NINGÚN IMPLANTE CEREBRAL NOS HARÁ MÁS INTELIGENTES🧠🔴

We tend to disempower ourselves. We tend to believe that we don’t matter. And in the act of taking that idea to ourselves we give everything away to somebody else, to something else.

― Terence McKenna


Desde siempre se nos ha animado a competir al menos en teoría o sobre el papel,  prometiéndonos el diploma o el premio, si llegábamos a la meta entre los tres primeros. Parece que el concepto de competir lo tenemos claro, y qué es o debería ser un estímulo para mejorar, ya que por lo visto, la intención de mejora continua y la autoevaluación, son mecanismos de eficacia insuficiente, si no tenemos con qué o con quien compararnos.

COMPETIR CON INTELIGENCIA O... ¿CONTRA QUE? 


La cuestión es si se nos ha enseñado a competir inteligentemente, o simplemente se nos motiva a ganarnos el puesto, independientemente de cual sea la competición o el premio. igual manera que quien hace una apuesta deportiva, no juega el partido, ni tiene la obligación ni siquiera de pertenecer en afiliación al equipo por el que apuesta, o de tener una buena marca de velocidad...


¿Porque a la hora de hablar de inteligencia artificial,  nos planteamos una competencia directa basada en una confrontación que a priori parecemos estar perdiendo? Si nos comparamos con una calculadora científica, o con una hoja de cálculo con capacidad algorítmica.

Si nosotros no jugamos el partido a la hora de apostar, o teniendo una calculadora científica, o un software especializado ¿necesitamos acaso que nuestro cerebro orgánico tenga potencia para generar modelos predictivos, o sea capaz de generar código especializado en modelos de lenguaje, o programación y automatizaciones? Esas son herramientas.

Obviamente nuestro cerebro en el plano consciente que conocemos, tiene una capacidad de cálculo limitada, por lo que compararnos con herramientas de cálculo y desarrollo de código, es un error de base. ¿Nadie se da cuenta que nos estamos comparando con la herramienta? Y nos estamos poniendo al mismo nivel del vacío, porque los algoritmos y el código, no tienen ni criterio ni conciencia, que es precisamente el sentido que el factor humano aporta en la función profesional. 

¿UN IMPLANTE PARA COMPETIR CON LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL? 


Nos dicen que la única manera que tenemos de competir con la inteligencia artificial, es hacernos un implante cerebral, que nos permita interactuar con interfaces mucho más ágilmente haciendo que sea nuestros pensamientos los que ejecuten la orden, la elección,  el programa, etc. Ya… ¿en serio? Pregúntale a Elon Musk y su Neuralink omnipresente en todos los medios masivos y no tan masivos.


El hecho de colocar a los seres humanos cómo meros competidores de las herramientas que utilizamos, en la propuesta pseudo evolutiva, del miedo que se le tiene a la inteligencia artificial, nos pone ya en una situación de perdedor. Si, como perdedores... pero desde la premisa de origen, no porque sepamos más o menos, o no podamos soportar cargas de tareas programadas de forma constante, de forma continua y eficaz, no...

Ni por el hecho de que nuestro cerebro tenga menor potencia de cálculo, o existan tareas que se pueden automatizar, sino porque indirectamente nos están diciendo, que actualmente en nuestro trabajo, no somos mejores que las máquinas. Mejor dicho, ya se nos considera un número, o un mero agente repetidor de tareas.

Quiénes están planteando esta falsa disyuntiva, no consideran al ser humano más que un factor de producción o un agente capacitado solamente para realizar trabajos repetitivos, en los que no se requiere ni pensar, ni criterio, porque por lo visto hay alguien por encima que eso ya lo hace ¿te das cuenta? 

UNA TRAMPA PARA INDUCIR EL TRANSHUMANISMO 


Y esta trampa lo único que está tratando de ocultar a toda costa, es que bajo ningún concepto quieren que sea accesible la tecnología y los recursos que se emplean en capas más altas a modo de avances tecnológicos médicos y científicos, que no están a disposición de todo el mundo


Siendo la única  tecnología que quieren dejar a nuestro alcance, siga siendo como ha sido siempre: tecnología estupidizante y subyugadora, con la única diferencia esta vez, que pretenden que el dispositivo lo llevemos incorporado dentro del cuerpo. La cuestión es si el propio Elon Musk, será partícipe de su propio invento, e incorporará este micro dispositivo en su propia corteza cerebral... porque de eso se trata. ¿Tú le ves poniéndoselo? Yo no. 

Date cuenta además que está tecnología está pensada para interactuar con interfaces,  pero en ningún caso va a aumentar tu capacidad orgánica natural para calcular más ágilmente, o ejecutar algoritmos complejos mentalmente. Tampoco va a disparar tu inteligencia base de forma exponencial, ni va a multiplicar la potencia de tus huesos hasta poder compararla con la de un brazo hidráulico. Nada de esto: vas a ser alguien con un dispositivo empotrado en tu corteza cerebral. Ni más, ni menos.

Si esto va a ayudar realmente a personas con Alzheimer, o a quienes padecen dificultades motoras graves, a través de dispositivos mecánicos conectados, entonces si te podré decir que es un avance. En caso de pilotar o conducir, según sean las necesidades reales. Pero para elegir música y hacer búsquedas y compras online, corres el riesgo de volverte un absoluto incapaz e inadaptado al mundo real. Y eso es exactamente lo que SI te convertirá en prescindible.

A veces lo pienso: un día de estos, nos van a echar encima un pulso electromagnético, o una tormenta solar y veremos de qué nos ha servido tanta digitalización.

Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.

Comentarios

LO MÁS LEÍDO 🔎