¿SE ACABÓ EL AMOR? 💔

It's like I was playing some kind of game, but the rules don't make any sense to me. They're being made up by all the wrong people. I mean no one makes them up. They seem to make themselves up.

― Benjamin Braddock, The Graduate


En una sociedad diseñada por lobos para borregos, trabajamos como borregos, nos movemos como borregos, comemos como borregos, nos entretenemos como borregos y por supuesto, también nos relacionamos como borregos.

Nos han preparado nuestros queridos poderosos, unos nichos ecológicos basados en la identidad y en ideologías, que nos ubican cómo consumidores condicionados por categorías, de todo aquello que nos quieran vender directa o indirectamente.

Nos dicen como tenemos qué percibir la realidad, cómo ver, cómo sentir, cómo interpretar las relaciones personales, qué tipo de sexo o de comportamiento sexual podemos tener y con quién, siempre y cuando… la instrucción venga da desde arriba ¡por supuesto!

En cada uno de estos nichos ecológicos o cajones sociales, se nos hacen cumplir unas determinadas condiciones de pertenencia, que hacen que si perteneces a uno, no puedas pertenecer a otro… y no solo eso, sino que el hecho de pertenecer a uno de estos nichos, te sitúa en abierta confrontación con el resto.

IGNORANTE Y FELIZ


Me pongo a pensar en mis 18 años en los que no tenía ni puta idea de nada, y veo y compruebo, que tenía mucha más libertad en ese periodo que ahora. Y no es que eche de menos esa edad en plan nostálgico, porque si me pongo a pensar mi mejor época, la puedo recordar con 25 años. Desde entonces, lo único que he experimentado han sido cargas, obstáculos, dificultades y algún que otro buen momento, pero en reglas generales, digamos que siento que he ido yendo a menos.


Y no te hablo de salud, y no te hablo de trabajo, y no te hablo de economía, porque afortunadamente, estas tres patas hasta el momento no me han faltado. Pero lo que es la libertad, el amor, las relaciones y el poder expresarme sin miedo… todo esto ha ido decreciendo y bajando en calidad a lo largo de los años. Cada vez se nota más que no hay libertad.

Todo con tal de que no salgamos de estos nichos, que nos han ido programando para que quedemos ubicados y nos definamos según unas normas, ideologías y dogmas preestablecidos, de forma que seamos mucho más fácilmente controlables: borregos a pastorear de varias clases, pero a fin de cuentas ¡borregos!

Cada vez menos amor 


No sé si sería la mejor manera de expresarlo, pero se paga un precio por no querer meterte, o por no aceptar la ubicación impuesta desde arriba, en uno de estos nichos ecológicos especialmente diseñados, para que pasemos dentro de ellos sin tocar la barrera. Porque no te lo pierdas: esta barrera es una linde electrificada, y si te acercas a sus límites… te electrocutas. Y si por cualquier razón consigues saltarla y escapar, no faltan los lobos atentos para cazarte y no dejar nada.


A esto es a lo que llaman espacios seguros: si te niegas a entrar en uno de estos cubículos, la vida se hace más difícil, porque desde estos nichos ecológicos, no quieren ni oír hablar de que fuera hay más libertad. Te quieren hacer creer también que no hay opciones, pero mienten… porque ellos solamente consideran opciones, aquello que pueden controlar y regular por leyes absurdas, que van en contra de nuestra propia naturaleza y necesidades.

Y si hay alguien que quiere vivir fuera de estos límites, que no acepta las opciones que se fuerzan dentro de estos cubículos, y prefiere vivir al margen de todo este diseño artificial, inmediatamente es perseguido. Porque que vean esto desde dentro es peligroso, ya que todo lo que no es control y regulación, a los de arriba les da mucho miedo y les pone nerviosos.

YO QUERÍA HABLAR DE AMOR


Si te digo la verdad, empecé escribiendo con la intención de hablar de amor: te lo juro, esa era mi intención. pero si tengo que hablarte de amor, realmente de lo único que te puedo hablar, es de cómo protegerte para no buscarte problemas y mirar por tus intereses. Y no quiero, te juro que quiero hablarte de amor, pero es que a estas alturas… ya no me sale natural.


Y esto es triste, es muy triste y lo admito, a pesar de que soy un hombre que nunca ha evitado enamorarse o buscar el amor, o una relación que realmente merezca la pena. Pero a estas alturas del dibujo, en la que cada uno tenemos metido en la cabeza lo que queremos y no nos bajamos del burro, es francamente difícil, encontrar algo que realmente merezca la pena, o que al menos se acerque a lo que deseamos.

No digo que no exista, no digo que sea imposible… solamente digo que nos están quitando todas las opciones que tenemos en nuestra libertad, para poder relacionarnos de forma natural, según nuestros deseos. Algo tan simple como eso.

¿DÓNDE HA QUEDADO EL IMPULSO?


Es algo tan sencillo, como qué al menos en lo personal, me pesa mucho más el balance coste-beneficio, que el impulso primario. Y antes de ejecutar cualquier movimiento, calculo las posibles consecuencias, y mido si realmente me compensa actuar o no actuar.


Más sobre todo, cuando tú estás dispuesto asumir un riesgo, pero te das cuenta que en el resto del tablero las leyes que te imponen para jugar al juego del amor, solamente te ponen en situación de perdida. Porque realmente no vas a ganar nada, y en cambio puedes perderlo todo. Así dime tú, quién cojones va a mover un dedo.

SER LIBRE EN EL AMOR ES UNA ILUSIÓN


Y pensando en voz alta… ¿acaso el sistema ha conseguido conmigo lo que quería eliminando mi impulso? ¿eliminando precisamente lo que me hace humano? ¿lo que me hace animal? La parte más instintiva y auténtica de mí, ha sido sustituida por este cálculo previo que hago, antes de actuar o no actuar. Un triunfo de este régimen dictatorial, en el que nos encontramos ubicados dentro de estos nichos diseñados para esclavos.


O acaso, si me dejo llevar por este impulso ¿el sistema no terminará por aprovecharse también convirtiéndome en un borrego más hipotecado y sometido por las deudas, el suelo, las facturas, las leyes y las instituciones?

Con 20 años ya me pensaba las cosas, pero no hasta este extremo. No veo libertad por ninguna parte y si no hay libertad, no puede nacer el amor. Igual es que soy demasiado idealista… no lo sé, pero siendo más ignorante, me sentía mucho más libre, cuando debiera ser al revés.

Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.

Comentarios

LO MÁS LEÍDO 🔎