SI QUIERES OTRO MODELO DE MUJER, NO ALIMENTES MÁS AL MONSTRUO ⛔️

What a dangerous precedent. What if there more heroes like him? What if courage and imagination became everyday mortal qualities? What will become of us?

― Thetis, Clash of the Titans

Hace poco, una del Tinder que me había dado match, me preguntaba por qué tengo el perfil en inglés, si después ella y yo estábamos hablando en español. Yo le respondí como siempre, con la verdad y con educación ―Es un filtro anti-chonis, le dije solemnemente. Entonces ella va y se mosquea ―¿Me estás llamando choni? me pregunta. ―No, desde luego que no, pero yo como soy de esos que SÍ se lee los perfiles... Y siguió ―¿Me estás diciendo que no leo? Pues eso, que ella no tenía puesta foto de cara, y era el típico perfil que tenía las advertencias de “Nada de sexo de una noche”. También tenía puesto que "menos de 1'80 ni hablar" y era ella la que me había dado el match, cuando lo que yo mido es 1’70. Así que quizás le podía haber parecido mi cara simpática, pero no parecía que se hubiera leído mi perfil.


Si te das cuenta, ella no consideraba lícito que indirectamente mi perfil pudiera ser leído por alguien que simplemente sepa o entienda el inglés, ya que tampoco hago apreciaciones sexuales o discriminaciones en cuanto al físico; cuando ella en cambio, ya pone alertas sexuales y una barra de corte en la altura. Como soy usuario de Tinder Gold, cuando tengo un match me salta una alerta, le haya dado o no match con anterioridad a ese perfil, para que pueda ver si me interesa o no. Así que…


Tinder no es el mundo real, pero es una ventana interesante por la que mirar. Ya que los comportamientos del tú a tú, se reducen puramente a lo práctico, por la propia dinámica de la app. Lo que queremos se muestra sin filtros y maximizado. Si queréis conocer estas dinámicas de Tinder con más detalle, os recomiendo que visitéis Comunidad Redpill, que tienen bastante material sobre el tema con contenido probado y real. Ya sabes: Nunca es tarde para la píldora roja. Ahora te voy a hacer una pregunta seria:

¿Alguna vez te has sentido condenado al fracaso? Tienes que ser muy objetivo, honesto y sincero contigo mismo, porque quiero que pienses en por qué tienes éxito o en por qué no lo tienes. No vale que digas que el Mundo no te comprende ¿OK? Te lo pinto con una pregunta más directa ¿tú te elegirías a ti mismo? Antes de que confirmes tu respuesta, quiero que hagas el ejercicio de mirarte al espejo, y que me respondas sinceramente. Y ahora viene cuando por fin despiertas de esta pesadilla

¿Sabes una cosa? Es más fácil hacer dinero, que volver a nacer. ¿Sabes otra? Es más fácil hacer ejercicio y cuidarte, que hacer un cambio de cuerpo. ¿Y sabes la última? Es más fácil fabricarte un estatus con trabajo, que te caiga una herencia multimillonaria. La cuestión querido amigo, es por qué quieres tener este estatus y a quién pretendes satisfacer. Te voy a dar una pista:

Cuando el patrón actual es satisfacer a la mujer, cumplir unos requisitos concretos para estar con una mujer, o modificar tus hábitos, tu conducta y tu comportamiento para adaptarte a las necesidades de la mujer, estamos hablando de un sistema ginocentrista: o sea, un sistema en el que todo gira alrededor de la mujer.


Cuando te preguntaba si tú te elegirías a ti mismo, quiero que pienses desde los ojos con los que te estás mirando. ¿A quién le estás dedicando tus esfuerzos realmente? ¿En qué escaparate pretendes mostrarte? Quiero que tengas muy claro el criterio bajo el cual te estás juzgando, porque ahí querido amigo, es donde está el verdadero problema.

Y no solo tú, porque si solamente fueses tú, el problema se solucionaría rápido contigo. Aunque no supieras cambiar el chip, ese problema de ser únicamente tuyo, moriría contigo: número de afectados igual a 1. El verdadero problema, es que esta distorsión ginocentrista no solamente te afecta a ti. Porque no estás viviendo para ti mismo, sino para que te vean ellas.

