipo de la feminista irracional, moralista, sesgada y autoexaltada de la tercera ola.

Estamos hablando de víctimas profesionales pasivo-agresivas que ven opresión y agresión en todas partes para poder explotarla, que reclaman safe spaces o espacios seguros, donde ningún hombre blanco pueda hacerles daño con su mera presencia o existencia. Todo lo que les es ajeno, es ofensa y agresión, hasta tal punto que es imposible cruzar dos palabras, o tener una conversación normal con uno de estos especímenes, sin ser acusado de representar lo peor de la humanidad, ya que pretenden imponer radicalmente la supuesta protección del más débil hasta el extremo, a cualquier coste humano, económico y social, convirtiendo su creencia en doctrina y tiranía. Están en las instituciones y es un macro-lobbie compuesto a su vez de otros lobbies, todos empoderados y financiados. Aquí tienes un par de enlaces del canal Un Tio Blanco Hetero, donde te lo cuentan con mucho más detalle.

Todo esto ha tenido su génesis, pero me parece más interesante, contarte cómo esto se da a nivel particular e individual, para que sepas de donde salen estos comportamientos empezando desde niños, en el colegio y en las familias. Para eso, te voy a contar cual sería más o menos, las circunstancias que se han dado, para que ya desde niños muchos hayan sido programados para vivir una vida de incapacidad, sobreprotección y perpetua inmadurez pre-adolescente.

Cuando era pequeño y me daba un berrinche, de esos berrinches que le dan a los niños cuando no se salen con la suya, mis padres no cedían nunca. Y en especial mi madre, que más que mi madre era la reina de Esparta. No me pasaban ni una, pero ni una ¿eh? Igual mi padre era algo menos duro (que no blando), pero la Felisa… se las traía: Te comes lo que te han puesto, porque es lo que hay. Punto. Sin cabida a la negociación, ya podía yo montar la que quisiera, que hasta que no lo terminaba todo, no me levantaba de ahí, con ayuda o sin ayuda. Cuando te digo ayuda, me refiero a algo así como: si no te comes esto, mañana te cae el doble. Después mi padre venía del trabajo, me repasaba la tarea y me tomaba la lección. Lo dicho, no había lugar a la tregua: ver la película de las 10:00H era el premio, no la victoria. El nivel y el tono de los berrinches “mágicamente” fueron bajando, hasta desaparecer por completo en la adolescencia. Estaba claro que mi destino, no era ser un Social Justice Warrior.


A mí, como a tantos otros, nos tocaría aceptar en lo grande y en lo pequeño, las cosas de la vida que no siempre te gustan y que no siempre elijes. Aguantar al matón del colegio, ser invisible muchas veces, estudiar solo muy de vez en cuando, tener un premio. Sin complejo vitamínico y sin TV hasta no terminar el plato. Hoy soy libre de poder comer de todo, puedo elegir y saber qué me sienta bien y lo que no, porque mis padres no me ahorraron un solo disgusto, y pasaron por encima de mis berrinches. Mi padre y mi madre me educaron, me hicieron comer y estudiar cuando tocaba, nos apuntaban a mi hermano y a mí todos los veranos al polideportivo, y en época escolar, me llevaban a entrenar, y a jugar los sábados y domingos el partido de la liga infantil, aunque lloviera, aunque tronara, aunque hubiera que levantarse a las 7:30 en fin de semana… aunque me tocara ser suplente y no jugara todo el partido y solo la segunda parte. Y no pasaba nada. En la vida uno no es siempre el protagonista o el centro... y no pasa nada. De pequeño me robaron varias veces, y aquí estoy ¿a quién le reclamaba yo espacios seguros? En mi barrio te podían robar, o te podían pegar, o las dos cosas. Era algo que podía pasar.

En cambio, hoy sin TV el niño no come. Y la niña solo come lo que le gusta, porque si no, tampoco come. O directamente hace por no comer, porque con 13 años quiere estar delgada; pero no porque el patriarcado la obligue… lo hace porque sus amigas lo hacen, y porque están picadas en Instagram y a la que no le sobra una talla, la llaman gorda; o la ven comiendo y la llaman gorda para que no lo haga: y lo hacen ellas. Los niños tienen mala leche, y las niñas también (y mucha además)… y si ven que alguno o alguna no andan muy seguros o seguras, van a morder sin piedad. En el otro extremo, se engorda por la misma razón, que por la que no se come en el opuesto. Si comes solo lo que te gusta, porque así no montas un berrinche, es lo que probablemente ocurra: que engordes. Y como nadie querrá que te lleves un disgusto, te sobreprotegerán en tu casa, en lugar de enseñarte a comer mejor.


La educación para ser persona, que no refiriéndome a ciencias, letras o idiomas, hace ya tiempo que se ha delegado prácticamente por completo en un sistema educativo, que depende del partido que gobierne, y que no busca educar sino convertir ideológicamente, para generar miniyos progresistas radicales, incapaces de pensar o actuar por cuenta propia, porque no se les capacita para defenderse, sino todo lo contrario. Se les reblandece hasta el extremo en una burbuja artificial, incapacitándoles para dar cualquier tipo de respuesta que implique un mínimo de madurez. Y si creas víctimas profesionales desde la niñez, los lobos que no siguen el mismo patrón, no tardarán devorarlas sin necesitar un mínimo esfuerzo. No se dan cuenta que todo lo políticamente correcto, solo dura dos calles, sin llegar a un paseo.

La realidad siempre se abre paso, aunque pretendan taparnos los ojos y los oídos, para que ni veamos ni oigamos, lo que es realmente el mundo. ¿Culpable de ser un hombre blanco heterosexual y trabajador? ¿qué será lo próximo? Ya van diciendo por ahí que la ciencia es una herramienta de opresión, y que hay que terminar con ella ¿no te suena eso a la Inquisición? Es la dictadura de los ignorantes y los inútiles, que en lugar de querer mejorar, quieren hacer un mundo a su medida, afilando cada gesto y cada palabra para ver en ello un signo de violencia que puedan explotar.

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