TODOS QUIEREN SER EL JEFE 馃弳

Move fast and break things. Unless you are breaking stuff, you are not moving fast enough.

― Mark Zuckerberg, Facebook


En una 茅poca en la que la responsabilidad eficaz a un nivel pol铆tico y educativo brilla por su ausencia, y en la que los estamentos se blindan en exonerarse continuamente alegando estar ci帽茅ndose 煤nicamente a sus funciones, es muy dif铆cil encontrar a una sola persona dentro la masa homog茅nea, capaz de asumir liderazgo y pronunciar las palabras m谩gicas Yo me encargo.

Si bien muchos se sienten atra铆dos por los caramelos del poder y las ventajas de posici贸n social econ贸mica, nadie despu茅s en un nivel real del ejercicio de sus funciones, busca obtener responsabilidades, o responsabilizarse de algo. Somos el fruto de lo que nos han ense帽ado, de lo que vemos y de lo que comemos. Y como no pod铆a ser de otra manera, las empresas no est谩n exentas.

Porque las empresas, no son entes abstractos sino las personas que trabajan en ellas, y por tanto el reflejo de la empresa en el medio que las rodea con lo bueno y con lo malo de cada una de ellas.

SI YO FUERA PRESIDENTE…


No es ning煤n misterio, que si cada uno de nosotros tuvi茅semos el mando ejecutivo de la empresa para la que trabajamos, 100% seguro har铆amos las cosas de otra forma. Los que no somos el jefe, siempre tenemos una soluci贸n mejor, una planificaci贸n mejor, una estrategia mejor y una toma de decisiones m谩s eficaz, o al menos eso creemos.


Y si bien en la pol铆tica y en las instituciones, la gesti贸n eficaz de la responsabilidad brilla por su ausencia, y las empresas est谩n formadas por personas, las empresas tampoco se escapan a esta tendencia en el comportamiento que nos ha brindado el siglo XXI, con una infantilizaci贸n cada vez m谩s evidente de los perfiles humanos y por ende tambi茅n profesionales, dentro la burbuja occidental en la que vivimos y tambi茅n trabajamos.

Es lo que hay. Es dif铆cil encontrar a ese alguien dispuesto a decir Yo me encargo, si bien el aprincesamiento de los perfiles, consecuencia de una educaci贸n y formaci贸n que ha prescindido de la responsabilidad como valor, tiende m谩s a que hasta el 煤ltimo en llegar, busca antes una posici贸n de ventaja, presencia y autoridad, que el cumplimiento de las tareas a un nivel de detalle por s铆 mismo, cuando en cambio quiere mandar, organizar y que todos hagamos lo que nos dice.

TODOS QUIEREN MANDAR NADA M脕S LLEGAR


Todos quieren mandar y ser el jefe. A nadie le apetece picar y moverse en el nivel de detalle: las firmas que son m谩s largas, que las funciones reales que se desempe帽an, suelen dar una buena pista de lo importantes que nos queremos mostrar, aunque nuestra prescindibilidad en ocasiones sea manifiesta, o pueda ponerse en duda.


De hecho, una postura cada vez m谩s frecuente para que la imprescindibilidad no quede al descubierto, es ejercerla con autoridad; y como seguro de vida o permanencia, la ausencia de toma de decisiones con el fin de no equivocarse y por ende, no quedar al descubierto en incompetencia.

Claro, si no eres t煤 el que da el OK, t煤 no te puedes equivocar. Porque cuando viene la b煤squeda del responsable y no es para recibir un premio, los mandos, los intermedios y los profesionales, hacen la de Pilatos, pero sin agua: se ponen de perfil para que siga avanzando el aire. Y es que el estatus es apetecible, pero el esfuerzo invertido en obtenerlo, no tanto.

