SÉ EL AMO: SÉ COMO KEANU REEVES 💎
You stole my car, and you killed my dog! It's personal.
— John Wick
Existen personas públicas que generan admiración, porque ofrecen una imagen sana y positiva de superación, que hace que no se les pase por el mismo filtro, que al resto de petardos que abundan en los medios y redes sociales. De deportistas como Rafa Nadal, Pau Gasol, o actores como Will Smith, Hugh Jackman o Keanu Reeves, es francamente difícil encontrar comentarios negativos en los medios o redes sociales. Aparte de tener un marketing personal muy bien trabajado, brillan en el deporte, o sus actuaciones en los personajes a los que han representado han sido perfectas, y el carisma positivo que generan, hacen que sean queridos por la mayoría del público.
Es cuestión de ser una mezcla entre auténtico, normal, una persona sencilla y sobre todo atento, preocupado y accesible hasta un punto, con la gente que te rodea. Y si además de todo esto, no pretendes obtener fama por otra vía que no sea tu trabajo, o tu profesión entonces tienes mucho ganado. Pero antes de empezar con los tips, quiero dejar claras un par de cosas: tú no eres Keanu Reeves y la siguiente y más importante:
EL LIDERAZGO NO ES PARA TODOS
Aquí somos realistas, y sabemos que el liderazgo puede ser demasiado para algunas personas. Las hay que pueden superarse en tiempos difíciles, y lo hacen porque han podido soportar sufrimiento y malas experiencias.
Por eso en una sociedad como la nuestra, es difícil encontrar personas que realmente tengan liderazgo y capacidad de superación, cuando lo que se persigue por encima de todo, es evitar el sufrimiento a toda costa y vivir dentro de una burbuja. Luego están los que no pueden, porque solo tienen una habilidad superficial para liderar, que ha sido aprendida o imitada, porque aceptémoslo cuanto antes, el liderazgo no es para todos. Tienes que estar dispuesto a pasar por los buenos y malos tiempos, con los que has de lidiar, no solamente los buenos. Si no puedes superar los momentos difíciles, puede que sea el momento de pensar dos veces lo que estás haciendo.
NO TE ESCONDAS
Mantén la posición en cualquier momento, aunque dicho así, puede sonar hasta muy militar ¿verdad? Bueno, no es necesario que estemos pensando en términos de confrontación: mantener la posición en un momento de calma, simplemente es el saber estar de toda la vida.
Con esto lo que quiero decir, es que no necesitas quitarte del medio ante una situación incómoda, ante una pregunta difícil, o incluso ante una pregunta que no quieres responder. Es mucho más fácil decir NO, una sola vez, más qué estar intentando rehuir esa misma situación incómoda, una y otra vez. Con un NO dicho una sola vez, te ahorras todo lo demás y no tienes ni que enfadarte. Deja que sean los demás los que sientan el aprieto. Cuando aprendes a decir NO y te das cuenta que, ni se abre la tierra, ni que cae un rayo, ni que salen los muertos de sus tumbas en un apocalipsis zombie… la vida se vuelve mucho más fácil. Nadie se muere por no satisfacer la inseguridades, preguntas o requerimientos ajenos. A veces la respuesta más sabia es el silencio.
SÉ AUTÉNTICO EN CUALQUIER CONTEXTO
Esta es la clave de la publicidad del siglo XXI para venderte cualquier producto: te instan a “ser auténtico”. Digamos que es una manera de darte una orden indirecta, diciéndote que si no adquieres ese producto, entonces… no eres “auténtico”. Con esto te venden coches, y además lo consiguen.
No cambies de personalidad, o intentes asumir roles que no van contigo, porque esto canta mucho y enseguida cuando alguien se comporta de una manera en la que se sabe, que no es como actúa normalmente… saltan las alarmas de repulsión. Es como ponerte un traje de un color cantoso, que además te viene grande.
