LOS HOMBRES MALOS SOBREVIVEN 🔫

I was gonna ask her to come back with me. Oh, I know what you're thinking: "How could I ever shop a guy who just bashed her husband's head in." You'd be surprised.

― Negan, The Walking Dead

La muerte del malo de la película siempre es y será uno de los momentos más esperados en el cine y en las series. Por fin ¿verdad? Ese maldito canalla, debe morir… y cuando llega ese momento, a todos nos invade una sensación de justicia y de triunfo. Además, si su muerte es sonora, cruel y pública, mucho mejor: triple victoria para los buenos. El malo debe morir, pero no solamente eso: debe morir de forma que todos sepan que ha sufrido haciéndolo, que no quedará nada de él, y que a partir de ese momento, el mundo será un lugar mejor.


La ficción premia a los buenos y condena a los malos, nos consuela contándonos que en algún lugar del mundo, real o imaginario, se hace justicia y el bien triunfa sobre el mal. Es una manera de anestesiar conciencias, apaciguándolas y dándonos una miserable lección: pórtate bien y todo llegará, porque al final el malo perderá y morirá. Nada más lejos de la realidad, y no porque bíblicamente seamos todos hijos de Caín, sino porque en la vida real, el malo obtiene resultados y el bueno, se queda esperando a que venga alguien a darle permiso. Mientras tanto, a poner la otra mejilla.

Hasta al malo hay que matarlo, pero claro… los buenos para no ser iguales, solamente pretenden ajusticiarlo y encerrarlo ¿cuántas veces has visto esto en el cine? Porque se supone que si no somos malos, debemos ser mejores que ellos ¿verdad? Y eso supone, no hacer lo mismo. El bueno siempre gana al final y se queda con la chica, aunque cada vez más, el miedo de los guionistas a ser tachados de machistas, impiden un final al que culturalmente se nos ha acostumbrado, y que además, no se da en la vida real. Un final en el que se rescate a una princesa, creo que a día de hoy ya debe ser ilegal, o casi... a menos que sea otra princesa la que la rescate. No le voy a dar ideas a Disney, pero seguro que ya se les ha ocurrido algo así, para contentar a los lobbies.

El malo en la vida real, no tiene la mala puntería que le suelen dar en las escenas finales; básicamente, porque no pierde el tiempo dejándose atrapar en una trama hecha para ser derrotado. El malo de la película si además es fuerte y es listo, tiene muchas más probabilidades, de ser el padre de muchos, muchos, muchos hijos, de distintas mujeres… de quedarse no solo con la chica, sino con todas, y además de hacer que el resto del mundo trabaje para él. Negan en The Walking Dead, es un buen ejemplo de malo. Es el personaje que más me recuerda a lo que es un hombre malo en el mundo real, aunque se trate de una serie de ficción. Negan es un superviviente: no tengas la menor duda de que ella se irá antes con un tipo así, que con un tipo que tenga “un buen corazón”.

Aun así, la industria está cada vez más condicionada, y aunque me apasionen el cine y las series, lo que consumismos hoy en día, lleva implícita una cantidad tal de ideología políticamente correcta, que apesta. Tanto, que hasta a Superman tiene que venir a salvarlo Lois Lane. Ya sabes, hay que quedar bien con los lobbies feministas, si no… te cortan la película, te suspenden la serie, el programa o te cierran el canal. Y claro, a la vez todos tenemos que seguir consumiendo entretenimiento: imagina una vida sin cine, series o literatura.

Hay que saber estar por encima de lo que uno ve y de lo que uno oye, y no darlo todo por bueno. Todo este mensaje contra el malo, traduce una sola cosa: Se nos dice que para ser hombres buenos, debemos dejar nuestra debilidad al descubierto, regalarla y convertirla en la llave de acceso a todo lo que somos y a todo lo que tenemos, para que sea consumido, esquilmado y aprovechado por quienes no ha hecho el esfuerzo de trabajarlo y obtenerlo. Por ahí empieza la destrucción del personaje masculino. Y si no renuncias a ello, serás el hombre malo. Es aquello de o con nosotr@s, o contra nosotr@s. 

Por eso, el mensaje no va dirigido al hombre al que llaman malo ¿sabes por qué? Porque no se queda sentándolo escuchándolo, va a lo que va sin pararse a pensar en términos de correcto o incorrecto. A una oveja la puedes adoctrinar, pero a un lobo, no le puedes convertir en una oveja por muchas capas de lana que intentes ponerle encima. Es un lobo y como tal se comportará. En cuanto abras la puerta de la jaula, hará lo que hace un lobo.

La realidad difiere del argumento basado en el buenismo enfermizo. En la realidad, la única forma de derrotar y acabar con un hombre malo, es siendo un hombre mucho peor que él, más fuerte, más despiadado y mucho más hijo de puta. Un malo no se convierte en bueno, por estar rodeado de gente buena, es más, esta gente buena le servirá de pasto. Si queremos ganar, tenemos que ser peores que los malos, no mejores personas. Si eres un hombre bueno, según la moral occidental, debes someterte y seguir un camino, que te condena a ser una víctima no reconocida. Y no son las víctimas, las que hacen que el mundo funcione. Puede que te resulte duro, pero si no entra en la cabeza, quizás ya sea demasiado tarde. A un hombre no se le concede el rol de ser víctima


Antihéroe: Personaje de una obra de ficción que desempeña el mismo papel de importancia y protagonismo que el héroe tradicional, pero que carece de sus características de perfección, por tener las virtudes y defectos de una persona normal.

¿Qué somos entonces? Si no somos el malo, y ser el bueno es de gilipollas ¿qué nos queda? Si hasta en la ficción obligan a Superman a ser debilitado y salvado. Para empezar, dejamos de tragarnos la basura que nos tacha de bueno o malos, porque no somos ni una coa ni la otra. Podemos hacer cosas buenas y podemos hacer cosas malas, con las mismas manos. Esa es nuestra decisión, y depende únicamente de nuestra voluntad, no de ninguna etiqueta social o ideológica. Somos capaces de lo mejor y de lo peor. Y si tuviésemos que definirnos de alguna manera, me permitiré la licencia de llamarnos antihéroes. ¿Y sabes por qué? Porque no tenemos poderes extraordinarios como los personajes de ficción.

Somos hombres reales, con limitaciones y fortalezas, pero individualmente no salvaremos al mundo. Ni lo salvaremos, ni lo hundiremos. El hombre malo es un superviviente que no ha seguido las reglas, y por ello obtiene resultados, que fuera de lo cinematográfico, le ubican en una mejor posición y estatus, que a cualquiera de nosotros siguiendo unas normas escritas por alguien de arriba. Alguien al que no le interesa demasiado que progresemos y lleguemos a su nivel. Es algo tan sencillo como esto: pórtate bien y quédate donde te digan, de forma que sea más fácil controlarte. Si no sigues esta ley, serás un malo… y como tal, no interesará que existan muchos como tú, porque un superviviente no necesita que le digan lo que tiene que hacer.

Somos los antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.

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