¿QUÉ NOS HACE MÁS FUERTES? 💪

You always wanted to fly Kent. Now's your chance!

— Evil Superman, Superman III

Nadie nace siendo bueno al 100% ni malo de la misma forma. En cambio, sí somos capaces de lo mejor y de lo peor, en ambos sentidos. Todo depende de quien pilote la maquinaria. Es lo que el mundo mira, ya lo sabes: somos lo que hacemos. Muy por encima de lo que digamos, de lo que sintamos, de lo que llevemos por dentro, nuestros actos nos definen. Y dentro de nosotros hay una batalla constante, de fuerzas que se pelean por salir y que queremos esconder, y de fuerzas que nos gustaría saber donde se esconden, para hacerlas salir y ser así nuestra mejor versión.


Esa pelea constante, la primera vez que la entendí realmente, fue viendo pelear a Superman en su peor versión, afectado por la kriptonita, volviéndose en su comportamiento como cualquier humano egoísta, interesado, belicoso, violento, ansioso por demostrar que está por encima del resto, contra su propio alter ego, Clark Kent: el tímido, correcto y apocado hombre confiable de gafas, responsable e incapaz de matar a una mosca. Yo era muy pequeño cuando vi esa pelea por primera vez, y sé que es solo una película, pero se me quedó grabada para toda la vida. Simplemente lo entendí: jamás terminaría esa pelea interna.

¿Qué nos hace más fuertes? ¿Qué nos debilita? ¿Merece la pena vivir según lo que tenemos por dentro, aunque ello nos cierre las puertas al amor, o al éxito, o a llamarnos simplemente “personas normales”? Nada de lo que llevamos dentro, ha llegado allí solo, por sí mismo… nuestro disco duro de experiencias, es el que es y en base a lo que hemos vivido, vamos programando nuestras respuestas y nuestras reacciones. Respuestas que repetiremos mientras funcionen, o que replicaremos una y otra vez, si no hemos aprendido nuevos elementos que nos saquen de un círculo vicioso.


¿Sirve de algo tener esperanza? Más nos valdría evolucionar y saber renunciar a nosotros mismos a tiempo, en lugar de refugiarnos en la esperanza como última opción. Y cuando digo renunciar a nosotros mismos, me refiero renunciar a todo aquello que nos somete a la idea de lo que somos y “es que soy así”; y que por estar tan a mano en la zona de confort, siempre recurrimos a ello, para no cambiar, evolucionar y ser mejores. Fuera de los límites es donde podemos crecer. Dentro del círculo, estaremos más o menos cómodos, pero no creceremos ni cambiaremos, porque esa frontera imaginaria nos limita.

A veces no queda más remedio que enfrentarnos a nosotros mismos para salir de ahí, porque la esperanza es un arma de doble filo: para el que está dispuesto a cambiar, es la estrella polar que le rige y por eso precisamente quiere cambiar y evolucionar. Pero para el conformista, es el famoso when you wish upon a star de Disney, que te hace creer que el milagro llegará para sacarte de la miseria, si esperas lo suficiente y crees. Ese “sé tú mismo” que tantas veces nos ha podido conducir al fracaso, por precisamente habernos acomodado en la sentencia de lo que somos, y no en lo que queremos llegar a ser.


El día que nos sintamos satisfechos, y no le pidamos nada más a la vida habremos dejado de pelear contra ese hombre viejo que nos ancla al sillón dentro de una jaula de oro. Muchas veces no seremos capaces de luchar por nosotros mismos, y tendremos que hacerlo por alguien. Eso es lo bueno del amor, cuando no tienes fuerzas para hacer algo por y para ti, el esforzarte por alguien a quien amas. Hay personas que merecen que se luche por ellas, las hay. Porque hay personas que hacen de este mundo un lugar mejor. Cuando encuentras a alguien así debes seguir a tu corazón. La cabeza siempre te dará mil y una razones para no hacerlo, y todas perfectamente lógicas.

Sé que no es un discurso brillante, sé que si somos inteligentes, miraremos siempre primero por nosotros; pero no siempre tendremos esa claridad, no siempre nos sentiremos con fuerzas y no siempre, seremos capaces de arrancar ese último golpe de voluntad. Por eso, el amor hace falta. Pero no el amor como idea, el amor es una persona concreta a quien tú libremente te entregas. Libremente, porque si no… no es amor


Este amor empieza por uno mismo, porque eso es lo que nos hace más fuertes. Si no nos amamos a nosotros mismos, nadie más va a hacer el trabajo. Nadie va a venir a sacarte de la zona de confort, te va a coger del cuello y te va a hacer salir a empujones. De esa jaula, solo podemos salir con nuestra propia voluntad y ese primer paso solo podremos darlo nosotros. El amor está ahí fuera, dentro solo nos protegemos para que no nos hagan daño, y eso… no es crecer: es esconderse y atrofiarse. Alimentarse solo de uno mismo te termina consumiendo.

Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.

Comentarios

LO MÁS LEÍDO 🔎