ENTRE LA ESPADA Y LA PARED 💣
I can't really remember when I last had any hope, and I certainly can't remember when anyone else did either. Because really, since women stopped being able to have babies, what's left to hope for?
― Theo Faron, Children of Men
Vamos al grano ¿OK? No existe jaula en la que te hayas metido, en la que no hayas entrado dando un paso y después otro. Uno detrás de otro, así de sencillo… pero de pronto te das cuenta, que te han cazado ¿por qué? Se ha cerrado la puerta tras de ti, y ahora resulta que no puedes salir. Has caído en la trampa, porque el cebo era bueno, era atractivo y parecía fácil ¿a que sí? Pues bueno, ya estás dentro y tienes lo que querías ¿no? Ah claro, que no quieres estar dentro, quieres comerte lo bueno, entrar y salir libremente y además hacerlo siempre cuando quieras ¿a qué sí? Pues permíteme que te diga algo que ya acabas de comprobar: todo en esta vida tiene un precio, pequeño saltamontes.
Algo que tengo que decir, es que a raíz del artículo 10 Errores que un hombre no debe cometer, he recibido más feedback del habitual. Y es que me he dado cuenta, que esa lista de 10 errores, os han dolido a más de uno y os ha tocado a algunos de lleno. Aunque bueno, igual ya erais conscientes, de que quizás no estéis viviendo de la forma que esperabais vuestras relación o relaciones.
No pasa nada: raro sería, que las cosas salieran exactamente como queremos que salgan, porque la vida no es así. Este es el único consuelo que vas a encontrar por mi parte, ojo: porque cada uno de nosotros se ha buscado lo que tiene, o lo que no tiene. Sí, como lo oyes ¿recuerdas? En la jaula has entrado tú solito. Sí… TÚ.
Y has entrado en la jaula, cayendo en la trampa, por no pensar en cubrirte las espaldas y mirar por tus propios intereses. Es aquí justo, donde quería pararme: mirar tus propios intereses, porque parece que desde siempre, que un hombre mire por sus propios intereses, es pecado mortal. Si lo hace ella, se la considera inteligente ¿verdad?
Pero si lo hacemos nosotros, somos unos egoístas de mierda; y ya vamos nosotros solitos sin que nos lo diga nadie, a ponernos al final de la cola a esperar el turno. Pues quizás sea ese el problema, que a día de hoy, un tío con un mínimo de conciencia, tiene tan metido en la base del cerebro, que mirar por sus intereses es algo malo, que así nos va. ¿Malo? ¿malo de qué?
Porque resulta, que la barra de medir entre lo bueno y lo malo, está totalmente polarizada bajo el siguiente criterio: si eres hombre debes renunciar a tus deseos y a tu felicidad, en función de compensar “no sé bien el qué” que debemos de compensar por estar vivos, ser hombres y tener pene. Porque además, se supone que si no renuncias, entonces tampoco tienes derecho a llamarte hombre. ¿Sabes por dónde me paso yo este criterio de mierda? Te lo puedes imaginar, porque además nos pone entre la espada y la pared constantemente.
Y da la sensación, de que si cumplimos nuestros objetivos, nuestros deseos y hacemos lo que queremos hacer, se lo tenemos que compensar a la otra parte. No basta con que nos esforcemos, tenemos que compensar socialmente, tenemos que compensar en la pareja, tenemos que compensar en la posición laboral, en el hogar y en la familia, como si lo que ya hacemos no contara una puta mierda.
¿Qué pasa? ¿Qué nuestra vida vale menos y por eso nos podemos morir antes y no pasa nada? ¿es que nadie se plantea que la esperanza de vida del hombre es menor a la de la mujer porque en efecto nos desgastamos más? Porque eso SÍ es una brecha real y además mortal. Y en lugar de tener esto claro, y hacernos conscientes del soporte que hacemos, a costa de nuestro tiempo y de nuestra salud ¿nos ponemos a pedir perdón por vivir?
Cuando la propia normativa social y legal, escrita y no escrita, nos pone entre la espada y la pared, a la hora de tomar cualquier acción, pensando siempre en que no podemos pensar solo en nosotros, sino que debemos compensar y medir todos nuestros actos ¿vamos a seguir viendo como malo e ilícito pensar nuestros propios intereses? Es que parece que estemos diseñados para ser explotados, y no… yo por ahí no paso. Ya no.
Una cosa es compartir lo que tienes, proteger al débil y al que no puede mantenerse, y otra muy diferente: que se de por hecho que tenemos que pagar con nuestro tiempo, voluntad, salud y esfuerzo, todos los males habidos y por haber, por el mero hecho de haber nacido hombres. Porque sí, porque lo dice todo el mundo ¿verdad? ¿y porque precisamente lo diga todo el mundo esto le da algún valor de verdad a que debamos de facto ser responsables de todo?
¿Y la igualdad? Oye, que la igualdad se construye desde el esfuerzo de ambas partes, no solo en el nivel de los resultados, al final, donde una parte se queda solo con lo que le gusta, mientras la otra parte, o sea nosotros, ha tenido que ganarse y pelear, lo que le gusta y lo que no, porque a nosotros no se nos da la oportunidad de elegir, ni nos pregunta nadie: se da por hecho que lo vamos a hacer.
Que te quede esto bien clarito: ni tú ni yo, somos la herramienta funcional de nadie, más que de nosotros mismos, para alcanzar objetivos, metas y planes. Muchas veces somos nosotros mismos, los que nos metemos en la jaula sin que nos obligue nadie.
Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.
Comentarios
Publicar un comentario
El mundo no va a cambiar por lo que vayas a decir ahora, créeme... pero si crees que merece la pena y debes decirlo ¡adelante! Es tu decisión.