LA GÉNESIS DEL VILLANO 😈

My mother always tells me to smile and put on a happy face. She told me I had a purpose: to bring laughter and joy to the World. Is it just me... Or is it getting crazier out there? I used to think my life was a tragedy, but now I realised it's a comedy.

― The Joker

¿Te has dado cuenta que en el cine, siempre los villanos tienen una génesis traumática y siempre se les pinta con un mal padre o con una mala madre? Por lo visto, la culpa la tiene que tener siempre alguien... no puede alguien ser el malo porque le apetezca ¿verdad? La culpa siempre tiene que ser de alguien.

El malo de la película no nace siendo el malo y es muy fácil echar la culpa a alguien, cuando no se sabe o no se conoce lo que le ha pasado o el porqué está actuando de la manera en la que actúa y que nosotros no entendemos.

ausencia de figura paterna


Lo que sí parece un denominador común en la génesis de cualquier villano, es precisamente la ausencia de padre. Es algo curioso, porque vemos en esta última época, que la figura del padre, la figura del varón en la familia no sale bien parada en ningún momento. pero fíjate tú, que en estos guiones todos los villanos más crueles, se han criado única y exclusivamente de la mano de sus madres, no había padre y bueno… digamos que han recibido un “tratamiento especial” de lavado de cerebro por parte de sus queridísimas madres.


En el cine, el villano el malo de la película cuando se muestran los flashbacks de su génesis, siempre ha tenido una infancia muy difícil, siempre ha sufrido, siempre se le pone en un hogar sin padre, o con una madre desquiciada, o que le hayan maltratado de pequeño. Parece que siempre lo ponen como que ha sufrido un trauma para ser malo, pero lejos de justificar a nadie, no hace falta sufrir ningún trauma o no hace falta sufrir ninguna desgracia familiar, pues para ser un hijo de puta, tú puedes ser una mala persona y haber tenido muy buena familia y haberte criado muy bien.

De hecho, las personas que han sufrido un trauma o que no lo han pasado bien siempre están en posición de ser más empáticas con otras personas, que las personas que han tenido siempre recursos a su alcance y que nunca han pasado necesidad, y que no entienden que otro grupo de personas, lo pueda estar pasando mal y por lo tanto, tienden a ser menos empáticos con quienes les rodean. Precisamente por no haber compartido esas carencias, esos traumas o esas necesidades.

Alguien que lo ha tenido todo hecho durante toda su vida, no entiende las carencias de otras personas y por lo tanto puede llegar a ser un déspota, o puede menospreciar a otras personas, por no compartir su situación. Las personas más humildes, a menudo suelen ser las que más problemas han pasado, y por eso precisamente, saber entender al otro y ponerse en su lugar.

alguien con traumas


La empatía es un valor muy reclamado, pero después en la práctica muy poco visto. No tienes nada más que ver las decisiones que se toman desde las posiciones de poder y las consecuencias que estas decisiones derivan, para ver que la empatía, es algo que está diseñado solo para pobres ¿verdad?


Los traumas no son algo atractivo. A nadie le gusta un problema y desde luego, si tenemos una relación o estamos buscando una pareja, intentamos siempre encontrarnos a gente lo más limpia posible. Esto es algo curioso, porque nos ponemos a juzgar siempre a otras personas y sin embargo, a nosotros nos ha podido pasar de todo, o podemos tener cuarenta mil traumas o cuarenta mil historias, pero a la otra persona la queremos siempre nuevecita para nosotros, y por supuesto sin problemas. Ellas lo tienen muy claro: solo hombres top.

Pero si te pones a pensar que realmente esto es infantil y narcisista, porque nadie está exento de problemas y nadie está exento de traumas te darás cuenta que nuestra manera de comportarnos acerca de juzgar al otro. Es absurda y es absolutamente infantil. Tanto en sentido positivo, como negativo. Porque ni todos son buenos por naturaleza, ni malos desde el nacimiento. Aquí solamente pondría aparte a los psicópatas, que existir existen… vaya que si existen; porque además son los que nos gobiernan. Y en su caso, la decisión de ser bueno malo, no se plantea: solo se actúa en propio beneficio. 

No encontrarás a mucha gente dispuesta a admitir que se comporta de forma narcisista en sus relaciones, eso desde luego. Es la ilusión narcisista de un niño que no ha vivido lo suficiente, que no tiene experiencia y se cree que todo el mundo es su pequeña esfera. Todo lo que ocurre le pasa él y la realidad es como él la ve.

El pequeño Principito que vive protegido, y que un buen día en un ataque de rebeldía adolescente, decide salir a dar una vuelta, acompañado por supuesto por un guardia o por un guardaespaldas, y cuando se encuentra con el mundo real pregunta: Oye ¿y eso qué es? ¿qué está pasando allí? Y el guardaespaldas que tiene la misión de protegerle por encima de cualquier cosa, le dice: Eso es pobreza, miseria… no te mezcles con esa gente, porque te van a robar, te van a hacer de todo. Y el pequeño príncipe, o mejor dicho: el puto niñato, dice: Bueno, no quiero tener nada que ver con esta gente ¡llévame de vuelta al palacio! Así nos comportamos, exigimos gente limpia sin traumas y no nos miramos al espejo.

una visión limitada de la realidad


Esta sería la historia de Buda, pero contada al revés. Lo que le pasó a Buda fue que salió del palacio y cuando se encontró con la realidad del mundo lo que dijo fue ¿Pero como puedo volver a mi palacio viendo la cantidad de miseria que hay? ¿cómo yo vivo en estas condiciones de lujo y sin embargo fuera de los muros de palacio, la gente está hecha polvo? La gente está hecha una mierda, porque esa es la realidad: nadie está exento de problemas o de traumas.


Alardeamos de que queremos experimentar muchas cosas, pero si nos dan a elegir, ninguno de nosotros elige experimentar el sufrimiento. Y no queremos hacerlo, porque lo asociamos a algo malo. Es una forma muy sutil de ver que no nos gusta la realidad y que por lo tanto buscamos evasión en el otro por eso siempre le exigimos a la otra persona que esté limpia y libre de traumas porque queremos evadirnos en ella y no enfrentarnos con nuestra propia realidad.

Nuestro comportamiento egoísta, nos inclina a creer que lo que pensamos que es mejor para nosotros, es lo que mejor va a funcionar para el mundo. Solamente alguien arrogante y absolutamente carente de empatía, es capaz de creer que se merece alguien limpio y alguien sin problemas. Por eso el pensamiento políticamente correcto es tan peligroso, porque odia y desprecia la realidad de las personas, invisibilizándola y solamente pone de manifiesto, un buenismo que es irreal y narcisista, alejado de las tres dimensiones que conforman la realidad.

Si nunca te encuentras una piedra en el camino, o si nunca encuentras una contradicción, o si nunca tienes ningún problema, es demasiado probable que te estés dejando llevar por la corriente, y que no estés tomando una sola decisión sobre tu vida. Simplemente estés sobre protegido. 

Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.

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