LA GRAN EVASIÓN DEL HOMBRE PROMEDIO 🚨

Look, sir, you talk about the High Command and the Luftwaffe, and then you talk about the Gestapo and the SS. To me, they're the same! We're fighting the bloody lot! There's only one way to put it, sir: they are the common enemies of everyone who believes in freedom. 

― Squadron Leader Roger Bartlett, The Great Scape

¿Sabías que en ellos años 60, unos 2 millones de españoles tuvieron que emigrar para buscarse la vida fuera? Y muchos de los hombres que mantenían familias, cuando además lo normal era tener más de dos hijos, tuvieron que emigrar a países del centro y del norte de Europa, para poder sacarlas adelante. Se puede decir que en aquella época, la propia situación del país echaba a los hombres fuera, por la propia supervivencia de sus familias. 

Hoy la estructura de la pirámide de la población española es muy distinta, y nuestro concepto de necesidad, también lo es. Somos un país que recibe más inmigrantes de los que exporta, a pesar de que no terminemos de estar bien económicamente hablando. Si hoy eres español, tienes tres hijos y te quedas sin trabajo, se divorcian de ti para terminar de arruinarte y punto, porque apestas y te ponen la X para todo.

Estás muy jodido, pero no te vas a Alemania a buscar trabajo, porque aprendes a malvivir aquí. El pobre español del siglo XXI, no asume los mismos riegos que otros sí hicieron, se queja y reclama, pero no arriesga al mismo nivel. ¿Me criticarán por decir una verdad? Nunca hago demagogia, pero solo tienes que ver, cómo se juegan la vida, las personas que quieren entrar en Europa o Estados Unidos, de las que los medios de comunicación tanto les gusta hacerse eco.

Actualmente, si dibujamos el perfil del emigrante español, que se va a Alemania a trabajar, o a Suiza, o a Finlandia hoy en día, lo hace para buscar oportunidades, que ya sabe que aquí no va a encontrar. Vemos, además que es otro perfil muy diferente al que lo hizo en los años 60: estudiante, post-universitario, soltero, menor de treinta años y sin cargas familiares, hombre o mujer indistintamente. Y es que como te decía, nuestro concepto de necesidad no es el mismo.

Por otra parte, al hombre promedio, independientemente de la época en la que le haya tocado vivir, siempre y en todos los casos, el común denominador ha sido, el hecho de facto de ser el soporte sobre el que se realicen todos los cambios de cualquier crisis. Y digo soporte, y lo digo bien tranquilo, porque sin hombre promedio, no hay impuestos, no hay capital humano que trabaje y por no haber, no habría ni un solo ladrillo levantado.

El hombre promedio, nunca ha podido relajarse y solo se ha tenido a sí mismo como apoyo, independientemente de si se le ha valorado o no: simplemente no ha podido elegir, porque siempre se le da por hecho, y siempre se cuenta con él, como agente responsable.

A pesar de ello, la burbuja occidental gobernada por intereses muy diferentes a equidad y justicia, está obcecada en auto-lesionarse, pretendiendo la no necesidad del hombre promedio en la sociedad, no ya como agente activo y básico en capital humano, sino que parezca querer erradicarlo. Y cuando digo erradicarlo, me refiero a hacerlo desaparecer a cualquier precio, a representarlo como origen de todos los males del mundo, y a odiarlo legalmente desde las instituciones, reduciéndolo a un ciudadano de segunda.

Puede que no estemos en la España de los 60, y sin apelar a un frente común, creo que lo mejor que podríamos hacer es quizás ¿largarnos? Pero esta vez pensando en nosotros. Me pregunto cómo quedaría este país o cualquier otro, si todos los hombres que se encuentran entre los 25 y 50 años, directamente emigraran y se largaran. Y que toda la teoría y toda la retórica, y toda esa cultura del odio, básicamente se la metieran por el culo, todos y todas aquellas que la promueven el odio de género y que viven de ello, institucionalizados cuan Éforos de Esparta ¿recuerdas? A aquellos que Leónidas tachaba de cerdos endogámicos y corruptos en 300. 

Todos y todas aquellas, que desprecian al hombre promedio, simplemente por tenerlo tan a mano y tan disponible, que tienen la creencia y la sensación, de que pueden hacer y deshacer lo que les de la gana con nuestras vidas. Porque creen que pueden disponer libremente de nuestro tiempo, de nuestros recursos, de nuestro esfuerzo y de nuestro capital económico y humano, para hacer sus cálculos, no ya sin contar con nosotros, sino despreciándonos directamente… 

Eso sí, contando con que nos vamos a quedar quietos y callados con todo lo que nos echen ¿verdad? Pues va a ser que no. Se les olvida muy a menudo a los que están en las alturas, que quien pone los ladrillos y realiza trabajos pesados, es precisamente el hombre promedio. No he visto todavía a la portavoz de ningún lobbie, dar una alternativa con su imposición de cuotas, para otra cosa que no sean puestos de poder, porque es lo único que les interesa.

Oye y a todo esto ¿qué es lo que pasa cuando al hombre promedio se le patea públicamente? ¿qué ocurre cuando el hombre promedio pierde representación? Pues pasa, que llega Donald Trump y gana las elecciones.

Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.