¿POR QU脡 NECESITAN HOMBRES MALOS A QUI脡NES CULPAR? 馃懣

The Emperor will show you the true nature of the Force. He is your Master now

― Darth Vader, Return of the Jedi


Siempre tiene que haber un malo en la escena. Si no hay malos en el mundo o enemigos, no hay o no habr铆a justificaci贸n para tener un poder que representara un gobierno. Los malos se aprovechan de los d茅biles: matan, invaden, roban, acosan, violan y se apoderan de todo lo que no es suyo. La justificaci贸n de tener un gobierno, unas leyes, una polic铆a, unas autoridades, un control de la poblaci贸n y unas normas sociales, est谩 basada en la existencia de malos.

cedemos poder por protecci贸n


S铆 todos nosotros estuvi茅semos dispuestos a pensar en el bien com煤n, antes que en nosotros mismos, no necesitar铆amos autoridades o gobiernos que nos representaran, ya que las propias normas sociales, regular铆an nuestro comportamiento en sociedad. Poder por protecci贸n, como la mafia.


Cuando en una sociedad supuestamente civilizada, insisto supuestamente, se alcanza un punto de equilibrio y estabilidad, que garantice unos bienes y servicios y una protecci贸n social m铆nima para el ciudadano, las clases gobernantes que representan el poder, se ven con margen, para para aprovecharse en primer lugar de ese bienestar alcanzado con el esfuerzo de toda la ciudadan铆a.

El malo en una sociedad civilizada, es el delincuente: alguien que ya est谩 identificado como peligroso y que no tiene conciencia c铆vica o social, ya que solamente piensa en su propio beneficio. El delincuente com煤n est谩 en la calle.

En una sociedad civilizada, se asume un nivel o cota de delincuencia residual, que es controlada, regulada y sancionada por las leyes. Obviamente los que dictan estas leyes, son los legisladores que forman parte de los grupos de poder y los representantes.

Cuando en el estamento de los representantes se comienza a actuar en beneficio propio, y empiezan a primar intereses particulares, aparece el delito institucional por excelencia, dentro de los 贸rganos de poder: la corrupci贸n. Y si esta corrupci贸n se hace visible en los 贸rganos de poder y en las instituciones, se vuelve estructural. Lo que implica que no se podr铆a acceder a estos 贸rganos o puestos de poder, sin haber actuado il铆citamente para poder alcanzarlos, o formar parte de ellos, ya que la entidad est谩 contaminada.

Adictos al poder


El que ha alcanzado un puesto, una ventaja, dentro de estos 贸rganos de poder, quiere hacer cualquier cosa menos abandonarlo, ya que le va a proporcionar estatus, bienes y ventajas, durante un largo periodo de tiempo. Aparte de acceso a medios, recursos e informaci贸n, que cualquier otro ciudadano no privilegiado, jam谩s tendr铆a acceso en toda su vida.


S铆 tenemos al malo de antes, dentro de las instituciones y los 贸rganos de poder, y aparte de esto, el nivel de delincuencia es asumible al estar en una sociedad civilizada, el malo necesita crear a otro malo, un enemigo distinto, para no ser descubierto y no ser se帽alado como tal. Ya que ha sido elegido como representante, s铆 el que te representa es un corrupto, por mucho que se le haya elegido leg铆timamente, es un representante ileg铆timo 

Si esto se reconoce, dejar铆a de tener derecho a esa posici贸n de poder, por lo que necesita crear este enemigo interior distinto de s铆 mismo, y distinto del delincuente com煤n, como cortina de humo para no ser se帽alado como lo que es realmente: un delincuente. 

Es en este punto, el de diferenciar a un enemigo interior, es cu谩ndo se comienza a discriminar en base a la identidad. En base a prejuicios intangibles, se prejuzga un grupo dentro de la sociedad, se帽al谩ndolo como culpable, de forma que al tener un malo al que se帽alar, los corruptos dentro de los 贸rganos de gobierno y las instituciones, queden exentos de la mirada inquisitoria de la ciudadan铆a; que al ser una masa, es f谩cilmente manipulable polariz谩ndola, cuando por fin tienen un malo al que poder se帽alar y sobre el que descargar y proyectar su descontento y frustraci贸n por las condiciones impuestas por los gobernantes.

Se帽alar antes de ser acusado


Y mientras el pueblo tenga a alguien a quien poder culpar y se帽alar, la carga que recaiga sobre los dirigentes corruptos se ir谩 relajando, ya que la percepci贸n del ciudadano est谩 enfocada, en localizar, perseguir y se帽alar a ese enemigo interno, obviando los delitos y la corrupci贸n de aquellos que se encuentran asegurados dentro de los 贸rganos de poder y las instituciones.


¿Nunca te has preguntado el porqu茅 de la inmunidad diplom谩tica? ¿Nunca te has preguntado el porqu茅 de los aforamientos? ¿Nunca te has preguntado por qu茅 a los pol铆ticos o a los jefes de Estado o a los ministros, no se les juzga mediante tribunales ordinarios? o ¿Por qu茅 han de ser tratados a un nivel sancionador de forma diferente a cualquier ciudadano de a pie? Aqu铆 tienes la respuesta: qui茅n hace la ley, hace la trampa y mientras el pueblo se afana en se帽alar culpables ficticios, los que supuestamente nos representan, se blindan legal, social y econ贸micamente.

De hecho, el sistema se blinda sobre s铆 mismo, para proteger a toda costa a sus dirigentes. Si hacemos una analog铆a con el cuerpo humano, est谩 corrupci贸n institucionalizada ser铆a como una enfermedad autoinmune. La que se protege a s铆 misma del resto del cuerpo al que da帽a, como un c谩ncer o un tumor, formando parte del propio cuerpo. Las enfermedades autoinmunes, son las peores: tardan en localizarse y al no tratarse de un pat贸geno externo claramente identificado, siempre son m谩s dif铆ciles de determinar, ya que es una parte del cuerpo la que se defiende as铆 misma atacando al resto.

LA m谩scara de la superioridad moral


Ejemplos de grupos identificados como enemigo interno, que han sido perseguidos a lo largo de la historia, son los negros, los homosexuales, las mujeres, los jud铆os, los inmigrantes, los cristianos… si, antes y ahora tambi茅n. Y ahora le ha tocado al hombre blanco heterosexual, y mientras tanto la corrupci贸n institucionalizada, hace industria y beneficio econ贸mico, ojo: siempre econ贸mico, haciendo y deshaciendo en beneficio propio, expoli谩ndonos mientras estamos todos distra铆dos.


La m谩scara de la superioridad moral, utilizada como herramienta para se帽alar a cualquier disidente de pensamiento que contradiga al r茅gimen, hace que sean se帽alados como el enemigo. No es una opresi贸n militar, pero s铆 es una coacci贸n constante a la libertad de expresi贸n y los derechos individuales, por qu茅 el r茅gimen no quiere saber nada de la libertad. Desde la libertad se piensa y se pueden tomar decisiones.

¿De verdad crees que estamos en una democracia? Ten mucho cuidado a quien se帽alas con el dedo, porque ma帽ana el malo puede ser t煤.

Somos antih茅roes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.

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