UNA SIMULACIÓN PARA EXPLOTAR AL SER HUMANO BASADA EN LA ESCASEZ 🐜🐝🕸
Some people seek meaning in life through personal gain, through personal relationship, or through personal experiences. However, it seems to me that being blessed with the intellect to divine the ultimate secrets of nature, gives meaning enough to life.
― Michio Kaku, Hyperspace: A Scientific Odyssey Through Parallel Universes, Time Warps, and the Tenth Dimension
Si se diera la situación en que realmente nos dieran a elegir entre conocer la verdad sobre lo que somos y la naturaleza de la realidad, o seguir manteniendo la simulación tal y como está, superando un supuesto día a día, en una vida de ciclos finitos y repetitivos, que tienden a replicarse a nivel individual, como en la historia, se supone que seríamos libres.
DISEÑO INTELIGENTE CONTRA PROBABILIDAD DE DERIVA CREACIONISTA
Si esta realidad es una simulación, esa decisión, supuestamente, ya la tomamos en un plano de consciencia diferente al presente, haciendo uso de un libre albedrío distinto y que no recordamos: un libre albedrío que podríamos llamar kármico. Por lo que no sabemos si somos realmente libres o no, a menos que tengamos la opción de salir de la simulación.
Nuestra existencia, la vida orgánica tal y como la conocemos, técnica y científicamente hablando, sería más viable de explicar, aceptando la idea de un diseño inteligente, en lugar de una mera deriva probabilística, que ha hecho que a partir del Carbono, se formen macromoléculas complejas, que a su vez, se agrupan formando estructuras y tejidos.
Un diseño inteligente es compatible con la idea de simulación, y con la experiencia. Lo único que molesta aquí es el factor tiempo, ya que tenemos la necesidad de ordenar los sucesos para entenderlos, y es más fácil dejarlo todo a una deriva casual. Así, el problema de “el quién” desaparece de golpe, y nuestra ignorancia acerca del tiempo no afecta al resultado.
Es una manera muy sutil de elegir la píldora azul, si entendemos la píldora azul, como la opción más fácil. La elección que requiere menos esfuerzo o coste vital, no ya por elegir el no conocer la verdad, sino porque indirectamente te quita las ganas de seguir buscando, al tener una explicación que puede satisfacernos intelectualmente.
UNA INDUSTRIA DE EXPLOTACIÓN BASADA EN UNA EXPERIENCIA HOLOGRÁFICA
Abordar una creación intencionada, es más difícil de aceptar para nuestro ego, porque nos quita el ser “los primeros”, o “los únicos”, en este teatro de supervivencia, del que solo somos capaces de percibir una única línea de tiempo: la nuestra. En cambio, no tenemos problema en llamarnos creadores a nosotros mismos, si se trata de innovación o cultura.
Bueno, quizás esta experiencia sea un producto industrial de innovación o cultura ¿no lo habías pensado? También sería compatible con el concepto de simulación. Quizás esta no sea la única manera de manifestar quiénes somos en esta parte de la realidad, y estemos probando avatares, sometidos a un tiempo limitado, porque todo esto es un experimento.
Todo esto suponiendo, que nuestra manifestación en esta 3D sea libre y voluntaria, teniendo en cuenta ese libre albedrío kármico, que de ser así, no podemos recordar o recuperar registro de esa decisión en este plano consciente; por lo que también cabe la posibilidad de que nosotros seamos ese experimento y nada de lo anterior, haya sido libre o voluntario.
Y es que no hay nada como el sentimiento de deriva, o unas condiciones de escasez impuestas, para obligarnos a pensar primero en la supervivencia, antes que en las razones reales por las cuales estamos aquí, o por las cuales hemos sido ubicados aquí. No es lo mismo elegir estar, que a que te pongan aquí, o tomar una decisión bajo coacción.
LA DUALIDAD DENTRO DE LA SIMULACIÓN
Sometidos a condiciones de escasez, no tenemos tiempo para pensar más allá de nuestras necesidades y todas nuestras decisiones van a estar condicionadas a cubrir las carencias de nuestro soporte vital. Esta es una razón de peso: a menos que esto sea un ciclo de aprendizaje forzado, dudo que seamos libres de estar aquí en esta Granja Prisión.