Expresa lo que crees realmente. Siempre que lo digas con corrección sin pretender agredir cuando lo hagas, aunque no es tu responsabilidad si la persona que está al otro lado escuchándote, se ofende por todo. Lo que quiero decir es, que tú no eres el responsable de la sensibilidad de los demás. No tienes porqué ser agresivo cuando te expreses. Sí eres asertivo, o no pretendes atacar a quien estés comunicando y esta persona se ofende, o no acepta lo que me estás diciendo, no eres tú el que tiene que adaptarse a su realidad: es su problema, no el tuyo.
En una sociedad tan llena de ofendidos profesionales como la que estamos hoy en día, es más que habitual que cuando nos expresamos, sobre todo de una forma no alineada con la corrección política y el pensamiento único progre, hay quien que responde de forma pasivo-agresiva, atacando, insultando y dándose permiso para pasar por encima de tus derechos. Pues bueno, cuando veas a alguien así, visualiza el berrinche de un niño pequeño al que le han quitado la consola: tienes todo el permiso de expresarte libremente y si no le gusta o no lo soporta, repito: es su puto problema. Porque aunque no quieras ofender, puedes estar seguro que alguien con más o menos teatralidad, se ofenderá.
NUNCA MIENTAS
No hay nada peor que te pillen en una mentira. Porque es algo que hace perder la confianza que tengan depositada en ti. Y no es que solamente quedes mal, es que después ya nadie se va a fiar de ti y así es muy complicado estar en sociedad, o tener un círculo de amigos, o que te encomienden tareas de responsabilidad en tu trabajo.
Si eres una persona sin credibilidad, que se sabe que miente o ha mentido, vas a ser examinado continuamente. Así que si esto te lo evitas, mucho mejor para ti porque tendrás una cosa menos de la que preocuparte y no tendrás que tapar una mentira con otra, porque es lo que termina pasando.
RECUERDA EL NOMBRE DE LAS PERSONAS
No hay sonido más dulce para una persona, que el de escuchar su propio nombre. Esto ya lo dijo Shakespeare… no me lo inventado yo, pero de hecho cuando escuchamos nuestro propio nombre, nuestra capacidad de atención aumenta ya que tenemos muchas más probabilidades de personalizar el contenido del mensaje hacia nosotros, por creer que nos afecta en una mayor medida.
Si quieres causar un mayor impacto llama a las personas por su nombre. Y más cuando las acabas de conocer. Esto te va a hacer ganar puntos con la gente: algo tan sencillo y difícil, recordar su nombre desde el primer momento en que te los presentan. A veces no es una tarea fácil, sobre todo si tienes que enfrentarte en tu trabajo con grandes grupos, pero el hecho de que trates a alguien por su nombre, además de ser una forma de respeto, hace que la atención de esta persona a lo que estás diciendo, sea mayor que si estás hablando de forma genérica.
Esto es algo que pasa también con las comunicaciones comerciales: no es lo mismo leer un título genérico que está simplemente puesto para llamar la atención, que un mensaje que lleva tu nombre. Personalizar el mensaje no deja de ser una técnica de marketing, pero funciona.
RECONOCE EL TRABAJO Y EL ESFUERZO DE LOS DEMÁS
En el mercado hay mucho princeso al que le encanta apuntarse tantos, anunciando como méritos propios, el trabajo de todo un equipo, o de sus compañeros, o de sus subordinados. De hecho en un trabajo, no creo que haya algo que me pueda sacar más de quicio, al menos a mí, que venga alguien de arriba a atribuirse tu esfuerzo.
Las personas que se dedican ningunear a quienes trabajan para ellos, terminan siendo aislados al haber vampirizado a quienes le rodeaban. Mi abuela me decía siempre: es de bien nacido ser agradecido y si no estás trabajando solo, y hay otras personas que han dedicado su tiempo, su voluntad y su esfuerzo, reconócelo siempre en voz alta y nombrando a quienes hayan hecho esa parte del trabajo. Porque sin esas personas, muy probablemente el trabajo no habría podido ser llevado a cabo.
