UN TRABAJO DE CONTENCIÓN: DISIDENCIA CONTROLADA

Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas. Lo más importante en una operación militar es la victoria y no la persistencia. Esta última no es beneficiosa. Un ejército es como el fuego: si no lo apagas, se consumirá por sí mismo.

― Sun Tzu, El Arte de la Guerra

El ejército más numeroso de todos, es la población civil. Ningún país tiene más efectivos militares que ciudadanos. El verdadero miedo de cualquier gobierno, es una sociedad civil no controlada dentro de la logística del sistema, ya que independientemente del signo o su polaridad, una sociedad civil unida es invencible para cualquier régimen.

Quizás la peor arma que se pueda emplear contra el pueblo, es precisamente darle la esperanza de que por fin aparece alguien que conociendo su desesperación y las injusticias, luchará por todos aquellos que no pueden, o no saben defenderse a sí mismos. Una traición en forma de falsas esperanzas, a todos aquellos que buscan una tabla de salvación.

Tras la Revolución Rusa, entre 1921 y 1926, el falso movimiento antibolchevique MUCR. creado por el propio aparato del Estado, permitió localizar y arrestar a un buen número de verdaderos monárquicos. Siendo la cabeza visible el general monárquico Kutépov, esta operación de contrainteligencia, alcanzó y dio caza a exiliados contrarios a la Revolución.

UN TRABAJO DE CONTENCIÓN: DISIDENCIA CONTROLADA

Cada vez que en la historia ha habido una respuesta ciudadana de disconformidad o rebelión dentro de un régimen, o un movimiento iniciado desde la sociedad civil, ha aparecido un partido, organización o plataforma dentro del sistema, que ha terminado por recoger y canalizar esa respuesta popular disidente, de nuevo dentro del sistema.

Los versos sueltos son peligrosos porque no responden ante nadie, por eso no hay mejor manera de tener a la gente controlada, que poniendo a la cabeza del movimiento, a alguien que realmente se crea lo que está diciendo. Alguien capaz de proyectar esa verdad emocional, capaz de unir y de hacernos reaccionar, que consigue conectar con la gente.

Alguien a quien después desechar, o un tonto útil con carisma, a quien se pueda hacer desaparecer convenientemente, eliminar o encarcelar, cuando ya ha cumplido su función de contención. Es de lo que se trata: un trabajo de adormecimiento y de contención, de todo ese descontento que está apunto de explotar y poner en cuestión los cimientos del sistema.

Muchos no creerían que su refugio, en cuya idea confían y al que se aferran para mantener la esperanza, probablemente tenga una partida presupuestaria en algún presupuesto negro, el dinero que ha sido destinado a la creación de ese órgano, vinculado directa o indirectamente con el Estado, o con algún departamento de Inteligencia o Interior.

INTELIGENCIA, CONTRAINTELIGENCIA Y OPERACIÓN TRUST

La operación Trust, no solo fue un golpe durísimo al movimiento antiblochevique, también lo fue para los servicios de inteligencia extranjeros. El propio general Kutépov, cabeza visible, fue secuestrado en París por agentes de la OGPU que se hicieron pasar por gendarmes, muriendo de un infarto cuando le llevaban de regreso a Moscú. No llegó ni a la cárcel.

Esta operación de contrainteligencia, en la que se fabricó desde el propio aparato del estado, a día de hoy, es objeto de estudio en las distintas agencias de inteligencia occidentales. Y es que aquello de trust the plan ¿te suena de algo? El que nos pidan que confiemos en ellos, no es algo que se haya inventado ahora, ni muchísimo menos.

Si nos introducimos en una ficción que nos motiva lo suficiente como para implicarnos, porque encaja con nuestras creencias y valores, no será necesario que nos la impongan. Seremos nosotros mismos los que queramos conectar lo que llevamos dentro, con algo que lo corresponda en el mundo real, de forma que cobre vida, aunque solo sea para nosotros.

Hasta que llegue un día en el que estés discutiendo con alguien y caigas en la cuenta de qué estás defendiendo algo, que ni te respalda en tu realidad diaria, ni te alimenta, ni te representa. Te encuentres a ti mismo polarizado sin saber bien por qué, y ocupando tu mente con contenidos, que no dan una respuesta a la que era tu verdadera necesidad.

CONTRAINFORMACIÓN QUE CONDICIONA UNA RESPUESTA DIRIGIDA 

Llega un momento de madurez, en el que cualquiera de nosotros deja de creer en las utopías. No sé si decir madurez o desengaño, quizás es lo mismo. Cuando la gente lo está pasando mal, tiene miedo y está desesperada, la mejor forma de adormecerla, es recoger ese malestar, ponerle un nombre, etiquetarlo y lanzarlo a la masa para que lo destroce.

Y bajo esa etiqueta, ubicar a ese enemigo personificándolo, en la entidad que a conveniencia pase a considerarse como enemigo, de forma que toda esa energía de rebeldía y sentimiento de justicia, se redireccione al target señalado públicamente, para que la sociedad civil deje de apuntar al origen del problema: la cúspide de la pirámide.

Puedes estar 100% seguro que si es el aparato del Estado el que consiente, participa o canaliza de alguna manera, la creación de ese núcleo de disidencia, independientemente de la información que recibas, ésta siempre va a estar programada y filtrada, para crear en nosotros una respuesta condicionada y previsible, dentro de unos márgenes de seguridad.

El golpe de efecto es hacer que un cabeza visible, comunicador de prestigio o líder social carismático, haga suya la información que previamente ha sido programada por la inteligencia militar, para generar una determinada respuesta, y sea difundida quitando del punto de mira al aparato del Estado, dejando como abanderado a ese líder carismático.

PROMESAS Y DATOS NO VERIFICABLES HASTA EL ÚLTIMO MOMENTO

Una vez que el enganche entre el líder carismático y la parte de la población que se identifica con esos valores, haya sido ya confirmado con: seguimiento en los medios, afiliación, respuesta social simpática y poder de convocatoria, los filtros de confianza de este sector disidente, bajarán su exigencia en cuanto a verificar los contenidos.

Es en este punto, cuando la confianza ya ha sido depositada, en el que comienza lo que podemos llamar “el culebrón” de información. Aquí ya nos pueden jurar que Elvis está vivo, prometer que Kennedy va a volver, que Michael Jackson era agente doble, que un Mesías alienígena salvará el Mundo, o que el Banco Mundial se preocupa por nuestro bienestar.

Aquí según la consciencia y la individualidad de cada persona, gran parte de la disidencia habrá dejado de pensar en salir a la calle a luchar por sus derechos, al estar ocupada y entretenida, con toda esta información que le va llegando. Bajo la falsa sensación de que se está haciendo algo, cuando lo único que ocurre es que se está consumiendo ficción. 

Conforme se vaya acercando la fecha, donde se tendrían que lograr los objetivos, se irá cerrando el cerco a la credibilidad del líder carismático o cabeza visible, y se irá pidiendo aún más confianza a la ya depositada, aplazando una y otra vez, con más distancia en el tiempo, los supuestos eventos cruciales, de forma que el culebrón nunca termina.

Somos antihéroes en un mundo que ha dejado de creer en los hombres buenos.