Quizás la única libertad que tenemos dentro de este entorno, sea elegir la opción de tomar un papel activo, o bien dejarnos llevar, en caso de no saber adaptarnos o soportar el desgaste, que supone la libertad individual. El coste de responsabilizarse de uno mismo, es algo que no te permite relajar el músculo. No todos superan este test, en caso de serlo.
Según sean las condiciones del entorno, tenemos que jugar constantemente con la dualidad en la toma de decisiones. Si las condiciones son hostiles, eso nos condiciona a seguir una sola vía dentro de la dualidad, por lo que tendríamos que ser nosotros mismos, los encargados de crear nuestras propias opciones. El entorno condiciona, pero no determina.
Si este experimento, es un desafío a la capacidad creativa, sólo puede verse así, desde una posición de ventaja, mirando al sandbox holográfico desde arriba, como quien dirige la operación, manipulando las condiciones del escenario. Como quien desde su cuadro de mandos, va introduciendo barreras, obstáculos, incentivos y estímulos adaptativos. Así es como lo ve el dueño del terrario.
UNA POSICIÓN DE VENTAJA DENTRO DE LA SIMULACIÓN ¿LO ES REALMENTE?
En cambio, la vista de las hormigas del terrario es muy distinta: no pueden elegir las condiciones del entorno, y a simple vista no pueden plantearse dualidad alguna, más allá de la casta otorgada por la hormiga reina, quién las ha asignado según las necesidades de la colonia, como obreras, soldados o voladoras. Todas estas decisiones, serán adaptativas.
Quién toma las decisiones en la colonia es la reina, la que controla el número de cada una de las castas necesarias para que todo funcione en su nivel, y por tanto sería la única que se enfrentaría a una hipotética dualidad de supervivencia, pero ni siquiera ella es dueña de las condiciones del entorno, a pesar de su posición de privilegio en la colonia.
A ella, aunque sea la primera de la colonia, como a las demás, la han introducido en el terrario y debe seguir un código. No lo hace por sentido del deber, sino por programación. Y de igual manera que la resto de las castas, cuando cumpla su periodo útil será reemplazada por otra. Visto así, una posición de ventaja social, no implica tanto poder real como parece.
A la vista del ejemplo del terrario habitado por una colonia de hormigas, de resultar nuestra realidad una simulación, no parece entonces que nuestra libertad sea real, a pesar del libre albedrío. La única diferencia con las hormigas a parte de lo obvio, es nuestra individualidad, ya que aunque en ocasiones seamos gregarios, seguimos eligiendo opciones individuales.
Lo que nos diferencia de las hormigas, es que dentro de nuestro terrario, podemos elegir ser explotados o no. La cuestión es ¿Somos capaces de aceptar el coste de esa decisión?
Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.
Buen artículo. En mis viajesotes una vez reflexioné lo siguiente:
ResponderEliminarSi somos almas inmortales, fractales de la fuente original o como diantres gusten dirigirse lingüísticamente a nuestra esencia inmortal; siendo todo, conteniendo todo, sabiendo todo, percibiendo todo, todo todo; sería una existencia "aburrida" por usar un término inteligible a nuestra mente-matrix, aburrida en términos humanos pues. Y qué tal, solo qué tal, que en esta elevada dimensión primigenia de la que procedemos, lo último de lo último, lo más chido, la última pasada del entretenimiento hiperdimensional, es "vivir" una existencia finita como la nuestra. Encarnar en un avatar, sufrir todo lo que ya sabemos, vivir la experiencia humana sublime y ridícula. Si vinieramos a esta suerte de "videojuego" de almas sabiendo que cuando "morimos" tenemos créditos infinitos en la maquinita, sería entretenido el juego, un líder en ventas sin lugar a dudas. Pero no sería EL JUEGO con mayúsculas, que es. En otras palabras, una linda manera de pasar la eternidad. Ya sobre los parásitos de luz y de oscuridad, bueno, como todo buen juego, hay que pasarse a los jefes para ir al siguiente nivel. Ahí les dejo mi mafufada jeje, saludos desde México.