Cuando reconoces el esfuerzo y la labor de alguien, estás motivando a quiénes te han ayudado a que lo sigan haciendo. Pero si en cambio, te comportas como un puto tirano, anunciando como propios y exclusivos, todos esos logros: ocultando el tiempo y el esfuerzo que han dedicado más personas, a realizar ese trabajo que tú estás presentando, acabarás por tener poca credibilidad.
Hoy en día, todos sabemos que es muy difícil tener éxito sin recibir algún tipo de ayuda. Y las personas que quieren salir en la foto, y que solamente están interesadas en salir ellos mismos, es porque muy probablemente no sepan competir. Y como le tienen miedo a esta competencia y al talento de los demás, no quieren que se escuche otro nombre que no sea el suyo, para que no exista posibilidad de comparación. Por desgracia conozco gente así y estoy seguro de que tú también.
CONTROLA TU LENGUAJE NO VERBAL AL EXPRESARTE
Las manos dicen mucho de uno mismo. Si tienes ocasión de aprender acerca de lenguaje no verbal, te recomiendo encarecidamente que lo hagas. Te va a ser de mucha utilidad a la hora de relacionarte con la gente, y sobre todo si te manejas en un entorno profesional en el que tengas que tratar con gente distinta, o grupos de personas, te va a servir para enfatizar el contenido del mensaje.
También te diré que es algo habitual o de novato, el hecho de empezar a estudiar estas habilidades de lenguaje no verbal, se sobre exageren o se sobre gesticule, cualquier gesto qué estás haciendo. No es preciso que utilices lenguaje no verbal explícito, hasta para levantarte a beber un vaso de agua o ir al baño, pero si tienes que venderle algo a alguien y no sientes real entusiasmo por lo que estás diciendo, es poco creíble que lo vayas a poder vender.
Expresarte con las manos dibujando tus pensamientos en el aire, tal y como lo sientes, no es algo lineal o estrictamente igual en todas las personas. Cada uno describe esos gestos, no como pueda ser el lenguaje de sordomudos, que es algo reglado. El lenguaje no verbal, aunque no está normalizado, ayuda a enfatizar lo que estás diciendo. Al usar las manos, siempre darás más poder al mensaje y siempre hará que resulte más creíble, porque no estarás simplemente recitando contenido o argumentos.
USA PAUSAS AL HABLAR
Para darle más importancia a lo que estás diciendo, no solamente tienes que comunicarlo todo a todos, si no que si quieres que ese mensaje sea realmente eficaz, has de hacer al interlocutor participe de lo que estás diciendo. Cuando empleas una pausa al hablar, estás dando un espacio y un tiempo a la expectación.
De una manera disruptiva has cortado lo que estabas diciendo, anunciando lo que vas a decir a continuación. De esta manera el interlocutor tiene tiempo para imaginar si está alineado con lo que dices, o bien dejar un espacio abierto en su mente para ser completado, con la información que estás a punto de aportar. Hacer una pausa en la frase, es una manera de dejar al interlocutor pendiente de lo que vas a decir, con lo cual su atención será mayor que si lo cuentas todo en una sola secuencia lineal sin interrupciones.
El querer comunicarlo todo de golpe, bien puede ser un sinónimo de inseguridad o de ansiedad, por hacer que tu mensaje llegue completo al oponente o interlocutor, sin necesidad de que esté tenga que invertir ningún esfuerzo. Lo cual genera desinterés, ya que tú te estás sobre esforzando en realizar todo el trabajo. Hablar de forma pausada y tranquila, siempre da algo más de autoridad a lo que estás diciendo. Estás seguro de lo que dices y no generas esa ansiedad, por tener que trasladar toda la información de una vez, como si fuera una píldora que el interlocutor se tiene que tragar de un golpe.
Bueno, no es que hayamos descubierto la pólvora con todo esto… pero entre tantos modelos a seguir, sí tenemos la oportunidad de elegir a alguien mejor o con mejores habilidades, en el que fijarnos… ¿porque no hacerlo? Obviamente ninguno de nosotros es Keanu Reeves o Hugh Jackman, pero si a ellos les ha funcionado, a nosotros seguro que nos ayudará a mejorar.
Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.
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