LOS DISIDENTES DEL NEGOCIO POLÍTICAMENTE CORRECTO 💣
You don't need to follow me! You don't need to follow anybody! You got to think for yourselves! You're all individuals! You're all different!
― Brian Called Brian, The Life Of Brian
Cuando te das cuenta, de que el dinero está detrás de todo, y que las personas son lo que menos les importa a los que realmente tienen poder, puedes hacer dos cosas: apuntarte al carro mientras dure el régimen, o permanecer firme en no dejar pasar todo aquello, que va en contra de tus necesidades, las injusticias y la estigmatización de lo que eres. Por si no quedaba claro: somos hombres.
Y cuando el delito, el agravio, el mal, lo sitúan en el ser y no en el hacer, da igual la buena predisposición que tengas, a hacer de este mundo un lugar más justo; porque tu delito si eres hombre, es existir. Si esto fuese solamente una opinión, o un pensamiento localizado que se quedara como tal, pues no habría problema, ya que sería cuestión de prejuicios. El problema, es cuando esta ideología quiere hacerse estructural.
¿QUIÉN ES EL ENEMIGO INVISIBLE?
¡Que viene el lobo! ¡que viene el lobo! ¿será verdad o será mentira esta vez como lo ha sido siempre? Porque nos ha gastado la misma broma demasiadas veces; y siempre somos nosotros, los que terminamos pagando la cuenta. Siempre. Y digo nosotros en masculino.
No sé tú, pero yo ya estoy harto de tener que disculparme antes de hablar, en mi día a día, para que no se me malinterprete. Y realmente, no sé porque tendría que disculparme la verdad, cuando no estoy diciendo nada que no sea cierto. Los hombres vivimos menos años y asumimos más riesgos ¿acaso esto no le importa a nadie? Los hombres también morimos, también nos matan, enfermamos y nos pasan cosas. Pero no culpamos a un enemigo invisible de ello.
¿POR QUÉ HACERLO ESTRUCTURAL?
Porque si pueden conseguir que desde las propias leyes, la política y la educación toda esta ideología de control de masas, quede implantada, conseguirán que el sistema “se lleve solo” sin necesidad de hacer más inversiones. Una vez hecha la ley, no necesitan presionar más a la opinión pública. Y una vez esto sea interiorizado a través de la educación en los niños, irán con este mensaje de aquí en adelante en sus vidas, sin plantearse la justicia o la injusticia del sistema, ya que es el propio sistema quien la proporciona.
Esto no es de ahora: ya ha habido regímenes dictatoriales en la historia que han empezado igual: Primero te meten miedo, te dicen que el enemigo está entre nosotros, te lo señalan con el dedo, y después te dicen que si quieres dejar de tener miedo, tienes que hacer lo que ellos digan y pensar, como ellos quieren que pienses. Hasta tal punto que no te dejan ni hablar, por miedo a que vayas a emitir un discurso contrario, que delate la ausencia de razón o realidad. Hasta el punto de meterse en la vida privada, familiar, sexual y en la manera en la que las personas nos relacionamos.
Control y más control. No creen en la libertad de la gente porque tienen miedo a que descubran que su chiringuito, es eso: un chiringuito subvencionando. Y si te mueves un poco en rrss lo verás, si eres contrario a la corriente hegemónica, que no admite debate ni autocrítica. Nada es eterno, y cada vez va quedando más claro, que lo políticamente correcto, no es otra cosa que una forma de invisibilizar la realidad para controlar a una población dividida artificialmente.
¿QUIÉN SE BENEFICIA?
La verdadera pregunta es ¿quién sale realmente beneficiado con todo esto? ¿quién puede estar interesado en este control de la población, hasta tal punto de crear una brecha social, que nos pretende hacer creer que somos y seremos siempre, hagamos lo que hagamos, los malos de la película? ¿quién gana dinero con la demonización de lo masculino?
El feminismo tal y como lo conocemos hoy en día, es un negocio multinacional, amparado por dinero público; que a su vez ha sido obtenido por inversiones privadas y por impuestos. Realmente lo público, no existe como tal, ya que antes ha sido obtenido y creado de forma privada. Y son estas aportaciones privadas, de quienes realmente tienen poder y nunca salen por televisión o en las noticias, las que mandan.
Y esto pintado como un nuevo modelo de sociedad más justo, realmente no es más que el maquillaje de una maquinaria económica, en la que el ser humano se asemeja mucho al modelo de pila alcalina de The Matrix. Va más allá: porque estamos hablando de control de la población, en cuanto al control de la procreación.
¿hasta dónde llega el control?
Estamos hablando de que al haber más gente en el mercado de trabajo, cada vez más y mejor cualificados, todos somos mucho más prescindibles, y los generadores de empleo, pueden negociar y establecer salarios, cada vez más a la baja debido a la altísima competencia. Y si quieres ser autónomo y no estar sometido a una gran empresa, los impuestos y las restricciones al negocio propio, harán que te ahogues antes de empezar.
Estamos hablando también de movimientos migratorios, que a su vez también afectan al mercado de trabajo, a la natalidad y a hacernos cada vez más dependientes, con tal de mantener nuestro estatus, a parte de la población que por no perder este frágil bienestar, decide no tener hijos.
Porque además, si se decide tener hijos, estos pasan a ser el capital de ideologización del sistema, y te verás obligado a que al escolarizarlos, tendrás que someterlos a la maquinaria ideológica sin muchas opciones, porque es lo que está impuesto: en cuanto a doctrina, que cada vez tiene más peso específico frente al conocimiento y la experiencia; que es para lo que se supone que debería servir la educación. No puedes educar a tus hijos bajo tu criterio, porque son el capital del Estado.
Y por si se había escapado del colegio y del instituto, en la universidad, actual refugio y trinchera de todos aquellos que desprecian la ciencia, porque los resultados nunca les han amparado, en las aulas encuentran la penúltima dosis de veneno antes del salir al mercado laboral. Al final y como siempre, la ciencia siempre tendrá la última palabra, pese a quien le pese.
Por último, si todo lo anterior no ha sido suficiente, los medios de comunicación, las plataformas de entretenimiento y las redes sociales, que también son parte implicada, harán el resto del trabajo. No hay donde esconderse.
En efecto, nunca la mujer ha sido más esclava que hoy en día, pero no de un patriarcado invisible e incuantificable; sino de aquello que le han vendido como libertad, con el único fin de decirle cuándo, con quién y cómo. Todo en un sistema, donde el Estado pasa a ser el marido y padre perfectos.
Pero todo esto, no te lo explican.
Si eres hombre y decides vivir a tu manera, eres un disidente peligroso.
Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.
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