UNA PRISIÓN DE LA PERCEPCIÓN DISEÑADA A MEDIDA

There are two doors. The door to your right leads to the Source and the salvation of Zion. The door to your left leads back to the Matrix, to her and to the end of your species. As you adequately put, the problem is choice. But we already know what you are going to do, don't we? 

― The Architect, Matrix Reloaded

No todas las personas están preparadas para recibir la verdad de forma frontal. Según lo fuerte o lo débil que seas mentalmente hablando, una idea que es externa a tu naturaleza o a tu conocimiento, lo más probable que provoque en ti, sea rechazo. Alguien quiere introducir en tu mente una idea ajena a tu experiencia, y por eso tu mente, tu conciencia, tu educación, rechazan en primera instancia aquella idea que no les resulta familiar, como los anticuerpos rechazan un elemento extraño.

UNA PRISIÓN DE LA PERCEPCIÓN DISEÑADA A MEDIDA

Según tu programación, dejarás pasar unas cosas u otras. Si has recibido una educación concreta que condicione tus canales de percepción, solamente dejarás entrar información, a través de las formas preestablecidas, que te hayan definido en esta programación básica. Por un lado, es una protección para no dejar pasar cualquier cosa incorporándola dentro de ti, pero por otro lado puede ser también una barrera que te quite posibilidades de aprender, de crecer y de conocimiento.

La forma más efectiva de encontrarse con la verdad, no es que venga alguien, te la cuente y tú te la creas. Sino que seas tú mismo el que vaya encaminándose hacia ella, dando pasos por tu propia iniciativa y descubriéndola poco a poco por ti mismo. Nadie ha tenido que contarte nada que tuvieras que creerte: eres tú quien ha llegado al resultado por sí mismo. No necesitarás que te convenzan porque ya lo has interiorizado durante tu camino de descubrimiento.

El principal problema, es que ya no tenemos paciencia, para seguir un camino de aprendizaje e interiorizar esas verdades o esos resultados. No tenemos tiempo que perder dentro de esta granja y por eso, hemos adoptado el rol de ser consumidores de información. Sin plantearnos demasiado la veracidad de la misma, con tal de tenerla rápido, y que se acomode a la programación que ya tenemos establecida.

De esta forma, por mucho contenido que seamos capaces de procesar, el conocimiento y la experiencia, no terminan de enraizar y vamos perdiendo el hábito de pensar por nosotros mismos. Estamos haciendo exactamente lo que ellos quieren: convertirnos en consumidores pasivos de la información y los contenidos, que nos quieren hacer creer, acorde a una programación que nos convierte en seres dependientes de un sistema,  cuyas reglas están cerradas.

TODO LO QUE TE RODEA ES REFLEJO DE TI MISMO

Tenemos que ser realistas en cuanto a nuestras limitaciones. Y no es que diga que seamos tontos, sino que realmente somos seres con una capacidad cognitiva  y una percepción limitadas.

Si tuviéramos que ponernos a investigar cada noticia, cada la principal ventaja contenido, cada ley o cada dogma que se nos trata de imponer, más o menos elegantemente, no tendríamos tiempo material para hacer ninguna otra cosa, más que analizar información. Y la vida, salvo que seas un adicto al análisis, de esta forma no tiene mucho sentido.

Además si tenemos en cuenta, que ningún contenido, ninguna idea o ninguna noticia, se nos pone delante “de forma casual”, si no que ya está orientada desde origen a provocar una reacción medida y estudiada en nosotros, tenemos poco margen a la hora de elegir y tomar una decisión, en base a ese contenido o idea que se nos ha mostrado. Podríamos decir que son píldoras pre programadas que nos van soltando, y que ya saben exactamente, el impacto que van a generar en nosotros, tanto a nivel individual como masa colectiva.

Todo esto ocurre, independientemente de lo listos o inteligentes que nos creamos. Los propietarios de la granja van un paso por delante, o mejor dicho, varios pasos por delante. La principal ventaja que les hemos dado, es que somos nosotros mismos los primeros que creemos que lo sabemos todo y que nadie, absolutamente nadie,  puede enseñarnos nada.

