TU AUTOESTIMA EN TINDER VALE 50€ 💰
Game’s over, losers! I have all the money. Compare your lives to mine and then kill yourselves.
— Bender, Futurama
Todos guapos y todos perfectos, sin aparente necesidad de nadie que nos quiera, porque ya tenemos suficiente gente alrededor que cumple con esa función. Así lo dicen nuestro Facebook, nuestro WhatsApp y nuestro Instagram ¿verdad?
¡Será por contactos! Contactos a los que recurrir para que nos den un “me gusta” que es el equivalente, a que alguien se haya dado cuenta en ese mismo momento, que existimos y que estamos haciendo algo interesante. Oye, simplemente que estamos muy guapos y nos lo estamos pasando de puta madre.
EL EJEMPLO DE LOS 50€
No recuerdo exactamente a quién le di este ejemplo por primera vez, pero pinta muy bien lo que quiero decir:
Imagina que vas por la calle y que, sin venir a cuento, viene una chica guapa y te da un billete de 50 € así sin más. Imagínate ahora que esto te pasara todos los días un par de veces o más incluso. Si ves que te empiezas a esforzar, por estar más guapo, sano y atractivo y compruebas, que esto tuviera una respuesta de esta forma tan burda e improbable, pero que pinta muy bien el estado de ánimo y de seguridad en ti mismo, que quiero que te imagines.
Con esto lo que quiero decirte, es que es muy fácil ir regalando autoestima a quienes quizás no hayan hecho ningún esfuerzo por merecérselo, simplemente por tener una buena apariencia o un reflejo que podríamos decir admirable, envidiable, según lo proyectado, por ejemplo, en redes sociales.
Tinder sería un muy buen ejemplo de lo que es ir regalando validación y autoestima de forma gratuita, a todo bicho viviente de sexo femenino, que se muestra en esta aplicación por el simple hecho, de sentir que así tendremos alguna posibilidad de acceder a esa mujer tan atractiva, que quizás simplemente haya puesto sus 3 mejores fotos, pero que al igual que como tú y que yo, se tira pedos y que seguro tiene sus momentos, de ser objetivamente insoportable.
Pues así es como ellas se sienten, cada vez que tú vas regalando cumplidos, me gustas, comentarios, miradas o cualquier tipo de invitación a un plan apetecible, aunque en principio quizás ni siquiera ella esté por aceptar, sino que simplemente se muestra y se expone, para recibir este tipo de validación y así tener la autoestima como un camión. Ya nos encargamos nosotros de regalarle ese billete de 50 € ficticio, a modo de “vale de autoestima”.
UN BONUS DE AUTOESTIMA EXTRA
Por un momento imagínate, cómo estarías sí cada vez que sales a la calle sin hacer ningún tipo de esfuerzo, todos los días un par de veces, viniera alguien y te diese cada vez un billete de 50 €. Aparte de que tendrías un dinerillo, o más que un dinerillo extra, para poder montártelo bien, tu autoestima estaría en mejores niveles, independientemente de que follaras mucho o follaras poco.
OK, pues ese es el feeling que quiero que entiendas, que tienen ellas cuando reciben nuestra validación gratuita, independientemente de que decidan ir con un fichaje o no, que les guste más o menos, saben que lo tienen y lo explotan a conveniencia. Y quién te diga que no, miente: así de simple. La posibilidad ya la tienen en el frigorífico, para cuando deseen utilizarla, si así les conviene en lo posterior.
El tema es que el hombre promedio que pueda ser como tú y como yo, lo tiene verdaderamente difícil para obtener una fuente de validación externa, que le premier básicamente por ser un guapo de cara. Ya que no salimos a la calle y vamos a trabajar con nuestras mejores 3 fotos de perfil, o un perfil más o menos brillante de Instagram. Es más, yo puedo ser una persona miserable con una vida de mierda, y tener un perfil de Instagram y 3 fotos en Tinder que me hagan parecer el puto amo, pero después salgo a la calle, o voy a trabajar, y mi cara y mi cuerpo y los madrugones que me tengo que pegar, y el esfuerzo que tengo que hacer, y las tareas por terminar, no me las quita ni Dios.
NADIE TE VA A REGALAR VALOR
Y todo eso, lo hago porque tengo que pagar las facturas y el alquiler, no porque me vayan a dar un upgrade social, por ser un tío de puta madre, con una vida social alucinante, acompañado de un estatus envidiable, que haga que las tías me persigan. No soy un actor famoso a lo Christian Bayle, así que ya te digo que eso no me pasa.
En ese sentido, el hombre promedio parte siempre desde un punto cero, teniendo que ganárselo todo, Si no sales ya a la calle con la confianza y la autoestima ya puesta de casa, ya te pueden ir dando, porque al 100% seguro, nadie va a acercarse a ti para darte ese billete de 50 €, y decirte lo guapo y tremendo que estás.
Aunque tengas un perfil de Instagram envidiable, muchos contactos en Facebook, una agenda de WhatsApp abarrotadísima con todos los móviles que hayas ido recopilando, entre Adoptauntio y Tinder, al final el que sale a la calle eres tú. Todavía que yo sepa, no se vive realmente a través de las redes sociales, y un contacto por sí mismo, o una foto, no te da calidad de vida, ni unas relaciones más auténticas.
Y este sentido, lo que más me preocupa, es que, haciendo uso de todas estas redes sociales y aplicaciones, me di cuenta de que cada vez, la gente se conforma más con su estatus o puntuación en una red social, más que en tener experiencias reales con personas reales. Lo que implica ya tomar contacto y conocerse, como parece que esta última parte es la que genera más fricciones y frustraciones, al haber roto la barrera de la imagen, cada vez nos acomodamos más, al umbral previo de no ficción, ideal de la imagen y del estatus que podamos proyectar.
QUEREMOS GUSTAR A TODA COSTA
Parece que prefiramos estar engañados, o mejor dicho: aceptar este engaño, para disponer de una posición de ventaja en redes sociales, que después en nuestro día a día, no tiene ninguna implicación, o nada que ver nuestra vida real, pero al haber obtenido esta validación ficticia, nos guardamos esos billetes ficticios de 50 € en el bolsillo de atrás, cómo fuente de autoestima.
Porque mientras no haya fricción, no hay desengaño ¿verdad? Queremos que nos quieran, aunque sea de lejos y a través de una aplicación, a decepcionamos en tres dimensiones. Creo que básicamente, es por esto por lo que, nos vamos acercando cada vez más, a un final de mierda. Más incluso que por la dictadura políticamente correcta, ya que la imagen que tenemos de nosotros mismos es la que nosotros decidimos.
A mí a veces me dan ganas de quitarme de todas las redes sociales, y últimamente me pasa bastante a menudo por la cabeza. Lo pienso y no termino de hacerlo, pero cada vez una cosa es segura, y es que lo tengo más cerca: ya es una tentación. Igual al borrarme de todo, consigo salir de esta Matrix y ¿desaparecer?
Somos antihéroes en un mundo que he dejado de creer en los hombres buenos.
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