FABRICAN NUESTROS PROBLEMAS

A baby has brains, but it doesn't know much. Experience is the only thing that brings knowledge, and the longer you are on earth the more experience you are sure to get.

― The wizard of Oz

¿Nunca te has preguntado por qué nunca dan buenas noticias en los medios de comunicación? Si hago esta pregunta en voz alta en una habitación llena de gente, ganaría con total seguridad el título de iluso de la sala.

FABRICAN NUESTROS PROBLEMAS

Mientras tengas una preocupación en mente, de una forma más o menos consciente, estarás enfocado en resolver el problema. Si el problema es tuyo en primera persona, te costará menos identificarte con ello, porque te ha caído encima. No hará falta que te lo machaquen desde fuera continuamente para recordártelo.

En el caso de las narrativas oficiales, al no ser nuestras en primera persona, tienen de alguna manera, que convencernos de que nos afectan a todos. Y como son problemas ajenos o impuestos a nuestra persona, han de repetir la información constantemente, hasta conseguir que tenga un impacto en la calle.

Tras reiteraciones en todos los medios, o en los medios principales durante un par de días y la información haya bajado a nuestro ámbito de conversación, cuando ya se encuentran qué dos personas están discutiendo entre sí o hablando del tema, tomando cada una su posición, esta narrativa deja de estar arriba y ya puede decirse que la hemos pasado a hacer nuestra.

El siguiente paso, es que estaremos pendientes de recibir segmentos actualizados de esta narrativa, que nos dejarán caer según nuestros canales de información elegidos, acorde con nuestra posición social o ideológica. Pero ojo: estamos hablando de un mismo tablero de juego, que es esa narrativa oficial en el que caben todas las versiones.

NO TE CONVIERTAS EN UN PEÓN

Para algunos es más difícil de aceptar que para otros, porque consideran su segmento el correcto y el verdadero. Es simplemente ese sentimiento de justicia interior, que nos reclama a modo de recompensa, el tener razón por conocer la verdad. Y ya es tarde para darse cuenta, de que se ha convertido en un simple peón que ha tomado partido, dentro del tablero de la narrativa oficial.

Los seres humanos libres, no necesitan discutir. Simplemente no les hace falta, porque no tienen la necesidad de confrontar su narrativa individual con nadie para validar la y así darle un valor real ¿y esto por qué? Para ellos es real porque suya y con eso les basta. Por eso tratar de convencer a alguien, es inútil. Cada uno debe de encontrar su propia verdad.

Y precisamente por eso, para que ninguno de nosotros nos planteemos esta búsqueda individual, nos bombardean constantemente con narrativas ajenas, más o menos superpuestas, de forma que puedan enganchar una con la siguiente. Mientras estés ocupado y preocupado. en el foco de la narrativa oficial, no mirarás hacia dentro para definir tus elementos de verdad, y seguirás siendo reactivo ante todo lo que te echen.

Lo que a nuestros ojos puedan parecer bandos contrapuestos y facciones enemigas, son las patas de la misma mesa. Y esa mesa es un tablero. Y aunque tengamos poco margen, o mejor dicho: aunque creemos que tenemos poco margen no es lo mismo ver la jugada como un peón que ha tomado partido, que entender que esto es un juego, que no puedes dar por cierta ninguna información al 100% y es mejor ver la jugada, entendiéndola en conjunto.

APRENDER A VER EL JUEGO DESDE ARRIBA

Se ve mejor todo desde arriba que eligiendo bando. Porque no nos engañemos, si se trata de elegir un bando, todos queremos ser el bueno ¿verdad? O quizás no, quizás solo nos interese el lado ganador, independientemente del signo que tenga. Siempre hay una dualidad: buenos y malos, ganadores y perdedores.

Todos quieren ser el bueno y todos quieren ganar, y gracias a este sentimiento de nobleza triunfadora, los controladores se regocijan viendo cómo peleamos entre nosotros, por las narrativas que ellos mismos han creado. Y esas guerras, es lo que garantiza que ellos sigan arriba. Es lo que les alimenta y no solo económicamente. Podríamos decir que la economía, es el escalafón más bajo de alimentación física y material de la Corporación Arconte.

Nos pretenden someter, aprovechándose precisamente de nuestra mejor parte, de qué queremos el bien y nos dan colores de las fichas a elegir. Cuando las reglas del juego están trucadas para que no ganes y el tablero no te pertenece, lo mejor es no tomar partido.

Piensa que si están tan empeñados en someternos a través del miedo, creando ruido y más ruido, es porque bajo ningún concepto quieren que miremos hacia dentro. Nos echan una narrativa tras otra, prácticamente sin descanso, porque no quieren que tomemos consciencia. Mientras estemos asustados estaremos más preocupados por conservar la vida, que por vivirla.

Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.