SUBCONTRATAR COMO LA PANACEA


En un mundo laboral necesitado de especialistas, que sean capaces de entrar en ese nivel de detalle, no valen medias tintas ni aproximaciones cuando hay que aportar soluciones. Y con cada herramienta, viene asociada la necesidad de alguien que sepa utilizarla, con el criterio t茅cnico y comercial suficiente para sacarle partido.


Es aqu铆 donde los que deciden, donde los que piensan y donde los que sobre todo y por encima de cualquier cosa quieren y pretenden hacer alarde, para brillar y no equivocarse toman la decisi贸n de externalizar ese riesgo: vamos a subcontratar. Hala, ya est谩 dicho, aunque en este punto sea obviedad. Subcontratar o la panacea del directivo: cambiar una funcionalidad necesaria por una factura m谩s a pagar.

Y no es que sea malo, porque determinados niveles de especializaci贸n lo requieren y lo compensan… pero es que en el 谩mbito de la tecnolog铆a, subcontratar se ha convertido en una funci贸n en s铆 dentro de las direcciones de compras de las grandes empresas.

Repito: no es malo; lo que es malo y lo que es t贸xico, es el g茅nesis de esta decisi贸n y las consecuencias que de ella derivan dentro de la empresa. Subcontratar no sale gratis a un nivel interno. En especial afecta a la calidad de la ejecutiva que toma estas decisiones, y de forma descarnada te voy a explicar por qu茅:

COMPRAR M脡RITO INSTANT脕NEO


Combina un perfil de directivo que cada vez tiende m谩s al millennial: porque tarde o temprano, el cambio generacional llega. A帽ade a este car谩cter, la volatilidad de la voluntad individual a la hora de asumir una funci贸n o responsabilidad. S煤male el ansia por el m茅rito instant谩neo de salir bien en la foto y ante todo, por pura supervivencia en el organigrama empresarial, el no querer cagarla por v铆a directa, asegur谩ndose previamente que una vez el riesgo ha sido externalizado, el poder descargar culpa o responsabilidad… a un subordinado, o en su caso, al proveedor subcontratado. ¿Te suena de algo esta canci贸n?


Si, estoy seguro de ello: perfiles ejecutivos que lo quieren todo r谩pido y sin esfuerzo. ¿Cu谩l es su brillante soluci贸n despu茅s de un brainstorming de dos horas absolutamente inconcluso? Como no pod铆a ser de otra manera: subcontratar. Y es que todos queremos estar a la 煤ltima en herramienta y en tecnolog铆a, aunque carezcamos de un criterio suficiente para emplearlas. Como aquellos que presumen de iPhone ¿de qu茅 presumen? ¿de que se han gastado 800€ en un m贸vil de marca elitista? No hay m茅rito en esa decisi贸n, es una compra.

Cuadrantes repletos de jefes, directivos y adjuntos… o como los llaman ahora “Chief”, que tras reuniones inconclusas, desplazan toda la carga de la gesti贸n a empresas subcontratadas mientras ellos toman “decisiones”, vamos… el nuevo modelo de mediana y gran empresa, deseada por todos aquellos que sienten que han nacido para mandar (o sea, el 99% de los perfiles) Y es que, puede decirse con palabras m谩s o menos suaves, pero cuando el perfil del ejecutivo es el que es, la incompetencia se manifiesta de esta forma: ejecutivos que no ejecutan, pidi茅ndoles a un externo, que materialice su 煤ltima ocurrencia.

¿Quieres destrozar una gran empresa desde dentro? D茅jala en manos de ejecutivos que no tengan contacto directo con el nivel de detalle, y que tengan muchas ganas de brillar. Dales la libertad completa para subcontratar servicios: fieles a las nuevas generaciones, ninguno de ellos reconocer谩 que no sabe hacer algo, creer谩 que sabe de lo que est谩 hablando solo por mera opini贸n y no tendr谩n presi贸n alguna sobre los resultados. Total, como lo va a hacer otro

Somos antih茅roes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.

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