ATRAPADO EN UNA ILUSIÓN A LA QUE LLAMAS REALIDAD

Todo es opinable, nada es seguro y cada uno tiene su verdad. De esta forma, no existen en el plano diario verdades lo suficientemente sólidas, que puedan ser tomadas como referencia.  Y cuando alguien no tiene referencias o mejor dicho, conocimiento, se convierte en un ser extremadamente voluble y manipulable. Añade a esto, que la inmensa mayoría de nuestros valores y creencias, han sido heredados y vienen ya establecidos para nosotros y que sigamos una programación predecible.

A cambio de esto, recibimos por todas partes, contenido, información y noticias en cantidad suficiente, como para no tener que pensar y pararnos a analizar y mucho menos para que nos planteemos el empezar a buscar activamente otras alternativas, o algo diferente haz lo que esté previsto en el menú.

Porque si lo piensas, no solamente les conviene llenarnos la cabeza de lo que ellos quieren sino que además, dejárnoslo tan fácil, que ni siquiera nos planteemos el buscar. Una búsqueda activa, ya implicaría una actitud que no les conviene a los propietarios del sistema por eso todo a día de hoy es tan accesible.

La mejor forma de confundirnos y de que no tengamos una sola certeza encontrada, e interiorizada por nosotros mismos, es poner a nuestra disposición tal cantidad de información y entretenimiento, que no tengamos tiempo de procesarlo todo. Si lo piensas es una forma inteligente de dirigir a una granja humana: no nos podemos quejar de que no tenemos información a nuestra disposición, sino todo lo contrario. Hasta tal punto, que la mejor manera de ocultar una verdad, es repetirla hasta la insistencia, rodeándola de paja e información inútil, para que perdamos por completo el interés, aunque la tengamos delante. Esto es desinformación.

EL ÚNICO ENEMIGO A VENCER ERES TÚ MISMO

Quizás sobre el contenido que se nos presenta, tengamos poca capacidad de actuación: es lo que nos ofrece el mercado. Pero en cambio, si somos conscientes de todo esto, en lo que sí podemos intervenir, es en nuestra propia programación. Sabiendo que es imposible eliminarla de raíz, sí que podemos empezar a utilizar otros circuitos cambiar nuestra manera de pensar.

Pensar no es solo una palabra peligrosa, sino una forma efectiva de descubrimiento interior. Cuando fuera no encuentras una sola certeza la que agarrarte, la única alternativa es saber hasta dónde puedes llegar según tus propias capacidades. Todo esto sin esperar que alguien le fuera te califique, y te diga cuáles son... porque entonces volvemos al mismo punto de siempre: la programación condicionada.

Admitir que no se sabe la verdad, plantearse objetivos primero pequeños, e ir subiendo en intensidad, explorando todo lo que tienes en ti. Porque lo tienes: otra cosa muy distinta, es que no lo uses. Y en efecto, empezar a moverte por ti mismo, dejando abierta la mente a todo lo que pueda llegar, manteniendo siempre un espíritu crítico, sin creértelo todo como un borrego.

PARA LIBERAR A OTROS HEMOS DE LIBERARNOS ANTES A NOSOTROS MISMOS

Si somos fieles a nosotros mismos, y cada uno de nosotros opta por ese camino, el grado de inconformismo social global, podrá alcanzar unas cotas de rebelión, no solamente intelectual, que a los propietarios de la granja, se lo va a poner francamente difícil para poder contenerlo.

Si nos damos cuenta de lo que nos están haciendo, entonces es cuando reaccionamos. Y no, no te estoy hablando de levantar pancartas: te estoy hablando del despertar de tu propia consciencia. Sí, esa consciencia que apagas, cada vez que estás cansado y te enchufas a Netflix para no pensar.

Jamás escucharás a un político, decirte “abre tu mente”. Les oirás hablar de economía, de empleo, de derechos sociales y de medidas que realmente lo único que son, es control de la población, enmascarado por la anestesia de la mal llamada justicia social, en un barco muy políticamente correcto, anulando al individuo y colectivizando las masas. Una masa colectivizada, es mucho más fácil de controlar que un solo individuo despierto.

Y es que le tienen mucho miedo a la libertad individual. Porque es a través del individuo, de sus capacidades y de su descubrimiento interior, como cobramos consciencia de lo que realmente somos y hasta dónde podemos llegar. Y no me refiero a ser millonario, me refiero al antes, durante y después, de haber perdido por completo el miedo a que nadie venga a salvarnos, cuando ya somos conscientes, de que solamente nos podemos salvar a nosotros mismos.

Somos antihéroes en el mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.