Ahora viene el momento en el que el follaca de turno, piensa que esto no va con él, porque le va bien. Pero es que nuestro querido amigo triunfador, el que no huele bragas, sino el que las empapa, no es más que un muñeco Ken con pene diseñado a la demanda ginocéntrica. Ese pongámosle un 20% de hombres deseables, que están en la cima de la pirámide alimenticia sexual y profesional, ni se preocupan. Solo se preocupan cuando llega otro mejor y les desplaza ¿y todo para qué? Para ganarle el acceso a las hembras de la especie. 

Pues eso, que parece que el actual eje de rotación de la tierra, por lo visto es ginocéntrico y todos debemos vivir bajo una perspectiva, cuyo patrón de medida es el que la pone a ella en el centro. Y la verdad es que me pregunto, si esto ha dejado de ser así alguna vez, si hasta los cavernícolas, las tribus ancestrales y los clanes de primeros humanos nómadas, en su lucha por la supervivencia, tenían enfrentamientos por las mujeres. ¿Acaso este comportamiento absolutamente primario y tribal no es ginocéntrico? Vaya, pues va a ser que la esencia del ginocentrismo es en sí misma, es la mujer como trofeo.


La diferencia, es que mientras antes los hombres se mataban literalmente por tener a una mujer y comenzaban una guerra, ahora es que no nos matamos literalmente. Ahora además, le ahorramos el trabajo a la mujer, por no tener que esforzarse ni si quiera un mínimo por resultar atractiva, o porque ella como persona tenga que valer un mínimo la pena, porque ya nos encargamos nosotros de hacer todo el trabajo: el trabajo ligero y el trabajo duro, para que ella no tenga que mover un solo dedo.

Y te darás cuenta, que este reproche no es para ellas: este reproche querido amigo, es solo para ti… sí, para ti. Porque con ese comportamiento tuyo, estás haciendo que el mercado siga y siga subiendo, hasta un precio que nadie puede pagar. Con ese comportamiento, lo único que estás consiguiendo, es que cada vez la calidad de la mujer en el mercado sea más baja, a la par que ella se vaya volviendo más exigente hasta un punto que dejó de ser realista hace tiempo.

Me doy cuenta de que, a pesar de tener la sartén por el mango en cuanto a la demanda, no dejamos de poner un precio excesivo a lo que es barato; y un precio inalcanzable a lo que antes podía ser caro. Y es que haciendo esto, como hombres nos estamos devaluando; mejor dicho: estamos devaluando nuestro precio de mercado, porque somos nosotros los que fijamos el precio de lo que compramos.

Así lo único que estamos consiguiendo, son mujeres exigentes, pasivas y reclamantes, a las que les da pereza mover un solo dedo, o tener una sola inquietud fuera de sí mismas; ya que no necesitan hacer un solo esfuerzo, para que una cohorte entera de tíos, que pujan en este mercado, estén dispuestos a subir el precio de compra. Y cuando hablo de precio de compra: me refiero a tu tiempo, a tu voluntad, a tu esfuerzo, a tu físico y a tu capital económico. Mientras tanto ¿ella qué tiene que hacer?  Pues nada, esperar a que quede uno que le guste. Y después cuando venga otro mejor, desplazar al anterior.


Si nosotros somos los principales cómplices, no a un nivel ideológico, sino de demanda, cuando ponemos en valor a un tipo de mujer, que no tiene otra aspiración más que sí misma, y no muestra ningún interés ni inquietud por otra cosa, que no sea que la satisfagan, sin que ella tenga que poner nada de su parte ¿cómo esperas que cambie esta tendencia en el mercado? Si quieres que esto cambie, no alimentes a la bestia. No le des de comer al monstruo.

La cosa es simple: tarde o temprano a todos nos llega la hora, en la que nos tenemos que enfrentar con nuestra propia realidad. A veces llega antes, a veces tarda más; pero a todos nos llega sin excepción y por supuesto, a ellas también. 

Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.

Comentarios

LO MÁS LEÍDO 🔎