LO QUE MARY POPPINS NUNCA NOS CONT脫 馃懜
I fantasized about being some sort of a princess. Behaving like a princess is work. It's not just about looking beautiful or wearing a crown. It's more about how you are inside.
— Julie Andrews
Podr铆a empezar con aquello de tengo un amigo que... pero me estar铆a quedando corto, porque no solo tengo un amigo que… si no que somos algunos, que no somos pocos y que cada vez somos m谩s.
¿Somos todos hombres buenos? Quiz谩s eso sea decir demasiado, quiz谩s no seamos tan buenos, pero tampoco somos tan malos c贸mo se nos pretende pintar. Simplemente somos promedio, con conciencia libre de la masa identitaria y con ideas propias. Cada uno diferente de otro con sus matices como cualquier hijo de vecino.
¿CU脕NTO CREES QUE VALES T脷 Y CU脕NTO CREEN QUE VALEN ELLAS?
Aun as铆, cualquiera de nosotros que no tenga nada de especial, acumula bastante m谩s ingenio, experiencia y me atrever铆a a decir que, hasta madurez, que cualquier mujer que se encuentren en activo en el mercado de las relaciones. He dicho madurez con todas las letras, porque nosotros bastante a menudo lidiamos con una realidad llamada rechazo, y es algo que tenemos que afrontar, por el simple hecho de movernos. Cosa que ellas no saben digerir nada bien y que sigue siendo una realidad que les cuesta procesar.
Acumulamos m谩s valor, b谩sicamente porque estamos hartos de tener que pensar tres veces antes de actuar, ingeni谩noslas cada vez de una manera m谩s original, para poder entablar contacto y no te digo ya para encontrar una mujer que merezca la pena. M谩s cuando tenemos que hacer el 90% de todo, mientras ellas solamente se dejan ver. Esto es lo que hay en la calle, no en la realidad subjetiva y fant谩stica de una feminista cualquiera.
En cuanto a nosotros, el no tener nada de especial, podr铆a bien considerarse una desventaja competitiva, pero… si la realidad demuestra que ese “algo tan especial” perseguido por tantas mujeres, en su b煤squeda del vellocino de oro, termina siendo un conjunto de fantas铆as que desembocan en decepci贸n, mejor no entrar en esta competencia de exhibici贸n de plumas del pavo real y el brillo cromado del espalda plateada, ya que m谩s temprano que tarde, se terminan comiendo una pared en su b煤squeda del estatus.
¿MERECE LA PENA COMPETIR?
Y es que muchas veces, me pregunto si me merece la pena mentir para entrar en este mercado de competencia sexual, en el que la mujer actual parece haber perdido por completo el sentido de la realidad.
Te ser茅 sincero: una vez que sabes y conoces con algo de testaje en redes sociales, cu谩les son los interruptores de estatus, que hacen que los radares de las mujeres se activen, es relativamente f谩cil, conseguir un tr谩fico de citas frecuente. Y si no un tr谩fico, al menos muchas m谩s posibilidades que un perfil puramente promedio. Aunque este perfil promedio sea 100% real y aut茅ntico, ellas no le prestar谩n atenci贸n y tender谩n a obviarlo, siempre en busca de algo mejor, aunque sea mentira. Entrar en este juego es un error, aunque te de resultados en el corto plazo, y te voy a explicar por qu茅 empezando con unas preguntas bastante gr谩ficas:
¿Vamos a entrar en el mismo mercado de la competencia del “todo para unas pocas y una para todos”? ¿vamos a correr como galgos en circuito cerrado persiguiendo un conejo motorizado que ni siquiera es un conejo de verdad? ¿vamos a ponernos a la cola de un cortejo guardando c铆vicamente nuestro turno, mientras ellas nos van eligiendo a conveniencia uno a uno, y consumi茅ndonos tambi茅n uno a uno, para posteriormente ser desechados? ¿Sabes qu茅? Por mi parte va a ser que no.
¿QU脡 GANAS CON TODO ESTO?
No ganamos absolutamente nada en este juego de la competencia, y m谩s si lo que pretendemos, es adaptarnos para supuestamente mejorar e introducirnos en un sistema de elecci贸n y preselecci贸n, que nos pone a la altura de esos galgos que persiguen un conejo motorizado, mientras el Coliseo hace sus apuestas. Y una vez terminada la carrera, son otros los que ganan y el galgo simplemente, vuelve a su redil hasta la siguiente carrera, en la que volver谩 a jugarse el tipo, para intentar alcanzar un premio que nunca llega.
Si somos precisamente nosotros, la pieza clave de la demanda y lo que hace que este mecanismo de competencia insano funcione, solamente de cara a mejorar el estatus social de premio sobre s铆 misma que tiene la mujer actual ¿No te das cuenta de que no ganamos absolutamente nada? Entonces si no ganamos absolutamente nada ¿para qu茅 estamos jugando? ¿para qu茅 corremos c贸mo galgos detr谩s de un conejo que ni siquiera es un conejo?
¿De que te sirve alcanzar la meta, cuando en esta meta lo 煤nico que hay es una mujer solamente mentalizada para recibir y actuar de forma pasiva con tu tiempo, bienes y recursos? Vuelvo a preguntarte ¿qu茅 ganas con todo esto?
NO ES TU PROBLEMA
Estamos reforzando c贸mo demanda, este mercado sexual de la competencia, en el que nos abaratamos, adapt谩ndonos a esta maquinaria simplemente para pasar por los filtros sociales, econ贸micos, de imagen y de estatus, que se nos imponen para acceder a ellas, sin obtener garant铆a o compromiso de que nos ha servido para algo. Si todos hacemos lo mismo ¿que tenemos de especial?
Si ellas quieren que las mientan es su problema, no el nuestro.
Si ellas quieren jugar siempre con hombres fuera de su liga, es su problema no el nuestro.
Si ellas optan una y otra vez por la hipergamia, en lugar de ser m谩s realistas, es su problema no el nuestro.
Si ellas est谩n esperando continuamente a alguien mejor, en lugar de esforzarse por tener una relaci贸n aut茅ntica, es su problema no el nuestro.
Si ellas tienen una imagen de s铆 mismas que no se corresponde con la realidad, es su problema no el nuestro.
No somos pocos y cada vez somos m谩s, los que estamos viendo y experimentando en carne propia, las consecuencias de una identidad llamada mujer, echada a perder en batallas est茅riles contra s铆 misma, que para nada la benefician ni a ella ni a nosotros.
D茅mosle gracias a George Soros y a Disney.
Somos antih茅roes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.
No podr铆a estar m谩s de acuerdo
ResponderEliminarGorri贸n Supremo!!!!!!!!
ResponderEliminarLlevo tiempo sigui茅ndote y generalmente coincido con tu forma de pensar, por lo que me pregunto, ¿Como afecta tu forma de pensar a las relaciones con tu entorno? Digo esto porque cada vez que me expreso de forma parecida a como lo haces tu en tus textos, me encuentro con que algunos amigos y mujeres de mi entorno me miran con "caras" o bien hacen comentarios o gestos de desaprobaci贸n entre otros.
ResponderEliminarA muy pocas personas les gusta que le digan la verdad en la cara. Bienvenido al club.
Eliminar